Julio C¨¦sar pudo sufrir derrames cerebrales en lugar de epilepsia
El general romano tuvo al menos dos ictus, uno en Hispania, que explican su comportamiento en los ¨²ltimos a?os de su vida, seg¨²n un nuevo an¨¢lisis de sus s¨ªntomas
Cuando iba a comenzar la decisiva batalla de Tapso (en la actual T¨²nez) contra los restos del ej¨¦rcito de Pompeyo en el a?o 46 antes de Cristo (a. de C.), Julio C¨¦sar se desvaneci¨® cayendo entre convulsiones. Sus hombres tuvieron que apartarlo de las miradas llev¨¢ndolo a un fort¨ªn. Para narrar el episodio, el historiador griego Plutarco us¨® la palabra epileptikos y desde entonces han sido muchos los que han dado por bueno que el caudillo romano sufr¨ªa epilepsia. Sin embargo, ahora, dos investigadores aportan otra teor¨ªa: una serie de ictus habr¨ªa protagonizado los ¨²ltimos d¨ªas del creador del Imperio.
Plutarco tuvo que escribir de o¨ªdas ya que no estuvo en la llanura de Tapso. De hecho, escribi¨® sobre C¨¦sar 10 a?os despu¨¦s de su muerte. El propio Cayo Julio C¨¦sar (44-100 AEC), gran escritor, adem¨¢s de militar, pol¨ªtico y libertino, no dej¨® nada escrito sobre sus ataques. Ni siquiera eruditos coet¨¢neos como Cicer¨®n o inmediatamente posteriores, como el cordob¨¦s Lucano, lo hicieron. Solo el bi¨®grafo de emperadores Suetonio volver¨ªa a hablar de la enfermedad de C¨¦sar un siglo despu¨¦s, aunque llam¨¢ndola morbus comitialis, refiri¨¦ndose a un ataque que obligaba a detener una asamblea o reuni¨®n. La enfermedad ten¨ªa un halo divino, como si fuera una intervenci¨®n de los dioses.
Sobre esa base, buena parte de los historiadores cl¨¢sicos y de la medicina han mantenido que Julio C¨¦sar era epil¨¦ptico. De hecho, la mayor¨ªa de los art¨ªculos cient¨ªficos recientes parten de la epilepsia y se dedican a aventurar sobre su etiolog¨ªa: que si fruto de un tumor cerebral, que si de origen gen¨¦tico, que si provocada por la s¨ªfilis o por un par¨¢sito intestinal...
"La nuestra es una teor¨ªa m¨¢s completa, clara y simple, las otras son muy complicadas", dice el investigador de la facultad de medicina del Imperial College de Londres, Francesco Galassi. Junto a su colega Hutan Ashrafian, Galassi ha rehecho el rompecabezas de la enfermedad de Julio C¨¦sar. Revisitando los cl¨¢sicos y las investigaciones modernas con otros ojos, donde los dem¨¢s vieron epilepsia ellos ven ictus y no uno, sino varios.
Julio C¨¦sar sufri¨® al menos dos ataques, uno de ellos en la Corduba hispana, cumplidos los 50 a?os
Siguiendo a Plutarco, Julio C¨¦sar sufri¨® su primer derrame cerebral en Corduba (la actual C¨®rdoba), posiblemente en el 49 AEC, es decir, tres a?os antes que el de Tapso, o en el 46, al regresar a Hispania desde ?frica. Si fue en la primera fecha, ten¨ªa entonces 51 a?os. "un primer ataque de epilepsia rara vez se presenta en la edad adulta", recuerda Galassi. Y no hay registros de que el caudillo romano sufriera alguno en su infancia.
Tras salir vencedor de la guerra civil, Julio C¨¦sar regres¨® triunfante a Roma en el 46 AEC. All¨ª sucedieron otros dos hechos que, aunque poco documentados y detallados, sirven a los investigadores para apuntalar su tesis del ictus. En uno, senadores y grandes patricios romanos salen al encuentro de C¨¦sar para tributarle honores y cargarlo de t¨ªtulos. Sin embargo, el emperador que nunca lo fue rehus¨® el encuentro alegando que se encontraba indispuesto. Lo que se sabe es que sufri¨® fuertes mareos, v¨¦rtigo e intenso dolor de cabeza. Pero nada de la p¨¦rdida de consciencia o temblores propios de la epilepsia.
Como recuerdan estos investigadores en su art¨ªculo en la revista Neurological Sciences, un ¨²ltimo episodio tuvo lugar cuando su amigo Cicer¨®n loaba sus haza?as en el Senado. Julio C¨¦sar tembl¨®, de emoci¨®n seg¨²n Plutarco, escap¨¢ndosele unos legajos de las manos.?"El ataque con Cicer¨®n encaja con un cuadro general de ictus", asegura Galassi.
Para completar su argumentario a favor, los investigadores recuerdan que el gran general romano tuvo, en los a?os posteriores al ataque de Corduba, continuos dolores de cabeza, repentinos cambios de humor y una tendencia a la depresi¨®n. Depresivo estaba cuando, a¨²n siendo avisado de que se estaba urdiendo un compl¨® contra ¨¦l, C¨¦sar no dej¨® de acudir a su cita con el destino para ser asesinado?por un grupo de senadores en los idus de marzo del a?o 44 AEC.
"El comportamiento de C¨¦sar cambi¨® en estos a?os y nosotros tenemos una posible explicaci¨®n", sostiene Ashrafian. "Los datos siempre han estado ah¨ª pero han sido interpretados partiendo de la epilepsia, nosotros lo vemos con otra ¨®ptica", a?ade. Para ¨¦l, es muy posible que los historiadores como Plutarco, Suetonio y otros, apostaran por la epilepsia por su halo divino. "Alejandro Magno ten¨ªa epilepsia y era visto como una divinidad. C¨¦sar pudo aprovecharse de eso", comenta.
Los Julia, una familia plagada de ataques
Para armar su teor¨ªa, los defensores de la epilepsia han querido ver en la repentina muerte tanto del padre de Julio C¨¦sar como de su bisabuelo lo que hoy se conoce como SUDEP, o muerte s¨²bita inexplicada del paciente epil¨¦ptico. Incluso hay quienes sostienen que Cesari¨®n, el hijo que tuvo con Cleopatra, sufr¨ªa de convulsiones. Y ser¨ªa una epilepsia de origen gen¨¦tico: el emperador Cal¨ªgula y Brit¨¢nico, el hijo asesinado del emperador Claudio, tambi¨¦n tuvieron ataques epil¨¦pticos. Los dos eran descendientes de la familia de Julio C¨¦sar.
Pero, como recuerdan Ashrafian y Galassi, no hay datos que se?alen que Julia, la hermana de C¨¦sar sufriera de epilepsia. En cuanto a Cesari¨®n, es complicado comparar ambos casos dado que apenas hay datos sobre el hijo nunca oficialmente reconocido de Julio C¨¦sar y Cleopatra. Adem¨¢s, recalcan estos investigadores, tambi¨¦n puede existir una predisposici¨®n gen¨¦tica al ictus, lo que explicar¨ªa las muertes de su padre y su bisabuelo por un infarto.
"No hay manera alguna de probar una teor¨ªa u otra", dice el neur¨®logo Richard McLachlan
El problema es que, como dice el neur¨®logo de la Universidad Western (Canad¨¢), el doctor Richard S. McLachlan, "no hay manera alguna de probar una teor¨ªa u otra". Este experto en epilepsia recuerda que "partiendo de los documentos hist¨®ricos escritos solo unos pocos a?os despu¨¦s de la muerte de C¨¦sar, la mayor¨ªa aceptan que ten¨ªa una forma suave de epilepsia". Y a?ade: "como quiera que existen muchas causas de epilepsia, entre las que est¨¢n el infarto cerebral, infecciones, tumores, etc¨¦tera, solo podemos especular con cu¨¢l de ellas le provocaba los ataques".
McLachlan es de los que defienden la tesis de la epilepsia. En un art¨ªculo publicado hace unos a?os aventuraba incluso su origen: neurocisticercosis, una enfermedad provocada por la tenia y que tiende a inducir ataques epil¨¦pticos. Este neur¨®logo canadiense no descarta sin embargo la tesis de?Ashrafian y Galassi pero "en aquellos tiempos, el riesgo de un ictus era probablemente menor que hoy y ¨¦l no presentaba los factores de riesgo asociados al ictus".
En lo que coinciden los investigadores es en que solo una h¨¢bil utilizaci¨®n de la morbus comitialis pudo hacer que unos ataques que implican p¨¦rdida de control fueran vistos por los que le rodeaban como una se?al de que era el elegido por los dioses para ser su Dictator. Y eso solo lo pudo hacer alguien como Julio C¨¦sar.
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