Burundi se asoma de nuevo a la guerra civil
Esta entrada est¨¢ escrita desde Nairobi (Kenia) por nuestro colaborador Alex Prats(@alexpratstweets).
Burundeses llegan a Rwanda tras huir de la violencia en el pa¨ªs. Foto: ACNUR/Kate Holt
1993-2003. Diez a?os de conflicto armado en el que m¨¢s de 300.000 personas perdieron la vida. Hoy, doce a?os despu¨¦s, Burundi se encuentra en una situaci¨®n en la que, posiblemente, o se toma un paso hacia adelante en la defensa de la paz y la democracia o uno hacia atr¨¢s que lleve a la poblaci¨®n a una nueva guerra.
El desencadenante del conflicto. La voluntad del Presidente Pierre Nkurunziza de optar a un tercer mandato ha sido el factor que ha desencadenado los enfrentamientos entre aquellos que defienden y los que se oponen a tal decisi¨®n. Para justificar sus intenciones, Nkurunziza realiza una particular interpretaci¨®n del art¨ªculo 302 de la Constituci¨®n de 2005 y argumenta que su primer mandato de cinco a?os -el que dio inicio a un nuevo periodo tras la larga guerra civil- no fue precedido de elecciones y que, por tanto, solo su segundo periodo de cinco a?os deber¨ªa ser tenido en cuenta, por lo que a¨²n le quedar¨ªa opci¨®n a cinco a?os m¨¢s para completar los dos mandatos que permite la Constituci¨®n.
Las primeras consecuencias para la poblaci¨®n. Desde que Nkurunziza confirmara su decisi¨®n de optar a un tercer mandato, el pasado 25 de abril, las tensiones han ido en aumento. Varios medios de comunicaci¨®n han sido obligados a suspender las emisiones, l¨ªderes de la oposici¨®n y la sociedad civil han sido arrestados, al menos treinta personas han sido asesinadas y m¨¢s de 75.000 han decidido dejar sus casas y huir hacia Ruanda, Tanzania o la Rep¨²blica Democr¨¢tica del Congo. Los recuerdos de la guerra est¨¢n a¨²n frescos en la memoria de la poblaci¨®n. La situaci¨®n es especialmente cr¨ªtica en Tanzania, donde casi 40.000 personas esperan -hacinados en las orillas del lago Tanganica- a ser trasladados a un campo de refugiados donde se les garantice agua, comida y cobijo.
Golpe de Estado y vac¨ªo de poder. El mi¨¦rcoles de esta misma semana, mientras Nkurunziza participaba en Tanzania en un encuentro con otros l¨ªderes africanos sobre la crisis desatada en su pa¨ªs, el general Niyombare, contrario a la posibilidad de un tercer mandato, lider¨® un golpe de Estado y anunci¨® la destituci¨®n de Nkurunziza. No obstante, ayer jueves, apenas veinticuatro horas m¨¢s tarde, miembros del gobierno afines a Nkurunziza anunciaron el fracaso del golpe. Durante todo el d¨ªa de ayer se produjeron enfrentamientos violentos entre ambos grupos, con el control de la televisi¨®n y la radio nacionales como principal objetivo. Ahora mismo en Bujumbura, la capital, nadie sabe con certeza qui¨¦n est¨¢ al mando.
?Hacia una nueva guerra civil? No es ning¨²n disparate pensar que la situaci¨®n actual pueda evolucionar hacia una nueva guerra civil, especialmente si el partido de Nkurunziza, el CNDD-FDD y el ej¨¦rcito, est¨¢n tan divididos como parece entre opositores y defensores del tercer mandato, y si el factor ¨¦tnico ¨C el conflicto entre hutus y tutsis ¨C fuera utilizado de nuevo para movilizar a unos y otros. Para evitarlo, la Uni¨®n Africana y las Naciones Unidas deber¨ªan persuadir a Nkurunziza de que abandone la idea de optar de nuevo a la presidencia y convoque elecciones en las que su partido compita con un nuevo candidato, restableciendo de ese modo el orden constitucional y asegurando el respeto de los Acuerdos de Paz de Arusha.
El peor escenario: la regionalizaci¨®n del conflicto. La llegada de refugiados a Tanzania, Ruanda y la Rep¨²blica Democr¨¢tica del Congo no es el ¨²nico posible impacto de la tensi¨®n en Burundi en la regi¨®n de Grandes Lagos. Paul Kagame, presidente de Ruanda, podr¨ªa decidir intervenir militarmente en Burundi para atacar facciones del FDLR, un grupo armado formado, en parte, por los l¨ªderes hutus que orquestaron el genocidio de 1994, y que podr¨ªan aprovechar la confusi¨®n actual para lanzar ataques contra Ruanda o incluso contra la poblaci¨®n tutsi en Burundi. Kagame presentar¨ªa entonces la intervenci¨®n militar como una intervenci¨®n humanitaria que tuviera como objetivo evitar un nuevo genocidio. El conflicto tambi¨¦n podr¨ªa extenderse a territorio congol¨¦s si algunos de los muchos grupos rebeldes que campan a sus anchas en Kivu del Sur decidieran ir a pescar en r¨ªo revuelto.
?Y Nkurunziza? Los rumores apuntaban ayer a que el presidente Nkurunziza estar¨ªa dirigi¨¦ndose por carretera, desde Kampala, Uganda, hacia Bujumbura, dado que el aeropuerto est¨¢ controlado por militares defensores del golpe.
Las pr¨®ximas horas ser¨¢n claves para saber qu¨¦ camino decide tomar Nkurunziza; tambi¨¦n para saber qu¨¦ rol decide jugar la comunidad internacional para evitar, si es necesario, un nuevo conflicto.
Ojal¨¢ que los intereses personales de algunos l¨ªderes no se pongan una vez m¨¢s por encima de los intereses de la poblaci¨®n. Para eso, con la guerra en Sud¨¢n del Sur -una guerra de dos en la que han muerto cientos de miles- nos sobra.
Ojal¨¢ que en Burundi, aquellos que tienen la responsabilidad y posibilidad de hacer que todo vuelva a su cauce, tomen el camino correcto.
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