Espera lo inesperado
Tras haber dise?ado el eslogan "que cada palo aguante su vela", Cospedal solo puede ver c¨®mo fuerzas no tan inesperadas del PP pretenden convertirla en La Destructora de su partido
En alg¨²n momento el Instituto N¨®os compr¨®, sin ¨¢nimo de lucro, dos libros: C¨®mo funcionan los sentidos y otro, ya m¨¢s adulto, Espera lo inesperado. Lo sabemos ahora gracias a los asombrosos emails de Diego Torres, el exsocio de I?aki Urdangarin. No se puede negar que llevaban t¨ªtulos prof¨¦ticos. En el esc¨¢ndalo del Instituto N¨®os ha habido tal exceso de sentidos que finalmente no hubo sentido com¨²n. Se confirma que lo que puedes esperar es justamente lo inesperado.
Una vez m¨¢s el Instituto N¨®os eclipsa cualquier noticia de la semana. Primero se empez¨® a decir en la prensa conservadora que el matrimonio Urdangarin-Borb¨®n hab¨ªa estado en Italia repasando restaurantes Michelin en Semana Santa. Todo el mundo tiene su manera de experimentar el via crucis. Aunque ya no es inesperado tampoco es lo que se esperaba de ellos. ?l era un balonmanista ol¨ªmpico y ella una infanta con aspiraciones, ninguno con formaci¨®n en gesti¨®n financiera. Todo se volvi¨® inesperado cuando sus sentidos conocieron otros est¨ªmulos.
Diego Torres lo presinti¨®. Y se hizo socio sin imaginar que luego ser¨ªa el enemigo principal. Pero empezaba a cansar la espera por este juicio cuando, esperando, apareci¨® la defensa de la Infanta, que sigue en sus trece: la hermana del Rey no solo no sab¨ªa nada sino que era absolutamente ineficaz para participar en la gesti¨®n, por su intensa vida personal, institucional y profesional. Pero aun as¨ª pudo participar en la elecci¨®n de estos prof¨¦ticos libros.
Deber¨ªamos detenernos un poquito en constatar que la Infanta, la princesa Corinna y Mar¨ªa Dolores de Cospedal cumplen 50 a?os este 2015. Tres mujeres con vidas muy intensas. Corinna ya celebr¨® en enero, Cristina cumplir¨¢ en junio y Dolores en diciembre. Una, antes del Baile de La Rosa; la otra, antes del juicio y Mar¨ªa Dolores, despu¨¦s de las elecciones. Son 50 a?os muy distintos pero llenos de orgullo y satisfacciones. Los de la Infanta arropados en palacio y realeza aunque ahora resulte una persona absolutamente ineficaz, como dice en su defensa legal. Los de Corinna, ?ay!, a todo trapo. Cospedal, m¨¢s normal pero no necesariamente normalita. Mar¨ªa Dolores gan¨® un cetro de belleza local pero prefiri¨® cambiarlo por la pol¨ªtica, donde la belleza es inesperada. Y ahora, tras haber dise?ado aquel eslogan de unidad (¡°Que cada palo aguante su vela¡±), solo puede ver c¨®mo fuerzas no tan inesperadas de su partido pretenden convertirla en La Destructora. Mar¨ªa Dolores deber¨ªa leerse esos dos libros del Instituto N¨®os al menos para disimular la ansiedad que la agita estos d¨ªas de precampa?a. El de los sentidos lo maneja a la perfecci¨®n, porque quienes la hemos tenido cerca recordaremos siempre su perfume, Giorgio Beverly Hills, una fragancia favorecida por las j¨®venes que deseaban sentirse damas en la d¨¦cada de los ochenta. Y en cuanto a lo inesperado, Cospedal sospecha que esa es la arma secreta de todos en su partido. B¨¢rcenas ten¨ªa sus papeles, Rajoy su plasma y Aguirre su mochila con la que va captando votos por las cafeter¨ªas.
Torres, el socio malo, tambi¨¦n naci¨® en 1965. ?Vaya a?o, la verdad! Junto a Cospedal y Cristina, inesperadamente crean una Generaci¨®n del 65. En sus 50 a?os han visto c¨®mo lo inesperado m¨¢s que un paradigma es una manera de entender nuestro pa¨ªs. Por ejemplo, de forma inesperada, Crist¨®bal Col¨®n descubri¨® Am¨¦rica hace m¨¢s de 500 a?os. La burbuja inmobiliaria empez¨® a inflarse en 1992 y su estallido no fue esperado ni tampoco anunciado. Imagin¨¢bamos que al llegar a los 50 a?os estar¨ªamos bien colocados. Y ha sido todo lo contrario. Preve¨ªamos un a?o electoral movido pero est¨¢ siendo m¨¢s que agitado mientras los pol¨ªticos se vuelven estrellas de televisi¨®n. Rosa D¨ªez es m¨¢s c¨¦lebre ahora que pelea con Albert Rivera mientras su partido se desmiembra que cuando decidi¨® crearlo. De UPyD solo quedar¨¢ el color magenta como inesperado recuerdo.
Observando la manera de hablar y de arreglarse de Cospedal y de Diego Torres se deduce que tienen m¨¢s de un sentido en com¨²n. Mar¨ªa Dolores floreci¨® para ser una reina de belleza de Castilla, Diego supo inventarse un camuflaje con ese aspecto de segund¨®n desde el cual esperar a esa pieza alta, rubia y medio desorientada con la cual adentrarse en la sociedad y superar los estrechos limites de la clasista Barcelona. Mar¨ªa Dolores no se ocult¨®, vio en la pol¨ªtica algo m¨¢s brillante que ser una belleza auton¨®mica y decidi¨® tambi¨¦n ella saltar los l¨ªmites de ese circuito para erigirse con su impulso en secretaria general del PP y presidenta castellanomanchega. Pero, desafiando lo esperado, confi¨® tanto en s¨ª misma que se vio atrapada en sus propios paradigmas. Como esa frase, ya c¨¦lebre, del despido simulado y en diferido de su archienemigo el extesorero. Ahora lo inesperado y Javier Arenas la se?alan como desunidora de la uni¨®n de su partido. Tanto al principio como ahora, Mar¨ªa Dolores ha mantenido su cara como ese palo que aguanta todas las velas. Torres, que no tiene la belleza f¨ªsica de Cospedal, se ocult¨® detr¨¢s de un jugador de balonmano para hacer realidad sus paradigmas y sus negocios. Y as¨ª, inesperadamente, viendo a Cospedal, a Torres, a la Infanta, esa Generaci¨®n del 65, entendemos que hace falta tener cara, caradura, para saber esperar lo inesperado.
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