S¨ªsifo en Nepal
Dicen que ¡®la belleza tambi¨¦n anida en el horror mismo¡¯, pero creo que se olvidaron de Nepal
Dicen que "la belleza tambi¨¦n anida en el horror mismo". Pero creo que se olvidaron de Nepal.
Porque no he visto nada de belleza durante mi trabajo en aquel pa¨ªs tras el terremoto del 25 de abril. Ni tras las innumerables r¨¦plicas y un nuevo terremoto apenas dos semanas m¨¢s tarde.
He visto pueblos enteros en los que no quedaba piedra sobre piedra, literalmente, y a sus habitantes rebuscar con sus propias manos entre las ruinas de sus viviendas, escuelas o centros de salud. Para m¨ª, Gorkha, Rasuwa, Dunche o Bhaktapur son sin¨®nimos de devastaci¨®n, con sus miles de habitantes esparcidos como cenizas tras un funeral. Esperando hasta que llegue la ayuda o, en su defecto, hasta el d¨ªa siguiente.
Kobita perdi¨® a su marido y a dos de sus tres hijos, ah¨ª, en la misma Katmand¨². Y no hay peor bofetada que la sonrisa de una v¨ªctima porque tiene a su hijo de 4 a?os vivos, correteando por las ruinas de su casa.
No, no se puede hermosear la tragedia. El polvo cubr¨ªa Nepal ya antes de los terremotos, con un 25% de sus habitantes por debajo del umbral de la pobreza, 400.000 ni?os en situaci¨®n de desnutrici¨®n, unas imposibles infraestructuras y la utop¨ªa de hablar sobre sanidad, educaci¨®n, agua potable o¡ vida digna.
He visto pueblos enteros en los que no quedaba piedra sobre piedra
Veo a Nepal como un S¨ªsifo mitol¨®gico condenado eternamente a empujar una piedra enorme cuesta arriba, y ver c¨®mo cae por la ladera empinada antes de llegar a la cumbre. La piedra est¨¢ cargada de pobreza y de miseria, sin edulcorantes, y pesa m¨¢s con cada temblor de tierra.
Y la piedra de S¨ªsifo m¨¢s, porque sabemos que, si bien las cat¨¢strofes no se pueden evitar, s¨ª que podemos reducir su impacto y que se transformen en desastres cuando las personas no son capaces de hacerles frente.
Es m¨¢s eficiente y menos costoso reducir los riesgos y mejorar la prevenci¨®n que responder a lo que de otra forma son p¨¦rdidas y sufrimientos que pueden evitarse. Si no invertimos en reducci¨®n de riesgos a desastres y preparaci¨®n, las p¨¦rdidas y la vulnerabilidad ante desastres se incrementar¨¢n a¨²n m¨¢s debido al impacto del cambio clim¨¢tico, la creciente desigualdad en la distribuci¨®n de recursos, y otros factores.
Es m¨¢s eficiente y menos costoso reducir los riesgos y mejorar la prevenci¨®n que responder a lo que de otra forma son p¨¦rdidas y sufrimientos evitables
Hablemos de n¨²meros. Seg¨²n la Cruz Roja, por cada 0,77 euros invertidos en la reducci¨®n de riesgos, se ahorran 11,47 euros en la respuesta tras un desastre. As¨ª de simple.
Por eso, me cuesta ver "la belleza que anida en el horror mismo". Porque una cat¨¢strofe en el pa¨ªs del Himalaya ha dejado m¨¢s de 8.000 muertos ¡ªcon nombres, apellidos y familias¡ª, unas 550.000 viviendas completamente destruidas, m¨¢s de ocho millones de afectados y una poblaci¨®n inerme que se enfrenta a los monzones este mes de junio.
No, no se puede hermosear la tragedia. Y, a¨²n as¨ª, Nepal no ha enviudado de la Humanidad.
He recibido bofetadas como las de Kobita, o de nuevos voluntarios de la Cruz Roja nepal¨ª como Sushant Pathak, personas que han perdido a los suyos y que, antes de irse a dormir bajo toldos pl¨¢sticos, se dejan la piel por los dem¨¢s. Cada uno en su medida. O extranjeros en tierra extra?a como un jubilado gallego, Manuel Blanco, profesor de espa?ol en Nepal que no duda un minuto tras el terremoto para comprar y repartir comida. O Chris Holme, un espigado americano amante del trecking que deja las botas por un peto de voluntario para cargar y descargar camiones de ayuda, junto a Benjam¨ªn, otro joven austr¨ªaco, y las 600 nuevas personas que se hicieron voluntarias de la Cruz Roja Nepalesa en la semana posterior a la tragedia.
Creo que ellos y ellas son conscientes de que, cuando la noche dura tanto, la ¨²nica dignidad posible es permanecer insomne.
Miguel ?ngel Rodr¨ªguez, delegado de Cruz Roja Espa?ola en Nepal
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