Una lecci¨®n de moda de Valerie Steele
Para la directora del museo del FIT en Nueva York no todo vale en el interesado romance que viven el arte y la industria del lujo
Cuando Valerie Steele les comunic¨® a sus profesores de Yale en los setenta que pensaba dedicarse a la historia de la moda, le respondieron con hostilidad. ¡°Dijeron que eso no era importante, que no era serio. Y los pocos que creyeron que pod¨ªa tener alg¨²n inter¨¦s pensaban que nunca encontrar¨ªa trabajo en al ¨¢mbito acad¨¦mico, lo cual fue verdad durante al menos una d¨¦cada¡±. La historiadora dirige desde 2003 el museo del FIT, la principal escuela de moda de Nueva York, y fue la invitada estrella en las jornadas Bilbao Art&Fashion, celebradas en el museo de Bellas Artes de la ciudad. All¨ª habl¨® de creatividad, disipando el mito del genio que nace por generaci¨®n espont¨¢nea, al que a menudo se aferra el sector.
Steele, que fund¨® Fashion Journal, la primera revista acad¨¦mica sobre la materia, y es autora de varios libros, como el enciclop¨¦dico Fashion Designers A-Z (Taschen), tuvo la habilidad de comisariar muestras que unen rigor y gancho comercial, entre ellas Gothic: Dark Glamour, en 2008, o Queer Style, el a?o pasado, sobre la inabarcable influencia del colectivo LGBT en el estilo. En 2000 dedic¨® una al cors¨¦, un tema que ha estudiado durante d¨¦cadas.
El Museo de Bellas Artes est¨¢ ahora lleno de cinturas imposiblemente estrechas como parte de la exposici¨®n A?os 50. La moda en Francia, que procede del Museo Galliera de Par¨ªs y estar¨¢ abierta hasta el 31 de agosto. ¡°Es un momento clave porque signific¨® un nuevo principio tras la II Guerra Mundial. Fue el arranque de una nueva feminidad, un nuevo lujo¡±, opina Steele, que no cree que la silueta del new look de Dior supusiese un retroceso en t¨¦rminos de emancipaci¨®n femenina. ¡°Esa es una versi¨®n simplista que se suele tener. Claro que fue una reacci¨®n a los a?os de la guerra, pero m¨¢s en t¨¦rminos de querer tener un aspecto lujoso y despreocupado. Eso no quiere decir que las mujeres deseasen volver atr¨¢s¡±.
En los ¨²ltimos a?os, la comisaria ha visto como todo el mundo quiere un trozo del pastel. Las exposiciones en torno a la moda han inundado los templos de arte, para disgusto de quienes ven en esta maniobra un abaratamiento de los museos. ¡°El p¨²blico ama las exposiciones porque creen que igual no entienden el arte pero s¨ª que entienden la moda. Los cr¨ªticos no est¨¢n siendo del todo razonables. Asumen que es autom¨¢ticamente comercial, cuando hay otras exposiciones de pintura igualmente comerciales y las de moda pueden ser rigurosas y educativas¡±. ?Es aceptable que el dise?ador sea tambi¨¦n el comisario de su exposici¨®n? ¡°No deber¨ªa ser as¨ª. Se convierten en propaganda de la marca¡±. Steele tampoco es partidaria de las muestras monogr¨¢ficas. ¡°Son m¨¢s f¨¢ciles y tienen m¨¢s ¨¦xito pero la tendencia es convertirlas en hagiograf¨ªas del dise?ador. Hay excepciones, como la de Alexander McQueen¡±.
La competencia
C¨®mo se fabrica una capital de tendencias
Hay tres capitales oficiales de la moda (Par¨ªs, Mil¨¢n y Nueva York), otras ciudades en las que nacen las modas (Londres, Berl¨ªn, Tokio, Estocolmo) y muchas que aspiran a estar ah¨ª. Sobre qu¨¦ es lo que hace que una ciudad tenga algo que decir en tendencias se habl¨® en el foro Bilbao Art&Fashion. Kaat Debo, directora del museo de la moda de Amberes (MOMU), expuso el caso de su ciudad, que en los ochenta fue sin¨®nimo de estilo vanguardista aupada en un plan estatal que promocion¨® a los llamados "seis de Amberes", en realidad siete dise?adores surgidos de la escuela Hogeschool Antwerpen. Amberes jam¨¢s intent¨® tener su semana de la moda, una estrategia que aplaudi¨® Valerie Steele, del FIT neoyorquino. Deber¨ªan concentrarse en buscar qu¨¦ es lo que las hace ¨²nicas, apunt¨®.
Jan Miller, especialista en turismo de moda y mentora de marcas emergentes, record¨® que el 50% de las compras de lujo en Europa las hacen extranjeros y record¨® a las autoridades que buscan el euro fashion que es importante mimar el comercio independiente puesto que no hay nada menos estimulante que un centro urbano id¨¦ntico a otros tantos. En su opini¨®n, Barcelona cuenta con mejores perspectivas que Madrid, de la que critic¨® que celebre su Fashion Week lejos del centro.
La historiadora y comisaria Miren Arzalluz mir¨® atr¨¢s, cuando la llamada C?te Basque se convirti¨® en uno de los focos mundiales de la moda, a caballo del veraneo regio y de los arist¨®cratas que se refugiaron all¨ª en la I Guerra Mundial. Sin ese clima probablemente no hubiera existido Balenciaga igual que, a decir de Steele, sin el Londres bullicioso de los noventa Alexander McQueen no hubiera sido el mismo
Por otro lado, firmas de lujo como Louis Vuitton y Prada abren flamantes centros de arte. ¡°Es fant¨¢stico tener un museo nuevo bien dise?ado, pero obviamente buscan apuntalar la marca por asociaci¨®n, que la gente piense ¡®si tienen este museo, lo que hacen debe ser art¨ªstico¡±.
A la comisaria no le escandaliza que cada a?o la exposici¨®n de moda m¨¢s publicitada sea la de su vecino y poderoso rival, el Costume Institute del Metropolitan, y que ¨¦sta quede oscurecida por su gala de apertura, llena de famosos. ¡°El baile consigue una enorme cantidad de dinero, no s¨®lo para el Costume Institute, sino para todo el Met, as¨ª que bien por ellos. Nosotros no tenemos tantos recursos pero celebramos una entrega de premios anterior a la semana de la moda ¡ªeste a?o el galard¨®n ser¨¢ para Manolo Blahnik¡ª que nos permite financiar nuestras actividades y simposios, que son gratuitas para el p¨²blico¡±.
Una de las facetas que m¨¢s le apasiona de su trabajo es el coleccionismo. Steele y su equipo est¨¢n siempre a la caza de prendas para su archivo, a trav¨¦s de subastas, compras y donaciones. ¡°Es importante adquirir tambi¨¦n piezas actuales. Lo otro es muy f¨¢cil. Cualquiera sabe que un Balenciaga tiene valor, con las colecciones actuales es m¨¢s arriesgado¡±. Recientemente, el FIT ha adquirido piezas de Prada, Rodarte y Gareth Pugh. Steele tiene tambi¨¦n los ojos puestos en Delpozo, la firma que ahora dise?a Josep Font. Hay otro nombre espa?ol que casi le hace perder su compostura acad¨¦mica: Sybilla. ¡°?La amo!¡±.
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