La movida removida, no agitada

Ese joven retratado por Alberto Garc¨ªa-Alix en 1981, con un aire fronterizo entre teddy boy y mayoral de Las Ventas, es, 34 a?os m¨¢s tarde, un an¨®nimo cincuent¨®n escueto de talla y palabras, con barba de cesante y cabellera en desbandada, que apura un t¨¦ negro en el sal¨®n modernista del un d¨ªa excitante C¨ªrculo de Bellas Artes de Madrid. Edi Clavo fue durante 18 a?os bater¨ªa y coautor, junto a Jaime Urrutia y Ferni Presas, de los ¨¦xitos de Gabinete Caligari: aquella suma rockera de voz, guitarra, bajo y percusi¨®n nacida en 1981; Cuatro rosas, Camino Soria, Sangre espa?ola: un mill¨®n de copias; mil conciertos; cien canciones; diez discos. Rock torero. Un punk suburbial. Pieza clave musical, estil¨ªstica e indumentaria de la movida, aquel movimiento cultural/callejero que surc¨® Espa?a entre finales de los setenta y mediados de los ochenta, sacudi¨® de las solapas del pa¨ªs la caspa acumulada tras d¨¦cadas de dictadura y asombr¨® 15 minutos al mundo. El dinero p¨²blico catapult¨® ese invento a todo el territorio en forma de infinitos conciertos municipales gratis total rodeados de fritanga y coches de choque. Fue tambi¨¦n su p¨ªldora de cianuro. Cuando se agotaron los fondos, agoniz¨® sin pena ni gloria.

Pero con un amplio obituario. Muchos se han atribuido la movida; haber transitado por sus orillas otorgaba el mismo marchamo de distinci¨®n que para la generaci¨®n anterior haber tirado adoquines a los CRS en la rive gauche; pocos la han retratado con sentido hist¨®rico, m¨¢s all¨¢ de las biograf¨ªas hagiogr¨¢ficas de las estrellas musicales del momento financiadas por sus discogr¨¢ficas; algunas pobres exposiciones de alcald¨ªa y un pu?ado de documentales: el ¨²ltimo, centrado en la biograf¨ªa del viejo compa?ero de viaje en Gabinete (y hoy notorio examigo) de Clavo, Jaime Urrutia, el front man de la banda, bajo el t¨ªtulo La fuerza de la costumbre, que poco aporta al an¨¢lisis de aquellos a?os. Matr¨ªcula de honor merece Sabino M¨¦ndez, letrista y guitarra de Loquillo y los Trogloditas en su juventud; fil¨®logo en su quinta vida y protofundador de Ciudadanos en la pen¨²ltima, en dos novelas estimables, biogr¨¢ficas y adobadas en hero¨ªna (la misma que acab¨® con Antonio Vega, Enrique Urquijo o Pepe Risi): Corre, Rocker y Hotel Tierra.

Edi Clavo ha abandonado unas horas su refugio escurialense; el cromado y pulido de sus 14 motos Cafe Racer, entre las que inventar¨ªa Triumph, Norton, Ducati y Agusta; la escritura cotidiana y alg¨²n whisky en casa de madrugada rumiando el pasado sin tener que pisar nunca m¨¢s un bar a los que tanto cant¨® su banda (disuelta v¨ªctima de la traici¨®n, la decadencia y la incompatibilidad de caracteres en 1999). Porta bajo el brazo Electricidad revisitada (editorial Milenio), una s¨®lida disecci¨®n de aquel tiempo excitante, bajo la f¨®rmula de 12 conciertos de los que fue testigo (desde Burning y Ramones a los Rolling y Bowie, pasando por Neil Young, Nirvana y H¨¦roes del Silencio) como punto de partida de 12 momentos de su vida, su carrera y los devenires de la movida: auge, decadencia y muerte. Por sus 230 p¨¢ginas de tipograf¨ªa apretada desfilan fantasmas de artistas, m¨¢nager, groupies, propietarios de garitos y periodistas del ramo por un decorado entre galdosiano y modianesco de bares de copas y de taxistas que ya no existen y calles que pocos pueden localizar en el mapa de Madrid; bolos en pueblos manchegos; novias hoy cincuentonas; uniformes de recluta; copas de an¨ªs; muchas drogas; guitarras Gibson y Fender. Sin esbozar la m¨ªnima sonrisa, frente a un ventanal abierto a la Gran V¨ªa madrile?a, Clavo afirma que su ensayo es producto de su formaci¨®n universitaria de historiador y de su condici¨®n de m¨²sico profesional. Del m¨¦todo y la vivencia. De un tiempo que no echa de menos, pero que ha disfrutado dando a conocer. Aunque solo sea para surgir de sus cenizas durante unas horas. Y confesar que Camino Soria, su m¨¢ximo hit, se iba a llamar Camino Cuenca. ¡°Pero, a ver, ?qu¨¦ rima con Cuenca?¡±.

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