Cha?bia: la victoria sobre la apariencia en el arte magreb¨ª
Por Anal¨ªa Iglesias
Solo hace falta imaginar a una se?ora de un peque?o pueblo marroqu¨ª, viuda, analfabeta y criando sola a un hijo, en los a?os 40, en Casablanca, para saber que esa se?ora solo habr¨¢ podido trabajar limpiando casas de la burgues¨ªa franc¨®fona sin apenas pronunciar palabra. De rodillas, un trapo y las manos mojadas, siempre sonriente, eso s¨ª. A la biograf¨ªa de Cha?bia habr¨¢ que agregarle que la hab¨ªan casado a los 13 a?os y que, entonces, la familia sinti¨® alivio porque aquella ni?a parec¨ªa incasable: desde peque?a hab¨ªa sido la "loca" del pueblo que cantaba sola y se extasiaba viendo a las tejedoras manos al arte.
Los cuadros de Cha?bia Talal (El Jadida, 1929-Casablanca, 2004) hoy cotizan m¨¢s que los de ning¨²n otro artista magreb¨ª pero, sobre todo, son lo m¨¢s leg¨ªtimo y bello que un visitante extranjero puede disfrutar cuando admira la colecci¨®n permanente del Museo Mohammed VI de Arte Moderno y Contempor¨¢neo de Rabat, por ejemplo.
Fragmento de obra de Cha?bia, en el Museo Mohamemed VI de Arte Moderno y Contempor¨¢neo de Rabat.
?So?¨® esta campesina con arte? Seguramente, y sin saber que eso que so?aba se llamaba arte. Mientras tanto, y ya viuda, solo tuvo anhelos para su hijo, y as¨ª sigui¨® doblada sobre el trapo mojado, por a?os, para que el ni?o pudiera ir a la escuela.
El ni?o aprendi¨® a leer y a escribir. Creci¨® y pint¨®, y quiso convertirse en artista pl¨¢stico. Y la madre pint¨® tambi¨¦n, en secreto, hasta que a su casa llegaron los mecenas y galeristas a ver lo que hac¨ªa el hijo y toparon con la crudeza naif de Cha?bia: hab¨ªan dado con la verdadera artista.
Su hijo, el que quiso ser elegido, es hoy el guardi¨¢n de su legado y regenta una galer¨ªa de arte en Casablanca. Sigue pintando, s¨ª, pero siempre ser¨¢ el hijo de Cha?bia.
Dicen que ella, la chica de El Jadida, hac¨ªa las cinco plegarias diarias del Islam y que nunca quiso volver a casarse. Tras su descubrimiento, frustrado el hijo por ser apenas uno m¨¢s, la artista comenz¨® a ser requerida en la escena casablanquesa y, pronto, tambi¨¦n, en Par¨ªs, donde pas¨® algunas temporadas en comunidades de artistas. De aquellas experiencias se sabe bien poco y, lamentablemente, el biopic sobre su vida que se ha dado a conocer hace pocas semanas en su pa¨ªs abona esa tendencia de cierta ficci¨®n magreb¨ª a pintar las historias de vida como comedias 'blancas', con personajes sin apenas claroscuros, ni sexualidad ni contradicciones.
De la p¨¢gina de Facebook Artista Peintre Cha?bia Talal.
Un artista argentino, Dalmacio Rojas, me dijo una vez en una entrevista que ¨¦l no necesitaba pinceles ni artilugio alguno para pintar. ?l pod¨ªa pintar "con las alpargatas" o con lo que hiciera falta. Eso es el arte cuando sale de las tripas. Eso es Cha?bia. Y eso sentimos cuando estamos cerca de un cuadro suyo y nos tira tambi¨¦n, desde las tripas: hay una atracci¨®n primitiva en sus trazos de manotazos (y alpargatas).
De la p¨¢gina de Facebook Artista Peintre Cha?bia Talal.
Los intelectuales marroqu¨ªes que se han dedicado a ella hablan de "sinceridad". Por caso, la escritora Fatima Mernissi.
O de "simplicidad y profundidad al mismo tiempo", en palabras de Tahar Ben Jelloun. Simplicidad como victoria sobre la apariencia. De ah¨ª lo naif, que nunca es despectivo.
Cartel publicitario del biopic de Youssef Britel.
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