Una lista peligrosa
La filtraci¨®n de datos fiscales convierte la relaci¨®n de investigados en un arma pol¨ªtica
La investigaci¨®n del caso Rato por supuestos delitos fiscales, blanqueo de dinero y alzamiento de bienes se ha convertido en la demostraci¨®n palmaria de una mala gesti¨®n pol¨ªtica y jur¨ªdica. Casi una semana despu¨¦s de que se filtrara la informaci¨®n de que el exvicepresidente del Gobierno se hab¨ªa acogido a la amnist¨ªa fiscal de 2012 y pasados varios d¨ªas desde que Rodrigo Rato fuera detenido durante horas mientras se registraban su domicilio y su despacho, el Gobierno ha sido incapaz de explicar la l¨®gica enrevesada de las sucesivas intervenciones de la Agencia Tributaria, el Sepblac (Servicio de Prevenci¨®n de Blanqueo de Capitales), el recurso apresurado a un juez de guardia para justificar la detenci¨®n o, lo que es m¨¢s chocante, detallar las acusaciones que formulan la Agencia Tributaria y el Sepblac. Todo lo que se ha conseguido confirmar es que la Agencia dispone de una lista de 715 sospechosos de blanqueo de capitales.
Teniendo en cuenta los precedentes de filtraciones y el abuso de la informaci¨®n fiscal, la lista se convierte en un arma arrojadiza muy peligrosa con efectos pol¨ªticos potencialmente devastadores. El ministro de Hacienda se ha especializado en amonestar, coartar y amenazar a la oposici¨®n o a colectivos cr¨ªticos con el Gobierno con supuesta informaci¨®n que no deber¨ªa mencionar; ni siquiera tener. La p¨¦rdida de credibilidad de la Agencia es tan clamorosa, las fugas de informaci¨®n tan repetidas e interesadas, que se hace imprescindible evitar, con cualquier decisi¨®n pol¨ªtica razonable ¡ªquiz¨¢ un compromiso parlamentario con una relaci¨®n estricta de las personas que disponen de esa lista¡ª que los nombres salgan a la luz. A estos extremos de malestar conduce la gesti¨®n aparentemente imprudente de la informaci¨®n por parte de la Agencia y otros organismos.
Editoriales anteriores
Quiz¨¢ era esperar demasiado que el director de la Agencia, Santiago Men¨¦ndez, hubiese dado respuesta ayer a algunas de las explicaciones urgentes sobre el papel del Gobierno; empezando por qui¨¦n inicia la investigaci¨®n y por qu¨¦; siguiendo por la torpeza atropellada que ha causado una confusi¨®n jur¨ªdica, y terminando por el origen de la filtraci¨®n del nombre de Rato (¨²nico conocido entre los investigados). Pero Men¨¦ndez ¡ªadem¨¢s de establecer un hito al afirmar que los datos en su posesi¨®n son ¡°la repera patatera¡±¡ª se perdi¨® entre los vericuetos estad¨ªsticos de la amnist¨ªa y los bienes de espa?oles en el extranjero. Apenas asom¨® a la realidad para ofrecer mensajes de carril: que la denuncia a la fiscal¨ªa sobre Rato responde al procesamiento previsto por la ley y que de la Agencia ¡°nunca salen informaciones sobre contribuyentes¡±.
Ambas afirmaciones est¨¢n superadas por los hechos. Pero no es Men¨¦ndez quien tiene que comparecer en el Parlamento, sino Crist¨®bal Montoro. Y, por supuesto, Rato deber¨ªa comparecer ante la opini¨®n p¨²blica para explicar por qu¨¦ un exministro tiene dinero sin declarar susceptible de purgarse con una amnist¨ªa fiscal.
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