Qu¨ªmica electoral
Son imprescindibles organismos de gobernanza internacional para regular los flujos mundiales de alimentos
Aunque en las ¨²ltimas elecciones sentimos cierta identificaci¨®n y qu¨ªmica con aquellos a quienes votamos, hoy recordamos mal qu¨¦ dec¨ªa su programa sobre las cuestiones que m¨¢s nos preocupan. Cuestiones de ¡°pol¨ªtica real¡±, en contraste con las cuestiones de ¡°pol¨ªtica ficci¨®n¡±. Claro que la identificaci¨®n emocional y la pasi¨®n son tambi¨¦n imprescindibles en pol¨ªtica, pero ?no son hoy tantas emociones semillas de pr¨®ximas frustraciones?
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Tanto en Catalu?a como en otras partes de Espa?a y del mundo existen personas aparentemente convencidas de que es posible ¡°empezar desde cero¡±, ¡°romper con el pasado¡± o ¡°la desconexi¨®n¡± (con Espa?a o la Uni¨®n Europea, por ejemplo). En pol¨ªtica, y en un mundo hondamente interconectado, esas met¨¢foras son un sinsentido, racionalmente hablando. Pero no emocionalmente. Aqu¨ª est¨¢n adem¨¢s las frecuentes adhesiones emocionales con esl¨®ganes, l¨ªderes y caudillos, viejos o nuevos. Es f¨¢cil apelar al voto racional, mas esa qu¨ªmica, esas adhesiones siempre han sido frecuentes en todo el espectro electoral. Y hoy lo son de forma especialmente comprensible en los partidos emergentes, leg¨ªtimos vendimiadores de tanta frustraci¨®n e indignaci¨®n.
S¨ª, tenemos una honda necesidad de creer que podemos vivir otra vida en otro mundo. La pol¨ªtica honesta atiende a esa sed sin huir mucho de la realidad; la pol¨ªtica fraudulenta la manipula y capta al votante m¨¢s visceral, frustrado o temeroso (de la emigraci¨®n o de la globalizaci¨®n, por ejemplo). Ocurre en todo el mundo. Pero una sociedad con mayor nivel educativo, material y democr¨¢tico valora mejor las pol¨ªticas con m¨¢s efectos positivos sobre la ciudadan¨ªa. De modo que tambi¨¦n los programas electorales de los partidos emergentes deben ser analizados en funci¨®n de esos posibles efectos. En pol¨ªtica atender a la realidad es obligatorio. Y al votar hacemos pol¨ªtica, somos pol¨ªticos (aqu¨ª, como adjetivo).
A veces hay una incoherencia brutal entre las pol¨ªticas de ficci¨®n y las pol¨ªticas reales
Un buen ejemplo de una cuesti¨®n real y relevante que suelen tratar pocos programas electorales es la contaminaci¨®n qu¨ªmica de los alimentos, causa principal de la contaminaci¨®n interna de las personas. Claro que de entrada la cuesti¨®n no tiene glamour electoral. Pues record¨¦moslo: una parte muy preocupante de las muertes, trastornos e incapacidades que sufrimos, como algunas formas de infertilidad, diabetes, c¨¢ncer o Parkinson se debe a las mezclas de contaminantes qu¨ªmicos artificiales que tenemos en el cuerpo. Su principal v¨ªa de entrada en el organismo son los alimentos y sus envases, as¨ª como el aire y el agua; a veces, la profesi¨®n. Tales contaminantes contribuyen a que acumulemos alteraciones gen¨¦ticas y epigen¨¦ticas (lesionan nuestro ADN o hacen que los genes funcionen mal); o son da?inos para los sistemas nervioso, inmunol¨®gico u hormonal. Pero muchas de esas alteraciones son reversibles. Es otra qu¨ªmica electoral. Real: no hay nadie que no tenga cerca una persona con esos trastornos.
Existen pol¨ªticas que pueden atajar este ejemplar problema. Pregunt¨¦monos pues ?con pasi¨®n y raz¨®n, con cierta ilusi¨®n y realismo? qu¨¦ garant¨ªas ofrecen los programas electorales sobre control de residuos qu¨ªmicos en la comida de guarder¨ªas, escuelas, residencias y hospitales, sobre inspecciones y anal¨ªticas, uso de plaguicidas en los parques y de productos t¨®xicos en la limpieza de espacios p¨²blicos, priorizaci¨®n de productos saludables en contratas y compras. Estas medidas aumentan la cuota de mercado de productos m¨¢s limpios y seguros, los abaratan, apoyan a las empresas comprometidas en su desarrollo y tienen un impacto positivo en la econom¨ªa real.
Conectado con el ¨¢mbito municipal, en los niveles auton¨®mico y estatal, el tipo de organizaci¨®n que m¨¢s eficiente es para controlar los da?os de la contaminaci¨®n ya est¨¢ inventado, y funciona en diversos pa¨ªses. Son agencias de salud p¨²blica aut¨®nomas, con poder ejecutivo y de la m¨¢xima solvencia cient¨ªfico-t¨¦cnica. No est¨¢n sometidas al dictado pol¨ªtico de un ministerio o una consejer¨ªa y pueden negociar y controlar a cualquiera de ellas, as¨ª como a las poderosas empresas que tanto influyen en nuestra salud y ambiente. Cuando nos embargue la desconfianza ante quienes nos tienen que proteger de los riesgos ambientales y alimentarios, pensemos en lo mucho que nos protegen, o no, las pol¨ªticas de estas agencias.
CiU, ERC y PP han aplicado pol¨ªticas id¨¦nticas con las agencias de salud p¨²blica
No es f¨¢cil, pero est¨¢ en nuestras manos hacer m¨¢s. Por ejemplo, votar con m¨¢s realismo y, realmente, con m¨¢s ambici¨®n. Un triste ejemplo de ello, y del brutal choque entre pol¨ªticas de ficci¨®n y pol¨ªticas reales es el siguiente: ante la posibilidad de que actuasen agencias como las mencionadas, CiU, ERC y PP, tan dispares en sus gesticulaciones, han tenido id¨¦nticas conductas. En 2013 CiU y ERC degradaron el nivel que ten¨ªa la agencia de salud p¨²blica dise?ada por la ley de salud p¨²blica, aprobada por unanimidad del Parlamento de Catalu?a. Como si esa unanimidad fuese democr¨¢tica y patri¨®ticamente insignificante. El PP ha mostrado la misma falta de respeto a las Cortes y parecido miedo a una agencia independiente: la que deb¨ªa crear la vigente ley estatal de salud p¨²blica. Cuando hace unos meses algunos profesores preguntamos por las razones de la degradaci¨®n de la agencia catalana la respuesta fue que se hizo para complacer al PP. Esto es pol¨ªtica real, ciudadanas y ciudadanos.
El ejemplo no es banal: en estos momentos hay ni?os y mayores sufriendo una leucemia linfoc¨ªtica aguda, un linfoma no Hodgkin, un Alzheimer... La lista de ¡°externalidades¡± (da?os) que los contaminantes qu¨ªmicos artificiales contribuyen a causar es larga. Las exiguas disminuciones de gasto que quiz¨¢ conllevaron los hachazos a las agencias son muy inferiores a los beneficios que estas habr¨ªan logrado: menor gasto sanitario, mayor productividad, menor sufrimiento por discapacidad, enfermedad y muerte.
Problema: las pol¨ªticas locales (municipales, auton¨®micas, estatales) tienen l¨ªmites. Quiz¨¢ anteayer estaba en una remota regi¨®n china (?tratado con DDT?) el ma¨ªz que ma?ana comer¨¢n unas gallinas ecol¨®gicas de ?vila. Por tanto, son imprescindibles organismos de gobernanza internacional. Que los hay. Aunque muchos todav¨ªa son demasiado d¨¦biles para regular con efectividad los colosales flujos mundiales de animales, semillas, cereales, piensos o plaguicidas. Pero fortalecer las interacciones entre pol¨ªticas municipales, regionales, continentales y mundiales es posible, hay ejemplos. Ello depende en parte de que los ciudadanos m¨¢s activos integremos el an¨¢lisis racional en esa seductora y fugaz qu¨ªmica electoral.
Miquel Porta es investigador del Instituto Hospital del Mar de Investigaciones M¨¦dicas (IMIM) y director de A dictionary of epidemiology (Nueva York, 2014).
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