En las redes del acoso
El hostigamiento, ya se ejerza de manera f¨ªsica o ps¨ªquica, se materialice en el mundo real o en el virtual, es un delito
El anonimato que confieren las redes sociales es el mejor est¨ªmulo para un acosador. Lo sabe bien la presentadora de TVE Lara Siscar, v¨ªctima durante varios a?os de insultos, amenazas e intimidaciones desde Twitter y Facebook, las dos plataformas sociales m¨¢s populares. Despu¨¦s de meses de pesquisas, la polic¨ªa ha logrado detener a dos hombres ¡ªsin relaci¨®n entre ellos¡ª que usaban esos instrumentos tecnol¨®gicos para bombardear a la periodista con mensajes denigrantes y vejatorios.
Adem¨¢s de ocultar el nombre, las redes sociales permiten crear un sinf¨ªn de perfiles, una estrategia que dificulta enormemente la tarea de la polic¨ªa para localizar a los autores de estos delitos. Los acosadores de Siscar ¡ªuno de Madrid y otro de Palencia¡ª crearon 30 perfiles diferentes para despistar a los investigadores, lo que evidencia que de poco sirve bloquear una cuenta porque a los pocos segundos puede estar otra activa.
Por mucho que el delincuente se sienta inmune al escribir barbaridades, en el ciberespacio siempre queda rastro. Solo hay que seguir la huella tecnol¨®gica, una tarea que ser¨ªa m¨¢s f¨¢cil si las empresas colaboraran de forma diligente, algo que desgraciadamente en el caso de Siscar no ha ocurrido.
El acoso, ya se ejerza de manera f¨ªsica o ps¨ªquica, se materialice en el mundo real o en el virtual, es un delito. Y el hecho de que se utilicen las redes sociales como soporte no lo hace menos da?ino. En la v¨ªctima puede provocar depresi¨®n, ansiedad, inseguridad y baja autoestima.
De la admiraci¨®n a la persecuci¨®n puede haber solo un paso cuando se trata de celebrities. Muchos famosos, desde la periodista Mar¨ªa Escario a la c¨®mica Eva Hache, pasando por el futbolista Iker Casillas o el comentarista deportivo Juanma Casta?o, han sufrido episodios de acoso.
No hay que trivializar aquellos mensajes que van poco a poco cambiando de tono. Cuando el halago y el embeleco se transforman en ofensa y desprecio es hora de ponerlos en manos de la polic¨ªa. Es la mejor receta para evitar males mayores a las v¨ªctimas.
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