Bielsa

No s¨¦ de f¨²tbol ¡ªes un arte que se me escapa¡ª, pero semanas atr¨¢s vi a Marcelo Bielsa, t¨¦cnico del Olympique de Marsella, en una conferencia de prensa. Los jugadores no acordaban con sus m¨¦todos de entrenador, ¨¦l revis¨® sus consignas y los dej¨® llevar la iniciativa. Hasta ah¨ª, todo normal: un t¨¦cnico escucha un reclamo, lo acepta. Pero Bielsa, hombre de convicciones fuertes, dijo, en esa conferencia asombrosa: ¡°He hecho concesiones, que han debilitado mi manera de hacer las cosas, para continuar avanzando (...) Admitir que hay que cambiar la forma de trabajar exige aceptar una disminuci¨®n de la autoestima, que en mi caso pod¨ªa estar sobredimensionada por la valoraci¨®n externa que se hac¨ªa de mi trabajo¡±. Dec¨ªa Niezstche que s¨®lo un exceso de fuerza demuestra la fuerza. Solamente alguien con una fortaleza ol¨ªmpica puede hacerse a un lado, poner por delante lo que importa ¡ªla batalla, m¨¢s all¨¢ del desenlace¡ª y, aun as¨ª, no renunciar a su convicci¨®n. El periodista argentino Ezequiel Fern¨¢ndez Moores escribi¨® hace poco que a?os atr¨¢s, en Chile, Bielsa dec¨ªa: ¡°M¨¢s que obedecido, el l¨ªder busca ser interpretado. Es la ¨²nica forma de que su liderazgo sea duradero y se mantenga incluso cuando ya se ha perdido el poder¡±. Pienso en nuestros pol¨ªticos, ladrando su ¨¦pica demagoga que brama ¡°No cederemos¡±, ¡°Ni un paso atr¨¢s¡±, y en Bielsa, que dijo, en otra de sus charlas y cuando le pidieron que eligiera una virtud: ¡°Adaptarse a la exigencia, no desmoronarse (...), enfrentar las dificultades sin pervertirse, pudiendo ser siempre el mismo; estar dispuesto a poner en riesgo lo que poseo, aceptar el reto, el desaf¨ªo, el cambio, el riesgo, tolerar los picos de dolor, saber sufrir¡±. Arriesgarse, aguantar, saber sufrir. Yo no busco maestros. Pero, a veces, leo cosas como esas.