Las que vinieron y tomaron las riendas
Migrantes ecuatorianas integran, e incluso lideran, organizaciones sociales en Espa?a
Aida Quinatoa agarra una silla de madera y la coloca velozmente frente a la lavadora que preside el peque?o descansillo de su casa. En sus entra?as, la m¨¢quina guarda peque?os cachivaches vencidos por el tiempo. Sobre la tapa, a modo de repisa, se apoya un ajado ordenador. La torre, la pantalla, el teclado y el rat¨®n anegan la parte superior de este reconvertido electrodom¨¦stico, frente al que se sienta esta mujer menuda, a la caza de archivos y fotograf¨ªas de su reciente d¨¦cada de lucha social. Quinatoa (Ecuador, 1964) rebusca entre carpetas digitales. Salta r¨¢pidamente de una hoja de texto a otra. Y, durante ese recorrido, se suceden dos de las fechas que han marcado sus ¨²ltimos a?os de activismo. El 2000, cuando la crisis financiera que asol¨® su pa¨ªs natal la empuj¨® a ganarse la vida en Espa?a. Y 2008, cuando encabez¨® en Madrid una marcha de ecuatorianos afectados por los desahucios. Entonces sembr¨®, "sin imaginar" el efecto domin¨® que se avecinar¨ªa despu¨¦s, el germen de la futura PAH.
Quinatoa, al igual que muchas otras de sus compatriotas, no vino a Espa?a para rendirse. Como ella, decenas de ecuatorianas se han organizado en colectivos de inmigrantes. Pero tambi¨¦n se han integrado en otro tipo de movimientos sociales, en organizaciones de defensa de los derechos de las empleadas del hogar ¡ªpara combatir casos de acoso laboral y sexual¡ª e, incluso, en partidos pol¨ªticos. Han tomado las riendas. En una comunidad de extranjeros donde la mujer ha ocupado un lugar predominante. ¡°Entre 1998 y 2005 llegaron a Espa?a 505.060 ecuatorianos. La mayor¨ªa mujeres", destaca la embajada de Ecuador. Aterrizaron aqu¨ª como avanzadilla. "Vinieron por la demanda de servicio dom¨¦stico en Espa?a y la informaci¨®n de all¨¢, de acuerdo con la cual: "En Espa?a hay trabajo para mujeres", expone el profesor Francisco Torres P¨¦rez, del Instituto de Derechos Humanos de la Universidad de Valencia.
Ellas fueron las que vinieron durante el auge econ¨®mico espa?ol. Y son las que, ahora, se han quedado para pelear por sus derechos. Para participar tambi¨¦n en la reconstrucci¨®n de un pa¨ªs hundido por la crisis. Leonor Castillo, de 41 a?os, quiere sumarse a esa labor desde Lepe, donde se convirti¨® en enero en la primera concejal de origen ecuatoriano del municipio onubense, tras sustituir a un compa?ero que dej¨® su puesto de edil. "En 2011 acept¨¦ ir en las listas porque a muchas personas a¨²n les cuesta concebir que nosotras somos una m¨¢s. Que somos mujeres con sangre en las venas, que lloramos, que amamos...", relata esta madre de dos ni?os, que desembarc¨® en Barajas un 14 de febrero de 2000. El 24 de mayo volver¨¢ a concurrir en las elecciones municipales en la candidatura del PSOE.
"El d¨ªa que recog¨ª mi acta de concejal la recib¨ª con mucha responsabilidad. Ahora, cada extranjero se va a ver reflejado en m¨ª. Para nosotros, lograr llegar a este cargo, es un paso m¨¢s", contin¨²a Castillo, que dej¨® a principios del siglo su puesto de gerente en una peque?a empresa y lleg¨® a Lepe ¡ªdonde ya estaba su marido, que trabaja como soldador industrial¡ª para acarrear cajas en un almac¨¦n de manipulaci¨®n de fruta. "Hemos pasado malos momentos. Pero vamos tirando. Desde luego, no podemos plantearnos volver. Por nuestros hijos [de 17 y 2 a?os]. Ellos aman esto. Quieren estudiar aqu¨ª", sentencia la edil.
No podemos plantearnos volver por nuestros hijos. Ellos aman Espa?a Leonor Castilla, edil de Lepe
M¨¢s de 218.000 ecuatorianos (de ellos, 105.000 mujeres) viven actualmente en Espa?a, seg¨²n los datos del padr¨®n recogidos por el Instituto Nacional de Estad¨ªstica (INE). En 2007, eran 427.000 (219.000). La recesi¨®n econ¨®mica ha empujado a muchas a otros pa¨ªses de Europa. Una minor¨ªa ha vuelto a su pa¨ªs natal, acogi¨¦ndose a los planes de retorno implementados por el Gobierno de Ecuador, que ha tenido tambi¨¦n que poner en marcha en Espa?a un plan de asesor¨ªa hipotecaria gratuita. Miles de ecuatorianas han sufrido los efectos de la burbuja inmobiliaria: la embajada ha asistido a m¨¢s de 31.000 familias afectadas por los desahucios.
"Fuimos los primeros en sentir el impacto de la crisis. Nuestros compa?eros, que viv¨ªan de la construcci¨®n, se quedaron en paro y no pod¨ªamos afrontar las abusivas cuotas de las hipotecas, muchas de las cuales hab¨ªamos firmado enga?ados por las promesas de los bancos", apunta Aida Quinatoa, que recuerda c¨®mo la lucha antidesahucios se convirti¨® en 2007 en el "principal problema" de la comunidad ecuatoriana. Ella presid¨ªa entonces la Coordinadora Nacional de Ecuatorianos en Espa?a (Conadee) y toda la actividad ¡ªcomo encuentros educativos y seminarios culturales¡ª se suspendi¨® para "poder dedicarnos al tema de la vivienda". "Nos dimos cuenta de la dimensi¨®n del asunto cuando empezamos a organizar encuentros para afectados y acud¨ªa una multitud. Despu¨¦s preparamos un seminario en la sede de la UGT en Madrid y llenamos el sal¨®n. Y ya no solo de compatriotas: tambi¨¦n hab¨ªa peruanos, colombianos...", a?ade la mayor de siete hermanos, criada en el seno de una comunidad ind¨ªgena y campesina. Esa fue la primera piedra de la futura PAH en la capital.
Las mujeres lideraron el proceso migratorio de la comunidad ecuatoriana
Quinatoa form¨® parte de un grupo de mujeres que lideraron el proceso migratorio de muchas familias, como recalca en sus textos Gioconda Herrera Mosquera, profesora e investigadora de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso), especializada en estudios de g¨¦nero y migraci¨®n. Un colectivo de ecuatorianas que gan¨® autonom¨ªa e independencia. "Su trabajo ocup¨® un lugar mucho m¨¢s importante en sus vidas que antes. Les abri¨® la posibilidad de la vida sin una pareja o esposo, una opci¨®n que no hab¨ªan considerado antes de dejar su pa¨ªs de origen. Como se?al¨® una de mis entrevistadas: "Ya no me da miedo estar sola", relata Herrera.
Espa?a se convirti¨® en 2002 en la casa de Paula Guam¨¢n. Dej¨® atr¨¢s a sus padres y hermanos. Sus amigos. Sus estudios. Su sue?o de llegar a ser m¨¦dico. "Me pasaba el d¨ªa llorando. No estaba acostumbrada a estar sola", cuanta esta mujer que lleg¨® para trabajar de interna en una casa, que ha vivido en Loja (Granada) y Valencia. Guam¨¢n fue una de esas mujeres que tambi¨¦n sufri¨® el drama de los desahucios. "El d¨ªa que firmas una hipoteca, llegas y te dicen: firma aqu¨ª y firma aqu¨ª. Pero no te explican nada. Y despu¨¦s averiguas que esas mismas hipotecas ten¨ªan cl¨¢usulas abusivas", cuenta en el documental Las que nos fuimos. Porta una chapa de Stop Deshucios en la solapa. Ella, que ha tenido un hijo en Espa?a, consigui¨® la daci¨®n en pago de su vivienda. Admite que no se ve volviendo a Ecuador: "Regresar es empezar de cero otra vez". Y sentencia: "Vamos a salir adelante. Es una situaci¨®n muy dif¨ªcil. Pero poco a poco, y con ayuda mutua, nos estamos organizando y vamos a poder".
El documental 'Las que nos fuimos', producido por la Embajada de Ecuador en Espa?a.
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