300 euros

Fina Fanjul es de Gij¨®n, ama de casa, abuela. Tambi¨¦n es una defensora de los animales. El pasado noviembre fue con otro centenar de personas a Medinaceli, Soria, para protestar por el Toro J¨²bilo. Hay Toros de Fuego en muchos sitios, pero el m¨¢s famoso es el Toro J¨²bilo. Estas fiestas repugnantes consisten en atar a los cuernos del animal un artilugio de hierro con unas bolas de l¨ªquido inflamable que arden como antorchas durante horas. El toro es untado de barro para protegerlo, pero el barro se seca y se cae, y las innumerables chispas les queman la cara, los ojos y el lomo. Adem¨¢s, los cuernos, que son tan sensibles como nuestros dientes, producen tambi¨¦n un atroz sufrimiento al recalentarse. El toro, aterrado, intenta in¨²tilmente escapar del fuego; a veces se disloca el cuello o se desnuca en sus ag¨®nicos esfuerzos por huir de la hoguera; alguno se ha llegado a suicidar topando contra un muro. El a?o pasado, s¨®lo un peque?o pu?ado de 15 o 20 personas consiguieron entrar en el cercado y aferrarse al poste central antes de que ataran all¨ª al pobre toro. Hay un v¨ªdeo en YouTube (busca ¡°activistas intentan detener el Toro de J¨²bilo 2014¡±) que muestra el incre¨ªble coraje de esa gente pac¨ªfica que se atreve a plantarse delante de semejante horda de energ¨²menos: les insultan, les pegan. Ya digo que, como prueba el v¨ªdeo, fueron muy pocos los que entraron al ruedo; nuestra abuela Fina no lo logr¨®. Pero de todas formas, ella y los dem¨¢s, casi un centenar, acaban de ser multados con 300 euros. ?Soy la ¨²nica persona a la que escandaliza que se proteja a los torturadores y se persiga a la gente civilizada? Por cierto: un fuerte aplauso para Algemes¨ª, que acaba de votar no volver a matar a las vaquillas de sus fiestas. Quiz¨¢ haya todav¨ªa alguna esperanza.