La ciencia tras el vestido
Tres nuevos estudios analizan los aspectos cient¨ªficos detr¨¢s del fen¨®meno viral
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Casi tres meses despu¨¦s de que el chocante vestido azul y negro (?o era blanco y dorado?) hiciese saltar por los aires Internet, tres equipos de investigaci¨®n han aportado un examen m¨¢s detallado de los aspectos cient¨ªficos que se esconden detr¨¢s del fen¨®meno viral. En sus art¨ªculos, publicados el jueves en la revista Current Biology, los equipos proponen las causas por las cuales la gente ve colores diferentes, y lo que todo esto significa para nuestra comprensi¨®n de la percepci¨®n visual.
La causa de que unas personas viesen el vestido blanco y dorado y otras azul y negro era la diferencia en sus percepciones de la luz natural
En uno de los estudios, Michael Webster, psic¨®logo de la Universidad de Nevada, en Reno, atribuye la responsabilidad del caso a la ambig¨¹edad del color azul y a la incapacidad de las personas para distinguir con fiabilidad los objetos azules de la iluminaci¨®n del mismo color. Afirma que nuestra visi¨®n puede decirnos con acierto si estamos mirando un papel blanco iluminado con luz roja, o un papel rojo iluminado con luz banca, pero que ese proceso no funciona f¨¢cilmente con todos los colores, y que el azul suele ser problem¨¢tico.
Para su estudio, Webster pregunt¨® a los estudiantes de la facultad si ve¨ªan las rayas del vestido azules o blancas. Las opiniones estaban repartidas a partes iguales. Pero cuando el equipo invirti¨® los colores del vestido, las rayas azules/blancas se convirtieron en tonos inequ¨ªvocos de amarillo, y casi el 95% de los estudiantes describieron la prenda como amarilla y negra.
En el segundo estudio, Karl Gegenfurtner, psic¨®logo de la Universidad de Giessen, en Alemania, pidi¨® a 15 voluntarios que utilizasen un c¨ªrculo crom¨¢tico personalizable para mostrar de qu¨¦ color ve¨ªan el vestido. Descubri¨® que los p¨ªxeles de la imagen concordaban con el espectro natural de azules y amarillos que vemos desde la salida hasta la puesta del sol, lo cual hac¨ªa que a las personas que lo contemplaban les costase m¨¢s decir c¨®mo pod¨ªa afectar a la percepci¨®n el color de la iluminaci¨®n.
Gegenfurtner y sus colaboradores concluyeron que la causa de que unas personas viesen el vestido blanco y dorado y otras azul y negro era la diferencia en sus percepciones de la luz natural.
En el tercer estudio, Bevil Conway, neurocient¨ªfico del Wellesley College, pregunt¨® a m¨¢s de 1.400 personas qu¨¦ colores ve¨ªan al mirar el vestido. En su muestra hab¨ªa 300 personas que no lo hab¨ªan visto antes. Descubri¨® que los observadores no solo pertenec¨ªan a los dos grupos en litigio ¨C ¡°azul y negro¡± y ¡°blanco y dorado¡±¨C, sino tambi¨¦n a un tercero ¡°azul y marr¨®n¡±. Asimismo, observ¨® que las personas mayores tend¨ªan a verlo blanco y dorado, mientras que los j¨®venes lo ve¨ªan azul y negro.
Seg¨²n Conway, en el caso del vestido la mala calidad de la imagen activa el modelo interno del cerebro. Las circunstancias ambiguas y la falta de contexto son importantes ¡°porque el cerebro no tiene suficiente informaci¨®n para discernirlo¡±, explica. ¡°Por eso, tiene que dirigirse a su modelo interno y preguntarle a su gu¨ªa qu¨¦ le parece que est¨¢ pasando en el exterior¡±, a?ade.
Hay un tercer grupo: los que lo ven ¡°azul y marr¨®n¡±
El modelo interno de cada persona reacciona de forma diferente. Conway sostiene que quienes ve¨ªan el vestido blanco y dorado lo ve¨ªan as¨ª porque su modelo interno supon¨ªa que lo estaban contemplando bajo un cielo azul. Por tanto, descartaron el color azul. En cuanto a las personas que lo ve¨ªan azul y negro, sus modelos internos las predispusieron a pensar que lo estaban viendo bajo una luz incandescente naranja.
El papel de los p¨ªxeles
El investigador se dio cuenta de que las cenefas del vestido, que algunas personas percib¨ªan como un encaje dorado o negro, tambi¨¦n planteaban un problema. Cuando ¨¦l y su equipo examinaron los p¨ªxeles de las rayas, descubrieron que parec¨ªan marrones, y no dorados o negros. Pero como la gente no pod¨ªa decir de qu¨¦ material estaban hechas, en algunos casos los cerebros asum¨ªan que era brillante y lo percib¨ªan como si fuese oro.
David Brainard, el neurocient¨ªfico de la Universidad de Pensilvania que redact¨® la nota que acompa?a a los tres art¨ªculos de la revista, se?ala que cada art¨ªculo aporta algo a nuestra comprensi¨®n de la hip¨®tesis de la constancia del color, t¨¦rmino que se refiere a la capacidad de percibir el color de un objeto independientemente del color de la fuente de luz que se proyecte sobre ¨¦l.
Se trata de art¨ªculos particularmente valiosos desde el punto de vista cient¨ªfico¡±
¡°Se trata de art¨ªculos particularmente valiosos desde el punto de vista cient¨ªfico¡±, dictamina Brainard, ¡°porque trasladan la discusi¨®n sobre el vestido a un terreno en el que disponemos de datos reales acerca del fen¨®meno que trascienden las decenas de miles de tuits¡±.
Conway pidi¨® a los participantes que utilizasen un c¨ªrculo crom¨¢tico digital para elegir un p¨ªxel de color que coincidiese con lo que pensaban que ve¨ªan en el vestido. Luego su equipo utiliz¨® la informaci¨®n para componer dos representaciones del vestido basadas en los p¨ªxeles que la gente hab¨ªa elegido. Cuando Webster invirti¨® los colores del vestido, el 95% de los participantes en su experimento dijeron que lo ve¨ªan amarillo y negro.
Traducci¨®n de News Clips
? 2015 New York Times News Service
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