El incre¨ªble coraje de Rose Lokissim
Opositora al r¨¦gimen de Habr¨¦, Rose Lokissim muri¨® ejecutada en 1986.
El 14 de septiembre de 1984, Rose Lokissim, de 31 a?os, fue detenida en Yamena, la capital de Chad, acusada de conspirar contra el r¨¦gimen de Hiss¨¨ne Habr¨¦, el sanguinario dictador que gobernaba entonces el pa¨ªs y bajo cuyo mando fueron asesinadas 40.000 personas. Durante dos a?os sufri¨® todo tipo de torturas y vejaciones, pero nunca se quebr¨®. Al contrario, soportaba el dolor y las palizas con entereza y animaba una y otra a vez a sus compa?eros de cautiverio, a muchos de los cuales iba viendo morir tras un sufrimiento atroz. Durante meses, Rose escribi¨® y escribi¨®. En trozos de papel cogidos furtivamente, en papel de fumar, en restos de cajas de jab¨®n. Recogi¨® nombres de v¨ªctimas y de verdugos y, como pudo, los hizo llegar al exterior para dejar testimonio del horror que estaba viviendo. Hasta que un d¨ªa la sorprendieron. El d¨ªa antes de ser ejecutada, sus captores recogieron su ¨²ltima declaraci¨®n: ¡°Dice que incluso si tiene que morir en esta mazmorra, que no se arrepiente de nada porque Chad se lo agradecer¨¢ y la Historia hablar¨¢ de ella¡±. Un documental, dirigido por la espa?ola Isabel Coixet, recoge ahora su historia y ve la luz meses antes de que se celebre el hist¨®rico juicio contra Habr¨¦ en Senegal.
El documental Parler de Rose, de 30 minutos de duraci¨®n, ya fue estrenado en Chad y se present¨® en Par¨ªs el pasado 10 de abril. A trav¨¦s del testimonio de un pu?ado de supervivientes y con la voz de la actriz francesa Juliette Binoche, la directora espa?ola Isabel Coixet (autora de pel¨ªculas como Mi vida sin m¨ª o La vida secreta de las palabras, pero tambi¨¦n de documentales como Escuchando al juez Garz¨®n o Marea blanca) va enhebrando la historia de la terror¨ªfica represi¨®n de Habr¨¦ y, frente a ella, la incre¨ªble demostraci¨®n de coraje de Rose. Detenida por formar parte de la oposici¨®n, fue encarcelada en la celda C de la Direcci¨®n de Documentaci¨®n y Seguridad (DDS), la polic¨ªa pol¨ªtica del r¨¦gimen, un peque?o espacio que compart¨ªa con sesenta hombres. Pese a las torturas, Lokissim nunca se vino abajo. ¡°Fue ella quien ayud¨® a que mi beb¨¦ naciera¡±, cuenta una de las supervivientes a Coixet, ¡°fue una mujer valerosa¡±.
Gracias a esos documentos y al trabajo hecho por HRW y Reed Brody, apodado el cazador de dictadores por su participaci¨®n en los procesos contra Pinochet en Chile y Duvalier en Hait¨ª, la tortura era una pr¨¢ctica sistem¨¢tica en el Chad en los a?os ochenta. Uno de los centros de reclusi¨®n de la DDS era una antigua piscina que hab¨ªa sido tapada con hormig¨®n. Debajo, en min¨²sculas celdas con s¨®lo un ventanuco, se hacinaban cientos de personas sin apenas comida ni agua que sol¨ªan morir en cuatro o cinco d¨ªas por el asfixiante calor. A veces los presos ten¨ªan que dormir sobre los cad¨¢veres de sus compa?eros durante d¨ªas hasta que los retiraban. En los interrogatorios era frecuente el uso de corriente el¨¦ctrica, ahogamientos o la t¨¦cnica del arbatachar, mediante la cual se ataban los brazos y piernas de la v¨ªctima por detr¨¢s del cuerpo y se les dejaba en esta incomod¨ªsima y forzada posici¨®n durante d¨ªas. Las consecuencias m¨¢s frecuentes eran p¨¦rdida de circulaci¨®n sangu¨ªnea, par¨¢lisis de las extremidades, heridas abiertas por las ligaduras y gangrena.
Hiss¨¨ne Habr¨¦, dictador de Chad entre 1982 y 1990. / Foto: AFP
Pero hagamos un poco de historia. En 1982, el ex jefe guerrillero Hiss¨¨ne Habr¨¦ llegaba al poder tras dar un golpe de estado. El dictador chadiano se mantuvo ocho a?os en el mando con el apoyo de Francia y EEUU porque era el aliado perfecto para frenar el expansionismo de Muammar Gadafi, convertido ya en el archienemigo oficial de Occidente. Sin embargo, durante ese tiempo no s¨®lo combati¨® a los libios, a los que logr¨® expulsar de suelo chadiano en 1987. Su r¨¦gimen se caracteriz¨® por una brutal represi¨®n contra opositores y contra miembros de otras etnias diferentes a la suya, los tubu. En el momento en que fue derrocado por un golpe de estado liderado por el que fuera su jefe de Estado Mayor, Idris D¨¦by, en 1990, el r¨¦gimen de Habr¨¦ ya hab¨ªa asesinado a unas 40.000 personas y torturado salvajemente a otras 200.000, seg¨²n estiman las organizaciones de Derechos Humanos.
Tras su ca¨ªda, se exili¨® primero en Camer¨²n y luego en Senegal, donde vivi¨® rodeado de lujos y en paz durante 22 a?os. Sin embargo, la tenacidad de las asociaciones de v¨ªctimas y el apoyo de organismos internacionales han logrado lo que parec¨ªa impensable, llevar ante la Justicia a quien es conocido como el Pinochet africano. ¡°Es un proceso hist¨®rico¡±, aseguraba Reed Brody la semana pasada en Dakar, ¡°es la primera vez en la historia que el tribunal de un Estado va a juzgar al dirigente de otro Estado por violaciones de los Derechos Humanos. Y es la primera vez que se aplica en ?frica la competencia universal, que obliga a juzgar cr¨ªmenes incluso si son cometidos por extranjeros contra extranjeros en un pa¨ªs extranjero. Esto supone un aut¨¦ntico giro para la Justicia en ?frica¡±.
Reportaje sobre las investigaciones de Reed Brody en Yamena.
Est¨¢ previsto que el juicio se celebre este a?o, dentro de unos meses. Pero no ha sido f¨¢cil. La campa?a para llevar a Habr¨¦ ante la Justicia dio sus primeros frutos en el a?o 2000 cuando un juez senegal¨¦s admiti¨® a tr¨¢mite una acusaci¨®n por torturas, pero semanas despu¨¦s el Tribunal de Apelaci¨®n de este pa¨ªs declar¨® que la Justicia senegalesa no era competente para juzgarle. Un a?o despu¨¦s es un juez belga quien, a instancias una vez m¨¢s de las v¨ªctimas, inicia un procedimiento por cr¨ªmenes contra la Humanidad, cr¨ªmenes de guerra y torturas, dictando en 2005 una orden de arresto internacional. Senegal eleva una consulta a la Uni¨®n Africana y en 2006 el organismo panafricano responde que s¨ª, que hab¨ªa que juzgar al ex dictador en Dakar ¡°en nombre de toda ?frica¡±.
El proceso se pone en marcha, pero el entonces presidente senegal¨¦s Abdoulaye Wade no parece del todo decidido y da dos pasos adelante y uno hacia atr¨¢s, mareando la perdiz. Sin embargo, todo cambia en 2012 con la llegada al poder en Senegal de un nuevo presidente, Macky Sall, y, sobre todo, de su entonces ministra de Justicia, la hist¨®rica militante por los Derechos Humanos Aminata Tour¨¦. Se crea un tribunal especial, denominado las C¨¢maras Africanas Extraordinarias, un ¨®rgano judicial que ve la luz ex profeso para este proceso y en junio de 2013, Habr¨¦ es detenido y encarcelado en una prisi¨®n especial habilitada para ¨¦l en Dakar. Gracias a las aportaciones de distintos gobiernos y organismos, como EEUU, B¨¦lgica, la Uni¨®n Europea o la Uni¨®n Africana, se ha logrado completar un presupuesto de 7,4 millones de euros.
Grabado que recoge el arbatachar, una de las t¨¦cnicas de tortura del r¨¦gimen.
¡°Todo indica que ser¨¢ un juicio transparente y eficaz¡±, asegura Brody, ¡°la instrucci¨®n ha llevado 19 meses, se han puesto en marcha cuatro comisiones rogatorias y se han recogido los testimonios de 2.500 v¨ªctimas. Adem¨¢s, se ha convocado a expertos militares e hist¨®ricos y se han exhumado los restos de masacres en Chad. Los jueces han encontrado elementos suficientes para imputar a Habr¨¦ por responsabilidad penal en empresa criminal, torturas y cr¨ªmenes de guerra¡±. La Uni¨®n Africana acaba de designar a los cuatro jueces que le juzgar¨¢n, al frente de los cuales se encuentra el burkin¨¦s Gberdao Gustave Kam, que form¨® parte del Tribunal Penal Internacional para Ruanda entre 2003 y 2009. S¨®lo falta que estos decidan la fecha exacta, prevista para dentro de unos tres meses. Durante el proceso, m¨¢s de 100 supervivientes de torturas se desplazar¨¢n desde Chad hasta Dakar para testificar.
La creaci¨®n de las C¨¢maras Africanas ha tenido un efecto colateral inmediato. El Gobierno chadiano, que parece no querer quedarse atr¨¢s, ha reactivado el procedimiento judicial en curso contra altos dirigentes del r¨¦gimen de Habr¨¦ encarcelados en este pa¨ªs. Y el pasado 25 de marzo se produjo un veredicto hist¨®rico: 24 personas fueron condenadas, siete de ellas a perpetuidad, acusados de asesinatos, torturas, secuestros, detenciones arbitrarias y actos de barbarie. Entre los condenados a cadena perpetua se encuentra Saleh Younous, quien fuera el m¨¢ximo responsable de la DDS, el brazo ejecutor de la pol¨ªtica represiva de Habr¨¦.
Presidente de Chad, Idriss D¨¦by, fue estrecho colaborador de Habr¨¦. / Foto: AFP
¡°La colaboraci¨®n del Gobierno chadiano ha sido muy importante, hay que reconocerlo¡±, a?ade Brody, ¡°en 2002 levant¨® la impunidad a Habr¨¦ y han aceptado que se lleven a cabo las investigaciones. Sin embargo, es un tema espinoso y habr¨¢ que ver cu¨¢l es su colaboraci¨®n durante el juicio¡±. Y es que el actual presidente chadiano, Idris D¨¦by, tiene que fue uno de los pilares del r¨¦gimen de Habr¨¦, era comandante en jefe de las Fuerzas Armadas entre 1983 y 1985 y estuvo implicado en la represi¨®n, sobre todo en el conocido como septiembre negro de 1984. En aquel mes el Ej¨¦rcito al mando de D¨¦by llev¨® a cabo distintas masacres, de las cuales una de las m¨¢s conocidas y simb¨®licas es la de Deli. Durante las investigaciones previas a este juicio, el Grupo Argentino de Antropolog¨ªa Forense, uno de los mejores del mundo, exhum¨® de una fosa com¨²n los cuerpos de 21 hombres, todos ellos asesinados de un balazo.
Sin embargo, el proceso de Dakar se dirige contra Habr¨¦ y contra nadie m¨¢s. ¡°La participaci¨®n del dictador en la puesta en marcha de la DDS est¨¢ fuera de toda duda. Puso al frente a sus pr¨®ximos, miembros de su etnia o su familia que le daban cuenta todos los d¨ªas. ?l daba las ¨®rdenes, estaba al corriente de todo, incluso segu¨ªa algunos interrogatorios y torturas a trav¨¦s de walkie talkie. Muchos presos reconocieron su voz¡±, explica Brody. Falta saber si Habr¨¦ se defender¨¢, si tomar¨¢ la palabra durante el juicio, lo que no ha hecho hasta ahora. ¡°Nos encantar¨ªa¡±, dice Brody, ¡°hay muchas cosas que preguntarle¡±. De momento, lo que est¨¢ claro es que las palabras de Rose Lokissim est¨¢n a punto de convertirse en realidad. ¡°Chad me lo agradecer¨¢ y la Historia hablar¨¢ de mi¡±.
V¨ªctimas de la represi¨®n de Hiss¨¨ne Habr¨¦, en Yamena. / Foto: HRW
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