¡°Pensar que estamos solos en el universo es como creer en milagros¡±
El SETI es el centro privado que hered¨® de la NASA el programa que escudri?a el espacio en busca de una se?al de radio de otra civilizaci¨®n
Algunos cient¨ªficos lo llaman el efecto risitas. Es la reacci¨®n, inevitable para mucha gente, que se produce cuando alguien comienza a hablar de extraterrestres. Una media sonrisa, una risita apagada que inmediatamente anula el efecto de lo que se quiera decir. Los expertos en buscar vida en otros planetas est¨¢n acostumbrados. Cuando le preguntan a Seth Shostak en una fiesta a qu¨¦ se dedica, ?qu¨¦ dice? ¡°Digo que arreglo coches¡±, bromea. Es m¨¢s f¨¢cil eso que explicar que es el director del Instituto para la B¨²squeda de Vida Inteligente Extraterrestre (SETI, en sus siglas en ingl¨¦s).
Si hubiera una se?al, sonar¨ªa como un tono, una flauta dentro del ruido"
El SETI es probablemente el lugar del mundo donde m¨¢s en serio se toma esta cuesti¨®n. Situado en un edificio de oficinas en Mountain View, California, en el coraz¨®n de Silicon Valley, se trata de un centro privado que hered¨® lo que una vez fue un programa oficial de la NASA: escuchar el espacio en busca de una se?al de radio de otra civilizaci¨®n. Su director ser¨¢ una de las dos o tres primeras personas en el mundo que se enterar¨¢n el d¨ªa en que nos contacten los extraterrestres, algo que en este lugar no es una especulaci¨®n, es una certeza.
La b¨²squeda de una se?al desde el espacio comenz¨® en los a?os 60 del pasado siglo, cuando los extraterrestres ya hab¨ªan invadido la cultura popular. ¡°Era cultura pop, pero no tanto¡±, dice Shostak. ¡°A mitad de siglo ya hab¨ªa cient¨ªficos serios pensando en la posibilidad de vida en Marte¡±. Marconi o Tesla tambi¨¦n hab¨ªan teorizado sobre contactar con Marte. ¡°La idea de la vida en el espacio es antigua. La idea de contactar con ellos es del ¨²ltimo medio siglo¡±.
Cuando Shostak se uni¨® al SETI, en 1990, era un programa oficial de la NASA. Fue cancelado en 1992, apenas un a?o despu¨¦s de comenzar a escuchar, dentro de una negociaci¨®n presupuestaria en el Congreso. Desde entonces, no se ha podido volver a presentar una propuesta para gastar dinero p¨²blico en SETI sin ser v¨ªctima del efecto risitas. Fue un grupo de inversores de Silicon Valley los que retomaron el programa y lo mantienen con fondos privados. Shostak afirma que el programa federal se podr¨ªa recuperar con un presupuesto de solo un mill¨®n de d¨®lares al a?o. Pone como ejemplo que el Congreso encontr¨® bien r¨¢pido los fondos para un programa que se dedica a vigilar asteroides cuando, en 1994, vieron las im¨¢genes del cometa Shoemaker impactando contra J¨²piter y provocando explosiones del tama?o de la Tierra: merec¨ªa la pena saber algo m¨¢s de la trayectoria de los asteroides.
La f¨ªsica es igual
en todas partes, damos
por hecho que una civilizaci¨®n extraterrestre conoce
la radio como conoce
la rueda
En el piso de Mountain View que hoy alberga el SETI hay pocas referencias a hombrecillos verdes. Las antenas est¨¢n a 500 kil¨®metros hacia el norte. El ambiente de oficina est¨¢ decorado con mapas celestes y fotos de lugares extremos de nuestro planeta. En una estanter¨ªa se alinean lo que parecen globos terr¨¢queos hasta que se miran de cerca. Son mapas globo de los planetas y lunas donde es m¨¢s probable que haya vida, hechos con im¨¢genes de sat¨¦lite. Calisto, Europa, ?o, Gan¨ªmedes¡ Para el que solo conoce la capa m¨¢s pop de la vida extraterrestre, el sat¨¦lite Europa es el m¨¢s famoso, desde que Arthur C. Clarke lo convirti¨® en el hogar de la pr¨®xima civilizaci¨®n del sistema solar en 2010: Odisea Dos. ¡°Europa es uno de ellos, pero no necesariamente el mejor¡±, aclara Shostak.
El pasado marzo, Shostak escribi¨® un art¨ªculo en The New York Times que abr¨ªa el debate a un cambio de estrategia: enviar mensajes al espacio en vez de escuchar pasivamente. La mera posibilidad provoc¨® un debate fenomenal, en el que personalidades como Elon Musk (SpaceX) o el astr¨®nomo Geoff Marcy advert¨ªan de los peligros de exponernos a una civilizaci¨®n cuyas intenciones desconocemos. De repente, en los primeros meses de 2015, el debate sobre extraterrestres se ha vuelto muy serio. Shostak aclara que actualmente no est¨¢n emitiendo se?ales, pero dice que hay quien quiere hacerlo en su equipo. Cree que ¡°es m¨¢s ¨²til escuchar¡±, pero si se hiciera, propone emitir toda la informaci¨®n de los servidores de Google. Suele comparar su exploraci¨®n con la de Crist¨®bal Col¨®n: ¡°Es como decirle a Col¨®n: ¡®mejor no vayas hacia el oeste porque puedes encontrarte con una civilizaci¨®n hostil que venga a Europa y la destruya¡±.
Si miras a 100 estrellas, 20 de ellas tienen planetas como la Tierra
Otra cuesti¨®n es si esa supuesta civilizaci¨®n utilizar¨¢ medios de comunicaci¨®n que se puedan captar con las antenas que usamos. ¡°La radio es como la rueda¡±, afirma Shostak. Si han llegado al nivel de civilizaci¨®n que les permita enviar mensajes por el espacio, forzosamente utilizan radio. ¡°La f¨ªsica es igual en todas partes, damos por hecho que conocen la radio como conocen la rueda¡±. la b¨²squeda SETI da por hecho que hay otras formas de vida no muy lejanas, que alguna de ellas ha desarrollado una civilizaci¨®n inteligente al menos tan avanzada como el ser humano, y que tratan de explorar el universo igual que nosotros. Es una cuesti¨®n de estad¨ªstica. ¡°Si miras a 100 estrellas, 20 de ellas tienen planetas como la Tierra¡±, explica Shostak. ¡°El an¨¢lisis del telescopio Kepler revela que una de cada cinco estrellas tienen planetas que pueden tener vida. Eso son decenas de miles de posibilidades, solo en la V¨ªa L¨¢ctea. Pueden ser est¨¦riles, pero eso nos convertir¨ªa en un milagro. Y en la ciencia, cuando crees en los milagros normalmente te equivocas¡±.
?Y el d¨ªa que llegue esa se?al? El imaginario popular ve esa se?al como una especie de borr¨®n, un ruido confuso pero con alguna l¨®gica interna que destaca entre el zumbido seco del universo. La pel¨ªcula Contact (1997) obtuvo una nominaci¨®n al ?scar al mejor sonido por su emocionante recreaci¨®n de un supuesto contacto extraterrestre por radio. Pero el hombre que probablemente ser¨¢ el primero en escucharlo, Shostak describe as¨ª lo que lleva esperando toda su vida: ¡°No buscamos sonidos, sino bandas, n¨²meros. Si esos n¨²meros se convierten en audio, suena ruido. Si hubiera una se?al en ¨¦l, sonar¨ªa como un tono, una flauta dentro del ruido¡±.
Una conversaci¨®n con Seth Shostak una ma?ana de abril puede acabar en un debate sobre si la radio de ET era lo bastante potente como para llamar a su casa. Ha trabajado como asesor cient¨ªfico en pel¨ªculas (el remake de Ultim¨¢tum a la Tierra) y conoce y disfruta toda la cultura popular alrededor de los extraterrestres. Pero es absolutamente serio cuando afirma que encontraremos vida inteligente fuera de la Tierra, quiz¨¢ antes de dos d¨¦cadas, gracias al ritmo al que evoluciona la tecnolog¨ªa que escucha el universo y procesa el ruido. ?Y qu¨¦ pasar¨¢ ese d¨ªa? ¡°Ser¨¢ noticia cinco d¨ªas y luego cada uno volver¨ªa a lo suyo¡±.
Cuando el trabajo es imaginar extraterrestres
El SETI no solo se dedica a escuchar el universo. Alrededor de este programa trabajan unos 150 especialistas en distintos proyectos con aplicaciones en la b¨²squeda de vida extraterrestre. La mayor¨ªa son astrobi¨®logos, que desarrollan en estas instalaciones su trabajo sobre condiciones de vida extremas en la Tierra, un tipo de estudios que sirve para imaginar la vida que se podr¨ªa generar en sistemas helados o ardientes. El espa?ol Pablo Sobr¨®n trabaja en SETI desde 2012. ¡°Mi trabajo se centra en explorar nuevas formas de vida en entornos inh¨®spitos de nuestro planeta como el ?rtico, la Ant¨¢rtida, desiertos, monta?as y el fondo oce¨¢nico¡±, explica Sobr¨®n en un correo electr¨®nico.
Sobr¨®n est¨¢ ahora en un grupo de investigaci¨®n para explorar la vida en los oc¨¦anos. ¡°Los mejores escenarios para la evoluci¨®n de vida en el sistema solar son posiblemente los oc¨¦anos de los sat¨¦lites Europa y Encedalus (J¨²piter y Saturno, respectivamente). Estas dos lunas heladas albergan oc¨¦anos de agua l¨ªquida bajo una corteza de hielo y es posible que existan chimeneas hidrotermales en el fondo de los mismos¡±, que es posiblemente el entorno en el que surgi¨® la vida en la Tierra. ¡°Por tanto, Europa y Encedalus son objetivos prioritarios en la b¨²squeda de vida fuera de la Tierra¡±.
En un despacho del SETI, por ejemplo, trabaja David Hinson, especialista en meteorolog¨ªa espacial. Una especie de hombre del tiempo de Marte. Su trabajo consiste en predecir el tiempo en la superficie, una informaci¨®n fundamental si uno quiere hacer aterrizar una nave all¨ª. ¡°Cuando iban a mandar la nave Viking a Marte, quer¨ªan aterrizar en el sitio m¨¢s seguro. La estructura atmosf¨¦rica y los vientos en ese momento son muy importantes".
En este lugar, la b¨²squeda de vida extraterrestre es una cuesti¨®n cient¨ªfica de primer orden. Hay alguien imaginando c¨®mo ser¨ªa una forma de vida en condiciones extremas y buscando respuestas en el fondo del oc¨¦ano o en las toberas de un avi¨®n, hay alguien intentando predecir el tiempo en esos lugares y, sobre todo, alguien escuchando, por si hubiera otros, en otro lugar, haciendo lo mismo.
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