Baltimore, ejemplo de la desigualdad
Desde hace unos d¨ªas, Baltimore est¨¢ en portada de todos los peri¨®dicos del mundo por dos sucesos relacionados entre s¨ª: la muerte de Freddie Gray, afroamericano de 25 a?os que falleci¨® en comisar¨ªa tras ser detenido por cruzar la mirada con un polic¨ªa y llevar una navaja; y los disturbios violentos que sucedieron a su funeral. El gobernador de Maryland decret¨® el estado de alerta y la ciudad fue tomada por la guardia nacional, estableci¨¦ndose el toque de queda durante al menos una semana. Esto no hab¨ªa sucedido en Baltimore desde 1968, a?o del asesinato de Martin Luther King.
De estos dos sucesos todos los medios han informado ampliamente y las portadas se han llenado de fotograf¨ªas de los manifestantes, pero poco sabemos a este lado del Atl¨¢ntico sobre cu¨¢l era la situaci¨®n de Freddie Gray y de los ciudadanos de Baltimore. Las pol¨ªticas segregacionistas y el abandono econ¨®mico de grandes sectores de la poblaci¨®n han conducido a la ciudad a una desigualdad social y en salud inaceptable.
La esperanza de vida en el barrio donde viv¨ªa Freddie Gray? es inferior a la de Bangladesh
La investigaci¨®n en salud p¨²blica ha servido para demostrar los efectos nocivos de ciertas pol¨ªticas sociales y urbanas para la salud de la poblaci¨®n. Un dato significativo: la diferencia en la esperanza de vida entre dos barrios de Baltimore que se encuentran a cinco kil¨®metros de distancia es de 15 a?os. La esperanza de vida en el barrio donde viv¨ªa Freddie Gray (Sandtown-Winchester) es inferior a la de Bangladesh. La esperanza de vida en Roland Park, cinco kil¨®metros al norte, es superior a la de Espa?a y similar a la de Jap¨®n (pa¨ªs con la esperanza de vida m¨¢s alta de mundo).
Baltimore fue una ciudad vibrante, pr¨®spera y rica a finales del siglo XIX cuando era uno de los puertos m¨¢s importantes de intercambio con Europa. All¨ª se establecieron un buen n¨²mero de industrias pesadas, incluyendo algunos de los astilleros m¨¢s importantes del pa¨ªs. Esto atrajo mucha inmigraci¨®n incluyendo afroamericanos que hu¨ªan de la represi¨®n de un Sur donde los linchamientos y la semi-esclavitud eran todav¨ªa comunes y emigrantes europeos (las colonias griegas o polacas forman parte de la historia de esta ciudad).
Los modelos de desarrollo econ¨®mico y urban¨ªstico de muchas de nuestras ciudades europeas est¨¢n produciendo cada vez m¨¢s desigualdad y segregaci¨®n.
La deslocalizaci¨®n industrial de los a?os 60-70 provoc¨® un r¨¢pido aumento del desempleo. Al mismo tiempo, en las ciudades americanas empez¨® el proceso denominado ¡°huida blanca¡± (white flight): la poblaci¨®n cauc¨¢sica abandon¨® progresivamente el centro de las ciudades (inner cities) hacia zonas suburbanas en los extrarradios. La poblaci¨®n en Baltimore pas¨® de 949.000 habitantes en 1950 a 622.000 en 2013.
El fen¨®meno de la huida blanca y la segregaci¨®n de la poblaci¨®n afroamericana est¨¢n vinculados entre s¨ª. La segregaci¨®n es un problema porque concentra la pobreza y a¨ªsla a las minor¨ªas de los buenos trabajos, las buenas escuelas y un entorno saludable. El origen de la segregaci¨®n lo encontramos en las pol¨ªticas y pr¨¢cticas relacionadas con la vivienda y el urbanismo.
Las pol¨ªticas de segregaci¨®n fueron el pan de cada d¨ªa para la poblaci¨®n afroamericana durante finales del siglo XIX y gran parte del siglo XX. El redlining, punta de lanza de la segregaci¨®n en EE UU, se inici¨® en ciudades como Baltimore y Chicago. A trav¨¦s de esta pol¨ªtica urban¨ªstica se delinearon mapas de las ciudades que puntuaban a los barrios en funci¨®n de su ¡°seguridad residencial¡±. Las ayudas a la compra de la vivienda, originadas en el New Deal y las leyes de est¨ªmulo posteriores a la II Guerra Mundial que daban cr¨¦ditos baratos a los soldados, s¨®lo se daban para la compra de vivienda en aquellos barrios con altas puntuaciones, de mayor¨ªa blanca.
Una investigaci¨®n de la Universidad Johns Hopkins en Baltimore rescat¨® documentos de varias constructoras y promotoras que confirmaban la sospecha de que dichas empresas seleccionaban exclusivamente residentes blancos para las ¨¢reas de nueva construcci¨®n. Estas pol¨ªticas estuvieron en pr¨¢ctica desde 1893 hasta 1948.
Barrios como Sandtown-Winchester, donde viv¨ªa Freddie Gray, u Oldtown/Middle East, donde est¨¢ situado el prestigioso hospital Johns Hopkins, presentan indicadores de desarrollo social y de salud similares a pa¨ªses en v¨ªas de desarrollo. Comparando estos barrios con otros de la ciudad como Roland Park, las diferencias se hacen a¨²n mayores; las tasas de criminalidad, pobreza y desempleo entre 20 y 30 veces mayores, renta media 5 ¨® 10 veces menor, con 1/6 de la poblaci¨®n en libertad condicional (sin tener en cuenta los que est¨¢n en prisi¨®n), 15 a?os de esperanza de vida menos y tres veces m¨¢s mortalidad infantil.
Los modelos de desarrollo econ¨®mico y urban¨ªstico de muchas de nuestras ciudades europeas est¨¢n produciendo cada vez m¨¢s desigualdad y segregaci¨®n.
No debemos obviar las diferencias econ¨®micas, la separaci¨®n y aislamiento de poblacionales marginales (desempleados, inmigrantes recientes, gitanos) en algunos barrios de las ciudades espa?olas. La violencia no es quiz¨¢ la manifestaci¨®n m¨¢s usual de nuestras tensiones sociales, pero s¨ª debemos saber que las desigualdades econ¨®micas, desigualdades en empleo, en educaci¨®n y en salud siguen aumentando y concentr¨¢ndose.
Como en el caso de Baltimore, es de radical importancia conocer los procesos que nos han llevado a la situaci¨®n actual. La conjunci¨®n de pol¨ªticas p¨²blicas desacertadas deriva en ciudades en las que conviven dos realidades muy distintas, creando barrios en los que se perpet¨²an el ciclo de pobreza, la falta de oportunidades y futuro para los j¨®venes, y la mala salud de sus residentes.
?Tenemos la voluntad, y las herramientas pol¨ªticas, econ¨®micas y urban¨ªsticas para crear ciudades m¨¢s justas, m¨¢s saludables, m¨¢s libres, m¨¢s unidas y finalmente m¨¢s felices?
Manuel Franco es profesor de Salud P¨²blica en las universidades de Alcal¨¢ de Henares y Johns Hopkins
Usama Bilal es estudiante de doctorado en la Universidad Johns Hopkins
Richard Cooper es catedr¨¢tico de Salud P¨²blica en Loyola University Chicago
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