Regeneraci¨®n municipal
Hay que cambiar las piezas del sistema que han favorecido el despilfarro y la corrupci¨®n
De los casos de corrupci¨®n que casi a diario van apareciendo en las noticias, es llamativa la frecuencia con la que afectan a escala municipal, cosa que destaca el informe anticorrupci¨®n de la Uni¨®n Europea de 2014. Sin embargo, a pesar del esc¨¢ndalo que esto produce y de la cercan¨ªa de las elecciones municipales, no parece que nadie est¨¦ analizando las causas del problema. Pensar que la soluci¨®n es que los tribunales vayan resolviendo los casos, o que las listas est¨¦n libres de imputados, es como querer acabar con la m¨ªtica hidra cortando sus mil cabezas: cambiar¨¢n las caras, pero seguir¨¢n sali¨¦ndole cada vez m¨¢s cabezas al monstruo, que ya ha demostrado su capacidad de adaptaci¨®n al medio tras la crisis inmobiliaria, pasando de alimentarse del urbanismo a asolar las subvenciones y la contrataci¨®n p¨²blica.
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Si de verdad queremos llegar al coraz¨®n del problema, tendremos que modificar los elementos del sistema que han favorecido el despilfarro y la corrupci¨®n. El citado informe de la UE habla de falta de mecanismos de control en el nivel local, pero lo que no dice es que estos mecanismos se han ido desarticulando. Como relata Mu?oz Molina en Todo lo que era s¨®lido, cuando lleg¨® la democracia todos los partidos pol¨ªticos consideraron que el control por parte de los funcionarios era un obst¨¢culo para la realizaci¨®n de la voluntad popular, que ellos representaban. Particularmente molestos eran los secretarios e interventores de Ayuntamiento, funcionarios por oposici¨®n a escala nacional que ten¨ªan encargado el control de la legalidad jur¨ªdica y econ¨®mica de los municipios. Por ello se fueron modificando las leyes para limitar sus competencias, reduciendo los casos en que era necesario su informe y sustray¨¦ndoles todas las funciones de gesti¨®n, que se fueron concentrando en el alcalde.
Al mismo tiempo, se trat¨® de menoscabar su independencia, permitiendo en determinados casos su nombramiento directo y no por concurso. Como siempre es bueno tener el palo y la zanahoria, se atribuy¨® a los Ayuntamientos tanto la capacidad de fijar sus retribuciones como la competencia para sancionarles (solo recientemente esto ¨²ltimo ha sido parcialmente corregido). Tambi¨¦n se ha recurrido a v¨ªas de hecho, como no convocar plazas para poder nombrar para el cargo a un funcionario municipal af¨ªn, abusar del nombramiento de personal eventual de confianza o incluso presionar a los funcionarios. La mayor¨ªa de los expedientes iniciados contra secretarios e interventores son por emitir informes en materias que no eran de su competencia, es decir, por intentar hacer su trabajo. Eso s¨ª, cuando al final algo sale mal ¡ªy a la luz¡ª, el pol¨ªtico apunta siempre al funcionario.
Muchos alcaldes,? sin controles previos internos ni supervisi¨®n? efectiva han acometido obras y proyectos innecesarios o absurdos
As¨ª las cosas, no nos deber¨ªa extra?ar que muchos alcaldes, convertidos en peque?os presidentes, rodeados solo de leales que dependen de ¨¦l, sin controles previos internos ni supervisi¨®n supramunicipal efectiva, acometan obras y proyectos innecesarios o absurdos, o desarrollen pr¨¢cticas corruptas, abusando de unas desproporcionadas competencias urban¨ªsticas o infringiendo la letra o el esp¨ªritu de la legislaci¨®n sobre contratos p¨²blicos. Cambiar el sistema no es imposible. La fundaci¨®n ?Hay derecho? y el Colegio Profesional de Secretarios e Interventores (Cosital), partiendo de la experiencia y de las recomendaciones de organismos internacionales, proponen una modificaci¨®n de las reglas del juego. Las medidas presentadas persiguen devolver a estos funcionarios su independencia y sus competencias, y a que tengan apoyo ¡ªy supervisi¨®n¡ª desde un nivel superior al municipal. Tambi¨¦n reducen la discrecionalidad y aumentan la transparencia en los procesos de contrataci¨®n p¨²blica, y proponen facilitar la denuncia de actuaciones sospechosas y proteger a los denunciantes.
El cambio es necesario, y puede que ahora sea incluso posible, pues la sociedad espa?ola ha reducido su tolerancia con la corrupci¨®n, y los tribunales y la polic¨ªa parecen ser ahora m¨¢s capaces de desentra?ar y juzgar las tramas corruptas. Quiz¨¢s ahora los pol¨ªticos comprendan que un control profesional e independiente no es solo una garant¨ªa para el inter¨¦s com¨²n, sino para su propia seguridad, y que la transparencia no es una amenaza, sino una oportunidad para demostrar que no tienen nada que ocultar. Al final nos corresponder¨¢ a cada uno de nosotros estar atentos, utilizar nuestros derechos de informaci¨®n, y ejercer nuestro derecho de voto en las pr¨®ximas municipales, teniendo en cuenta lo que cada partido dice y hace en relaci¨®n con la corrupci¨®n.
?Segismundo ?lvarez Royo-Villanova es jurista.
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