Segunda oportunidad
?C¨®mo ser¨ªa Madrid si hubieran ganado los concursos de edificios p¨²blicos los segundos premios a lo largo del siglo XX?
Cuando en una entrevista le preguntaron al arquitecto Rem Koolhaas qu¨¦ cosas podr¨ªan llegar a enfurecerle de su profesi¨®n, respondi¨® que lo m¨¢s frustrante era el esfuerzo desperdiciado. ¡°La enorme cantidad de talento que se pierde en los concursos, aut¨¦nticos vertederos de inteligencia¡±. Y dudaba de que otra profesi¨®n tolerase algo tan insano.
Al hilo de esta constataci¨®n, y teniendo en cuenta que en la vida no solo cuentan los n¨²meros uno, dos j¨®venes proyectistas han inaugurado en el Colegio de Arquitectos de Madrid la exposici¨®n Segundo premio (se puede visitar hasta finales de junio), un homenaje a esos proyectos de los que nadie habla porque, al no ganar, cayeron en el olvido.
Una pregunta, ?c¨®mo ser¨ªa Madrid si hubieran ganado los concursos de edificios p¨²blicos los segundos premios a lo largo del siglo XX?, ha servido a Paula Garc¨ªa-Masedo y Gonzalo Pardo para crear una muestra en la que la derrota le echa un pulso al presente. ¡°Hemos aprendido que los concursos han influido de forma determinante en la transformaci¨®n de Madrid. Y, sobre todo, dos cosas muy significativas: que en todo este desarrollo arquitect¨®nico la presencia de mujeres ha sido muy escasa (hasta los ochenta, Carmen Espegel y poco m¨¢s), algo que en las ¨²ltimas d¨¦cadas ha cambiado. En segundo lugar, que hasta hace 10 a?os hab¨ªa muy pocos colectivos, mientras que hoy es al rev¨¦s: hay m¨¢s equipos que arquitectos en solitario. Adem¨¢s, se han incorporado extranjeros a la construcci¨®n de la ciudad, pues hasta los noventa Madrid la hab¨ªan construido madrile?os¡±.
Paula y Gonzalo proponen visitar ese Madrid ficticio haciendo un esfuerzo mental sustitutivo
Paula y Gonzalo proponen visitar ese Madrid ficticio haciendo un esfuerzo mental sustitutivo. Entre sus segundos favoritos destaca una preciosa y arriesgada Flor de Tu?¨®n y Mansilla (que hubiera sido la Caja M¨¢gica que gan¨® Dominique Perrault), algo as¨ª como una lata de coca-cola aplastada. Lo repaso admirado y me pregunto qu¨¦ har¨¢ un estudio con un proyecto de esta magnitud. Llamo a Emilio Tu?¨®n y oigo su risa: ¡°Ah, los segundos premios¡ Unos dicen que los ganan los pragm¨¢ticos y los pierden los ut¨®picos¡ Competir no es lo m¨¢s importante. Los concursos son los I+D de las oficinas de arquitectos. Son un paso m¨¢s, y esas joyitas las guardamos y a veces se reciclan o son el germen de otro edificio, el trabajo de investigaci¨®n para futuros proyectos¡±. ?Qu¨¦ fue de aquella pista de tenis? ¡°Devino en un banco para sentarse. F¨ªjate, de algo tan grande a algo tan peque?o, pero el a?o de los Juegos Ol¨ªmpicos Londres estaba lleno de ellos¡ ya ves¡±.
Algunos edificios enriquecen la memoria y forman parte de un imaginario colectivo ineludible. La arquitectura da forma a las vidas de las personas, y los concursos, a la ciudad. ¡°Hay algunos segundos premios mucho m¨¢s famosos que los primeros¡±, recuerdan Paula y Gonzalo. Algo que podemos comprobar disfrutando de obras que nunca vieron la luz de d¨²os como ?balos y Herreros, Tu?¨®n y Mansilla, Corrales y Molez¨²n y P¨¦rez Pita y Junquera, arquitectos de primera que tambi¨¦n quedaron segundos.
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