?Puede el estilismo de Albert Rivera restarle votos?
Especialistas en moda e imagen pol¨ªtica analizan la indumentaria del l¨ªder de Ciudadanos. ?Corbata, traje, pa?uelos? Algo falla, aseguran
Conservador, pulcro, innovador, joven o m¨¢s de lo mismo: el aspecto de Alberto Rivera (Barcelona, 35 a?os) despierta la misma disparidad de opiniones que el programa pol¨ªtico de su partido. El bar¨®metro del mes de abril del Centro de Investigaciones Sociol¨®gicas (CIS) acaba de confirmar el auge definitivo de Ciudadanos (acaparar¨ªa el 13,8% de los votos) e instituciones como Metroscopia hablan de expectativas de voto cercanas al 20%. Al mismo tiempo, la imagen personal y las elecciones indumentarias de Rivera se mantienen en un terreno intermedio. No suscita las adhesiones entusiastas que provocaba el sincorbatismo de Tsipras o el glamour rockero de Yanis Varoufakis, pero tampoco cuenta con un estilo tan definido e inequ¨ªvoco como Pedro S¨¢nchez o Pablo Iglesias, l¨ªderes de PSOE y Podemos, respectivamente. Aunque apenas luce los polos o las camisas de domingo de sus primeras apariciones p¨²blicas, son muchos los que defienden que la evoluci¨®n estil¨ªstica de Rivera a¨²n tiene que superar la prueba de fuego de la relevancia.
¡°No ofrece nada nuevo¡±, sostiene Patrycia Centeno, consultora de est¨¦tica pol¨ªtica y corporativa y autora de Pol¨ªtica y Moda, la imagen del poder y Espejo de Marx, ?la izquierda no puede vestir bien?. ¡°Cuando se present¨® desnudo [en el cartel de una campa?a electoral, en 2006] y fue uno de los primeros pol¨ªticos en entrar en el Parlament con vaqueros parec¨ªa que podr¨ªa abanderar la modernizaci¨®n del uniforme pol¨ªtico, pero finalmente ha acabado acatando el viejo estilo diplom¨¢tico¡±, explica. Tampoco deja escapar una de las cuestiones enormemente significativas en la era post-Syriza: la corbata. ¡°No le gusta llevarla¡±, explica Patrycia, ¡°y tampoco sabe anud¨¢rsela, as¨ª que podr¨ªa prescindir de ella. Pero insiste en ponerse corbatas de dise?o estrecho que en ¨¦l se antojan rid¨ªculas porque su anchura de hombros le hace parecer desproporcionado¡±. Desde su experiencia, Centeno ofrece un diagn¨®stico contundente y sin contemplaciones de sus grandes errores: ¡°Hubo una ¨¦poca en que sus trajes brillaban, pero por suerte eso ya pas¨®. El pseudopa?uelo de pecho es de risa¡±.
Parec¨ªa que podr¨ªa abanderar la modernizaci¨®n del uniforme pol¨ªtico, pero finalmente ha acabado acatando el viejo estilo diplom¨¢tico Patrycia Centeno, autora de Pol¨ªtica y moda, la imagen del poder y Espejo de Marx
Lograr una mayor dosis de personalidad exige audacia, pero tambi¨¦n dotes de c¨¢lculo. ¡°Un discurso tan teleg¨¦nico como el suyo merecer¨ªa no tropezarse con obst¨¢culos derivados de querer resultar cercano¡±, argumenta Daniel Garc¨ªa, director de moda de ICON, que menciona algunas de estas tentativas: ¡°Las camisas con inquietudes decorativas que lleva, o esa combinaci¨®n de americana con vaqueros lavados, en plan buen yerno¡±. Por ello, recomienda una soluci¨®n infalible: ¡°Buen traje, buena camisa, buen abrigo¡±. Ante todo, no dejarse apabullar por los dilemas estil¨ªsticos. ¡°Rivera ya puede empezar a vestir como alguien tan eficaz que no tiene tiempo para pensar qu¨¦ ponerse¡±, apunta Garc¨ªa.
?Corre el candidato de Ciudadanos el riesgo de resultar demasiado precavido? ¡°Albert Rivera viste como el arquetipo que representa: un aseado conservador que estudi¨® en ESADE, y que luego lider¨® un partido conservador en Catalu?a y ahora en Espa?a¡±, comenta Luis Arroyo, experto en comunicaci¨®n pol¨ªtica y autor de El poder pol¨ªtico en escena: Historia, estrategias y liturgias de la comunicaci¨®n pol¨ªtica. ¡°Sus trajes y corbatas, su comunicaci¨®n verbal y no verbal conducen a esa narrativa con la que ¨¦l es muy coherente¡±, a?ade. Al margen de esta reflexi¨®n, ?le recomendar¨ªa un cambio sustancial? ¡°No percibo muchos fallos en eso, aunque yo le recomendar¨ªa que de vez en cuando le vi¨¦ramos en otros lugares que no sean el Parlament o una televisi¨®n¡±, afirma. ¡°Menos corbata y m¨¢s mangas de camisa, indicando trabajo en el terreno¡±.
Una opini¨®n similar es la que sostiene A. Lora, estilista de los informativos y programas de actualidad de La Sexta. ¡°Se le suele definir como elegante, pero no lo veo as¨ª¡±, argumenta. ¡°Tiene un estilo correcto y est¨¢ndar que concuerda con lo que mucha gente entiende por vestir bien, pero est¨¢ lejos de ser un referente¡±. El estilista le sugiere aprender de Zapatero, ¡°que con peque?as modificaciones consigui¨® una buena evoluci¨®n¡±. Tambi¨¦n alaba algunos de sus aciertos: ¡°Antes llevaba trajes rectos y ahora ha comenzado a introducir algunos cortes m¨¢s entallados, cuellos un poco m¨¢s estrechos y corbatas de pala media y peque?a que armonizan mejor con su edad¡±. ?Alguna sugerencia? ¡°Dejarse asesorar para incluir m¨¢s detalles calculados, porque en pol¨ªtica todo cuenta¡±. Y, sobre todo, prestar menos atenci¨®n al precio y la marca de sus trajes, y m¨¢s al corte de los mismos. Su tal¨®n de Aquiles es, en opini¨®n de Lora, ¡°las mangas de sus chaquetas, que no le quedan como deber¨ªan¡±. Coincide con ¨¦l Patrycia Centeno, que explica el motivo: ¡°Rivera posee una constituci¨®n de nadador y es muy complicado que un traje que no sea a medida pueda sentarle bien, porque parece que la americana le quede prieta en los brazos¡±, explica. ?Le faltan quiz¨¢s referentes? La experta en moda y pol¨ªtica propone una soluci¨®n: ¡°Si quiere ir de cl¨¢sico, que no se fije en la clase pol¨ªtica espa?ola: que consuma mucho cine en TCM¡±.
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