20 finales para 'Mad Men', por 20 autoridades en la materia
Muerto a disparos. En California con la camarera. 'Gigol¨®' en Marbella. Escritores, actores, publicistas... Todos tienen su predicci¨®n
Is that all there is? (?Es eso todo lo que hay?), canta Peggy Lee en un cap¨ªtulo de la temporada final de Mad Men. El tema de 1969 que Matthew Weiner, creador de la serie, baraj¨® como posible sinton¨ªa, resume esa sensaci¨®n de abismo que se ha apoderado en los episodios finales de su protagonista, Donald Draper, y de los millones de seguidores de la ficci¨®n que, tras siete temporadas, se despide este lunes 18 (21.30h., Canal +). ICON ha pedido a 20 autoridades en la materia que apuesten por su final. Del suicido al asesinato pasando por un exilio en Marbella, todas las opciones est¨¢n abiertas.
"LA CONSPIRACI?N PARANOICA"
La escritora Elvira Lindo, seguidora de la serie, se apunta ¡°insensatamente¡± a una de las teor¨ªas conspirativas que ronda por internet. As¨ª lo explica: ¡°El nombre clave es D.B.Cooper. Se trata del ¨²nico caso sin resolver de la pirater¨ªa a¨¦rea americana. Dan Cooper, vestido impecablemente, secuestr¨® un avi¨®n y pidi¨® un rescate de 200.000 d¨®lares y un paraca¨ªdas. Lo recuerdan con un bourbon en una mano y un cigarro en la otra. El FBI concedi¨® lo que ped¨ªa y el avi¨®n aterriz¨®. Despu¨¦s le facilitaron, como hab¨ªa exigido, otro avi¨®n para fugarse. En pleno vuelo, Cooper encerr¨® a la tripulaci¨®n en la cabina, abri¨® la puerta trasera y salt¨®. Nunca se ha sabido nada m¨¢s de ¨¦l aunque el caso ha sido reabierto. La historia, por tan misteriosa, ha pasado a la cultura popular y se cuenta en canciones, libros y una pel¨ªcula¡±. Pese a que esta teor¨ªa ha sido desmentida por Weiner, la conspiranoia de Lindo, no deja de ser fascinante. ¡°Hay un tipo dedicado a estudiar la relaci¨®n entre Cooper y Draper. Asegura que, desde un principio, Weiner nos ha estado avisando de la naturaleza del personaje¡±, cuenta la escritora.
Elvira Lindo ve conexi¨®n entre Don Draper y D.B.Cooper, un misterioso y elegante ladr¨®n al que todav¨ªa busca el FBI?
"DON y JOAN SE ACUESTAN Y ESCUCHAN A PINK FLOYD"
Bastante m¨¢s prosaico, a Miguel Garc¨ªa Vizca¨ªno, director creativo y socio fundador de la agencia de publicidad Se?ora Rushmore, le encantar¨ªa que el desenlace resolviera la tensi¨®n entre ¡°dos animales sexuales mitol¨®gicos¡±, Don Draper y Joan Holloway, la jefa de secretarias devenida en socia de la agencia de creativos. ¡°Imagino a esos dos seres, tan perdidos y potentes a un tiempo, echando un polvo ansiado durante siete temporadas en la mesa de juntas de Sterling Cooper Draper & Pryce (SCD&P), escuchando Wish you where here, de Pink Floyd [s¨ª, ya sabemos que el cl¨¢sico de Pink Floyd es de 1975, pero esto es ficci¨®n, ?no?]. Acto seguido, montar¨ªan una agencia en San Francisco y se llevar¨ªan la cuenta de Coca Cola¡±.
"MUERTE O SUICIDIO"Mariola Cubells, periodista y analista de televisi¨®n, se barrunta lo peor desde hace semanas. ¡°Los ¨²ltimos cap¨ªtulos me han intranquilizado mucho: esas miradas perdidas de Don, rodeado de socios que no le llegan a la altura del bet¨²n, me producen zozobra. Acabar con ¨¦l quiz¨¢ sea razonable, pero quisiera que no ocurriese lo que me temo: va a morir. Y me horroriza, ya sea muerte o suicidio. Ojal¨¢ encuentre la calma, solo o junto a una mujer que le borre esa media sonrisa de hombre perdido¡±, dice. Cubells, que se despedir¨¢ de la serie en una cena junto a otros seguidores, a¨²n tiene m¨¢s deseos: ¡°Que Peggy alcance el ¨¦xito personal y profesional y la pobre Sally, hija de Don y Betty Draper, no herede lo peor de sus progenitores. De lo contrario, est¨¢ condenada a la miseria moral. Y, si no es mucho pedir, que Joan d¨¦ un zas en toda la boca al nuevo ejecutivo de McCan¡±.
Que Peggy alcance el ¨¦xito personal y profesional y la pobre Sally, hija de Don y Betty Draper, no herede lo peor de sus progenitores" Mariola Cubells, analista de televisi¨®n
"QUE DON MONTE UN BURDEL"
La multinacional de la publicidad ha cobrado un enorme protagonismo en los cap¨ªtulos finales de Mad Men tras absorber la agencia de Draper. M¨®nica Moro, Directora General Creativa de McCan en Espa?a, comparte los malos augurios de Cubells. ¡°Es m¨¢s: Don tiene que morir. Aunque me debato entre la desaparici¨®n o la redenci¨®n. Qui¨¦n sabe. Quiz¨¢ vuelva al lugar donde se cri¨® y monte un burdel. Pero espero algo fat¨ªdico. Los de McCan nos hemos convertido en los mal¨ªsimos de la serie. No tendr¨ªa sentido que acabase trabajando para una agencia que aparece retratada como una despiadada f¨¢brica del capitalismo¡±, cuenta ironizando sobre una compa?¨ªa que, pese a la mala imagen que proyecta la serie, ha rentabilizado su momento de gloria: sus menciones en redes sociales han aumentado un 46% desde el arranque de la s¨¦ptima y ¨²ltima temporada de Mad Men.
"OJAL? SALGA DEL ARMARIO"
A la teor¨ªa mortuoria se apunta tambi¨¦n Frank Blanco. El presentador nunca ha zapeado Mad Men desde el plat¨® de Zapeando (La Sexta), pero desde que se enganch¨® a la ficci¨®n sospecha que su final aparece anticipado en su cabecera, en la que un hombre cae en picado desde lo alto de un rascacielos. ¡°Es el suicidio de Don", apuesta. Claro que, tras siete temporadas cogiendo cari?o al s¨¢tiro de buenos sentimientos de Madison Avenue, alberga buenos deseos para ¨¦l. "Ojal¨¢ saliera del armario y recuperara su verdadera identidad como Dick Whitman. Creo que solo viviendo sin el tormento de esconder su pasado podr¨¢ ser feliz¡±, reflexiona Blanco.
Me encantar¨ªa que Don enfrentase su crisis de mediana edad con una buena huida hacia adelante. Tal vez una fuga californiana con esa camarera oscura" David Mart¨ªn, psic¨®logo
"NO PUEDE, NI DEBE, ACABAR BIEN"
Acaba la serie pero tambi¨¦n los cigarillos consumidos en las oficinas de SCD&P hasta el ¨²ltimo aliento de nicotina y los tragos bebidos entre horas como si de agua se tratase. El bartender Diego Cabrera prepara como pocos ese mezcla de whisky, aromatizado con amargo frutal, angostura, peladura de naranja y az¨²car y, como seguidor de la serie, vaticina tambi¨¦n un final tr¨¢gico por la ¡°absoluta deriva emocional¡± en la que vive (y bebe) Draper. ¡°No puede, ni debe, acabar bien. Un final amable ser¨ªa una gran decepci¨®n. Tiene que sufrir un castigo por desaprovechar una y otra vez la posibilidad de ser feliz¡±. Como Frank Blanco, Cabrera cree que la cabecera encierra un mensaje encriptado. ¡°Cerrar con un suicidio en toda regla puede resultar un recurso f¨¢cil para un entramado tan emocionante, pero garantiza un gran final¡±, opina.
"LES AMO DEMASIADO. NO QUIERO QUE SUFRAN"
¡°Es el suicidio de Don", apuesta Frank Blanco.?¡°No puede, ni debe, acabar bien. Un final amable ser¨ªa una gran decepci¨®n", a?ade Diego Cabrera
No ser¨ªa, en cualquier caso, el desenlace inicialmente so?ado por Weiner que, tras la primera temporada, adelant¨® que todo acabar¨ªa bien para sus criaturas. ¡°El problema es que la cadena le pidi¨® un gancho final que garantizase que los espectadores siguieran viendo la serie¡±, cuenta contrariado Carlos de Pando, guionista de Velvet y Gran Hotel. Si de Pando dependiera, Mad Men tendr¨ªa un final feliz. ¡°Weiner escribi¨® ese gancho con l¨¢grimas en los ojos, porque odiaba que sus personajes sufrieran. Y eso es lo yo que quiero: que no sufran. Les quiero demasiado como para desearles otra cosa¡±, afirma.
"EL MUNDO DE PEGGY DEBE TRIUNFAR"
Iguales deseos alberga uno de los directores de casting m¨¢s pretigiosos de Espa?a, Lu¨ªs San Narciso. Responsable de los repartos de 7 vidas, A¨ªda y de varias pel¨ªculas de Pedro Almod¨®var o Alejandro Amen¨¢bar, se confiesa enamorado del elenco de la ficci¨®n de la cadena AMC, ¡°sobre todo de las actrices¡±. Quiz¨¢ por eso le gustar¨ªa que Draper conociera ¡°a una mujer interesante y montara un chiringuito de publicidad, lejos de la ansiedad que le rodea¡±. A sus mismas buenas intenciones se apunta Concepci¨®n Cascajosa, coautora de Mad Men: Reyes de la Avenida Madison (Editorial Capit¨¢n Swing), que apuesta por un final ¡°sin nostalgias ni cocktails". "Me gustar¨ªa que fuese la despedia de una forma de entender el mundo destinada a desaparecer, la de Don, y la llegada de otra llamada a prevalecer, la de Peggy¡±, apunta.
Betty, su primera esposa, podr¨ªa acabar acept¨¢ndole tal y como es, dando lugar a un nuevo comienzo, alejado de la publicidad" Noel Biderman, CEO de Ashley Madison
"DON EMPEZAR? DE NUEVO"
Tambi¨¦n Juan Moscoso, portavoz de Econom¨ªa del Grupo Socialista en el Congreso y diputado por Navarra, est¨¢ convencido de que el publicista se reencontrar¨¢ finalmente consigo: ¡°Me gustar¨ªa que dejara de representar al personaje que interpreta desde que adopt¨® la personalidad de otro hombre. Cada vez se ha sentido m¨¢s inc¨®modo, ya no se identifica con su vida. Le veo empezando de nuevo, siendo al fin ¨¦l mismo y orgulloso de su talento¡±.
"SE FUGA A CALIFORNIA CON LA CAMARERA OSCURA"
Un final feliz as¨ª complacer¨ªa a muchos seguidores pero parece poco probable tras 92 cap¨ªtulos en los que sus personajes han superado traumas infantiles, abortos y suplantaciones de identidad. En sus ¨²ltimos episodios, la serie ha arrojado a su principal protagonista a las fauces del vac¨ªo existencial. David Mart¨ªn, psic¨®logo y fan ac¨¦rrimo (no es una forma de hablar: ha visto la serie dos veces de cabo a rabo) hace pasar a los personajes por su div¨¢n y apuesta por un cierre terap¨¦utico. ¡°Me encantar¨ªa que Don enfrentase su crisis de mediana edad con una buena huida hacia adelante. Tal vez una fuga californiana con esa camarera oscura. Ojal¨¢ Peggy rompa con el patriarcado y triunfe con su proyecto empresarial. Ser¨ªa genial ver a Peter Campbell consumirse de envidia: merece mucha decadencia. Joan probablemente se retire y vista santos. Y Betty, fumando... sufriendo el rencor de su hija Sally¡±. ?Y Roger? ¡°Alguien debe morir¡±, dice Mart¨ªn. ¡°Podr¨ªa ser el propio Don, pero creo que ser¨¢ Roger¡±.
"NO PUEDE LLEGAR M?S ALTO"Isabel V¨¢zquez, autora de Me llamo Peggy Olson (Ediciones B), no espera ¡°nada extravagante¡±. ¡°El final de Don ser¨¢ vulgar, acomplejado y rodeado de fantasmas. Se despojar¨¢ del disfraz de pr¨ªncipe deslumbrante y veremos a un tipo ordinario de mediana edad envuelto en la melancol¨ªa. Ya ha reinado: no puede llegar m¨¢s alto. Su tiempo ha pasado y se despedir¨¢ profundamente solo. Porque hasta cuando est¨¢ acompa?ado, Don est¨¢ solo¡±, dice.
"VOLVER? CON BETTY"
No deja de ser curioso que Noel Biderman, CEO y Fundador de Ashley Madison, la agencia especializada en concertar citas entre infieles, apueste en cambio por un final rom¨¢ntico en el que Don acabe acompa?ado. ¡°Betty, su primera esposa, podr¨ªa acabar acept¨¢ndole tal y como es, dando lugar a un nuevo comienzo, alejado de la publicidad, con una vida m¨¢s plena y divertida. Don aspira a su realizaci¨®n personal, aunque sus acciones vayan a menudo en contra de lo p¨²blicamente aceptado¡±, comenta Biderman en alusi¨®n a las cerca de 20 amantes a las que Draper ha conquistado desde que arranc¨® la serie en julio de 2007.
"CON GAFAS OSCURAS Y CARA DE ASCO"
?Acabar¨¢ de vuelta al redil un hombre que ha sobrevivido a una infancia en un pr¨®stibulo, a una deserci¨®n en plena guerra y a un divorcio de un mill¨®n de d¨®lares de los de finales de los a?os 70? Cuesta creerlo. Bob Pop, analista de televisi¨®n de la revista Mongolia y colaborador del programa En el aire, le imagina continuando su carrera en el mundo de las mentiras con un salto a la televisi¨®n. ¡°Veo a Don con gafas oscuras y cara de asco como miembro del jurado de un talent show musical. Me gustar¨ªa que Peggy se hiciera galerista y descubiera a Keith Haring, ya que para Warhol llega un poco tarde. Que Joan se curara las humillaciones escribiendo poes¨ªa a lo Anne Sexton y salvara la vida a Truman Capote. Que una voz en off anunciara que todo lo que hemos visto era falso y que todo lo que va a vivir cualquiera que trabaje en publicidad tambi¨¦n lo es. Y que en el ¨²ltimo episodio sonara Good bye yellow brick road, de Elton John, o You are so vain, de Carly Simon".
"EN MARBELLA DE 'PLAYBOY"
M¨¢s terrenal imagina Rafa Ben¨ªtez el futuro de Draper. Tan fascinado qued¨® al descubrir al personaje que su nombre fue fuente de inspiraci¨®n de Don, la revista para tablets que dirige. Para ¨¦l sue?a un final ¡°en plan pionero en Marbella, donde montar¨ªa un chiringuito y se convertir¨ªa en un personaje de la jet set que alterna con los Hohenlohe, aparece en ?Hola! y rivaliza como playboy con Espartaco Santoni y Philippe Junot¡±. Casi nada.
"TIROTEO CRUZADO"
Uno encuentra fans de la serie en los lugares m¨¢s insospechados. Y frente a un mapa de isobaras, el meteor¨®logo de Antena Tres Roberto Brasero pronostica nubarrones para sus protagonistas: ¡°Imagino a Peggy apuntando con una pistola a Don, el ¨²nico hombre al que ha amado, mientras al otro lado del despacho tambi¨¦n le apunta Roger, que ya no soporta admirarle tanto. Sus disparos se cruzan sobre Don que en ese momento se agacha para poner m¨¢s hielo en su whisky. Con el vaso en la mano, contempla los cuerpos abatidos de los ¨²nicos seres a los que ha querido siempre. Y enciende un pitillo¡±. Su final so?ado recuerda a una de esas pel¨ªculas de cine negro tan habituales en el canal de cine cl¨¢sico TCM. Su Director de Comunicaci¨®n, Juan Zavala, s¨®lo espera que no haya despedidas tr¨¢gicas. ¡°Pero como sospecho que Don no superar¨¢ sus demonios, s¨®lo aspiro a que cada cierto tiempo, Weiner ruede un programa especial que nos permita seguir sabiendo de ¨¦l¡±. No estar¨ªa mal.
"SEGUIR BEBIENDO Y FUMANDO"
En el bando de quienes no esperan grandes giros de gui¨®n se sit¨²an dos actores. Fran Perea desea que Don encuentre la paz consigo mismo y Peggy consiga el reconocimiento laboral. ¡°Y no estar¨ªa mal un acercamiento entre Sally y Betty¡±, a?ade. Como ¨¦l, Diego Mart¨ªn, pide que el reloj se detenga para siempre en Madison Avenue. ¡°Ojal¨¢ se quedaran estancados en los a?os 60, Roger Sterling se afeitara el bigote y todos sigui¨¦ramos bebiendo y fumando hasta el final de los tiempos, pero congelados¡±, dice despidi¨¦ndose de la serie galardonada con 15 premios Emmy y cuatro Globos de Oro.
"POR FIN ACABA"
Dado que la teor¨ªa de la hibernaci¨®n no parece factible, el periodista Toni Garrido opta por lo inevitable. Desencantado de la serie (¡°a la tercera temporada sufr¨ª un sorprendente golpe de aburrimiento ante su indolencia. A pesar del ejemplar consumo de alcohol y ostras de sus protagonistas, su insufrible y profunda banalidad vital me impidi¨® seguir interes¨¢ndome¡±, cuenta lac¨®nico), para la pregunta ?c¨®mo le gustar¨ªa que acabase Mad Men? s¨®lo tiene una respuesta: ¡°Pronto¡±. Y as¨ª ser¨¢.
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