Marina aprende a amamantar a su beb¨¦ en pleno conflicto ucraniano
Cuando Kolya naci¨®, ella sab¨ªa muy poco sobre c¨®mo cuidar a un beb¨¦. Cuatro meses despu¨¦s, es una madre segura de s¨ª misma
Campanillas brillantes han brotado en la puerta de un antiguo campamento de ni?os que ahora acomoda a los desplazados internos. Marina (nombre ficticio) corre a nuestro encuentro con una chaqueta ligera sobre los hombros. "Kolya acaba de dormirse", nos dice.
Recientemente el edificio en el que vive Marina con su marido y su hijo ha sido aislado y ha recibido una nueva fachada de madera. En su interior recorremos un largo pasillo. A los lados vemos ni?os jugando. Mujeres j¨®venes nos miran desde sus habitaciones con curiosidad.
Marina se detiene en una puerta con un carrito de beb¨¦ aparcado fuera. "Es nuestro", nos explica. No nos resulta f¨¢cil localizar a Kolya, de cuatro meses, que duerme acurrucado en la cama de sus padres. El beb¨¦ tiene una infecci¨®n en un ojo y est¨¢ un poco malhumorado, as¨ª que intentamos mantenernos lo m¨¢s callados posible. Marina nos ofrece una silla y se sienta en la cama junto a su hijo. Empieza a contarnos su historia.
Embarazada en el frente
"Estaba embarazada de Kolya cuando dejamos nuestra casa. Nuestra ciudad estaba en el frente, los bombardeos eran constantes y no pod¨ªamos quedarnos all¨ª". Marina nos cuenta que, entonces, tuvieron que irse a otro pueblo en un ¨¢rea no controlada por el Gobierno. La familia se estableci¨® en un apartamento abandonado de unos parientes de su marido. Se quedaron all¨ª el resto del embarazo, y Marina tuvo a Kolya en un hospital local.
La joven familia estuvo all¨ª dos meses m¨¢s. Pero es dif¨ªcil sobrevivir sin dinero, trabajo ni apoyos as¨ª que en enero los voluntarios les ayudaron a mudarse a una ciudad m¨¢s grande. "Pr¨¢cticamente no tuvimos problemas en los puestos fronterizos", recuerda Marina. "En cuanto empezaban los tiroteos los voluntarios chillaban: '?Mirad, lleva un beb¨¦ en los brazos!'. As¨ª que nos dejaban pasar, nunca nos pararon". La evacuaci¨®n es muy estresante, y eso afect¨® a Marina. Cuando dejaron su casa no sab¨ªan d¨®nde iban a ir. Lo que m¨¢s miedo le daba era que el p¨¢nico le superara mientras estaba con el beb¨¦.
Hizo todo lo posible para mantenerse tranquila, y el beb¨¦ durmi¨® la mayor parte del ajetreado viaje en coche. Solo se despert¨® tres veces para comer. Cuando llegaron a su destino, toda la tensi¨®n acumulada de Marina sali¨®. "El consuelo de mi marido y ver a mi ni?o dormir me ayudaron a calmarme¡±, nos dice. ¡°Le pregunt¨¦ a mi marido si se me retirar¨ªa la leche. ?l estaba muy tranquilo, me record¨® que ya hab¨ªa alimentado al beb¨¦ y que todo hab¨ªa ido bien".
Perdida
Hab¨ªa muchas cosas que Marina no sab¨ªa de ser madre. El conflicto y el desplazamiento lo hac¨ªan todo m¨¢s dif¨ªcil a¨²n. El parto hab¨ªa ido bien, pese a todos los problemas que afectan a los servicios de salud en las ¨¢reas afectadas por conflictos. Pero una vez que naci¨® Kolya, esta madre primeriza nos confiesa que se vio perdida. "Los m¨¦dicos simplemente me dieron al ni?o y me dijeron: ¡°Dale de comer¡±. No ten¨ªa ni idea de qu¨¦ hacer, c¨®mo alimentarle o abrigarle". Entonces Marina record¨® de repente c¨®mo manejaba su t¨ªa a sus hijos. "Trat¨¦ de imitarla. Y funcion¨®". Marina nos sonr¨ªe.
Una madre segura de s¨ª misma
Los m¨¦dicos del hospital en el que dio a luz criticaron a Marina por alimentar a Kolya "a demanda". Le dijeron que le daba de comer demasiado, y le advirtieron de los riesgos de la sobre alimentaci¨®n. Pero no les hizo caso. "Si quiere comer, come. ?C¨®mo puedo no alimentarle?", les inquiri¨®.
Cuando replicaron que c¨®mo pod¨ªa saber si el ni?o ten¨ªa hambre o no, estaba segura de s¨ª misma. "Puedo decir lo que quiere. Si tiene hambre grita '?Aaaa!', exclama Marina imitando al beb¨¦. "Y cuando no, est¨¢ as¨ª" (nos muestra la expresi¨®n satisfecha en la cara de Kolya) "y eructa".
Pese a todo lo que ha pasado, Marina mantiene una actitud positiva. Es m¨¢s f¨¢cil ahora que sabe que su beb¨¦ est¨¢ creciendo y desarroll¨¢ndose bien.
Apoyo de Unicef
Para dar apoyo a madres como Marina, desde Unicef y la Asociaci¨®n Ucraniana de Lactancia Molochnye Reki hemos desarrollado un programa de promoci¨®n de la lactancia materna en emergencias. Hace poco se ha hecho un curso para formadores en Kiev. En mayo se formar¨¢ a personal y voluntarios de UNICEF en los centros de protecci¨®n para desplazados internos.
Tambi¨¦n hemos preparado un folleto sobre lactancia, que se incluir¨¢ en los paquetes alimentarios. Esta primavera, llegar¨¢n a 22.000 beb¨¦s que est¨¢n en ¨¢reas afectadas por el conflicto. Queremos asegurarnos de que las madres no se ven obligadas a interrumpir la lactancia cuando se ven desplazadas.
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