C¨®mo controlar la ira cuando mi hijo falla un gol
Padres que gritan en la banda a sus v¨¢stagos. Incluso peleas entre progenitores. Son situaciones que se han dado ¨²ltimamente. Hay forma de evitarlas
Quedan cinco minutos para el final del partido y tu hijo tiene la pelota. Est¨¢ solo ante el portero. Pero, ?y si falla? Lo cierto es que no siempre somos capaces de controlar adecuadamente nuestras emociones. A veces, la implicaci¨®n que adquirimos con nuestros hijos mientras practican deporte conduce a situaciones desagradables. El ¨²ltimo caso tuvo lugar en Canarias hace tres semanas. La polic¨ªa detuvo a dos padres por agredirse durante el partido que disputaban sus hijos, de entre 9 y 12 a?os. Este extremo no se da todos los domingos, pero son habituales los encontronazos y las discusiones por culpa de unos progenitores que no saben gestionar estas situaciones.
Cuando llevamos a nuestros hijos a jugar al f¨²tbol debemos ser conscientes de la importancia que tiene nuestra actitud y la oportunidad que se nos brinda a la hora de establecer una buena relaci¨®n con ellos. Luis Alcolea, psic¨®logo deportivo del CD Canillas (una instituci¨®n del f¨²tbol base madrile?o con m¨¢s de 50 a?os de historia) expone su opini¨®n: ¡°El f¨²tbol es una herramienta muy interesante para generar vinculaci¨®n padre-hijo. Lamentablemente, no todos los padres son capaces de aprovecharlo¡±. Al no controlar la rabia se est¨¢ influyendo negativamente en los ni?os y en la relaci¨®n padre-hijo. ¡°Tengamos en cuenta que el enfado es una emoci¨®n que ya de por s¨ª genera malestar para el que la soporta, y que adem¨¢s puede desarrollar en el peque?o la percepci¨®n de que est¨¢ decepcionando a su padre, una de las personas m¨¢s importantes para ¨¦l¡±, alerta Alcolea.
Muchas veces los padres no se dan cuenta de sus reacciones ante los errores que cometen sus hijos en una disputa deportiva. Como psic¨®logo, Alcolea trata con los progenitores de los m¨¢s de 500 ni?os y j¨®venes que juegan en el club. ¡°La respuesta va a depender de la capacidad del adulto para gestionar sus emociones. Los hay que no tienen problemas a la hora de controlarse y revertir su estado emocional; otros, realizan un control social e inhiben la respuesta p¨²blica, pero no la que dan a sus hijos al acabar el partido¡±.
Tengamos en cuenta que el enfado es una emoci¨®n que ya de por s¨ª genera malestar para el que la soporta, y que adem¨¢s puede desarrollar en el peque?o la percepci¨®n de que est¨¢ decepcionando a su padre, una de las personas m¨¢s importantes para ¨¦l¡± Luis Alcolea, psic¨®logo deportivo
Aqu¨ª es cuando entran en juego los diferentes perfiles de progenitor. ¡°El padre sobreprotector culpabilizar¨¢ a los otros de los errores de su hijo y cargar¨¢ contra las dem¨¢s figuras intervinientes, pero no por eso reducir¨¢ el efecto negativo. Y aquel con poca capacidad de control derramar¨¢ su enfado por doquier. Y es muy posible que acabe mostrando conductas violentas ofreciendo un espect¨¢culo lamentable¡±, comenta el psic¨®logo, bas¨¢ndose en la experiencia.
I?igo L¨®pez de Carrizosa, entrenador de equipo Ciudad de Ibiza y de su filial, el CF R¨¢pid, lleva muchos a?os entrenando f¨²tbol base y conoce estas situaciones. ¡°Se tiende a asociar el error con el fracaso, pero debemos entender que esto es f¨²tbol formativo: se pueden hacer las cosas bien y perder, y al rev¨¦s. Los padres deben valorar el esfuerzo de su hijo y si este mejora y se divierte, no el mero hecho de marcar o no marcar, de ganar o de perder¡±. Suena obvio, pero no siempre es f¨¢cil. Para lograrlo, hay que asumir que los chicos van a fallar muchas ocasiones en los partidos del fin de semana, algunas de ellas clamorosas, y entender que esto no es algo negativo, sino todo lo contrario. ¡°Tras el error, a trav¨¦s de la experiencia y con la ayuda de padres y entrenadores es como va a evolucionar el chico. Las personas aprendemos antes tras tropezar con la piedra¡±, explica el t¨¦cnico.
Lo importante es hacer entender al cr¨ªo que no es malo que falle. L¨®pez de Carrizosa explica, desde la banda: ¡°Debemos fomentar el atrevimiento y que los ni?os pierdan el miedo a fallar. Luego, que sean observadores y aprendan de sus errores. Hacerles ver c¨®mo y por qu¨¦ se produce el fallo, explicarles c¨®mo se habr¨ªa evitado y proponer trabajo para solucionarlo. Se puede dar la situaci¨®n de que los chicos no hagan cosas por el miedo a fallar. As¨ª jam¨¢s podr¨¢n mejorar y divertirse¡±, explica el entrenador. Enrique P¨¦rez de la Puente, ¨¢rbitro del comit¨¦ castellano-leon¨¦s, coincide con el entrenador: ¡°El objetivo principal en estas categor¨ªas es disfrutar y pasarlo bien, no ganar a toda costa. En este ¨¢mbito, las actitudes violentas por parte de los padres son intolerables y constituyen un gran problema social. Los ni?os cogen un mal ejemplo y en el futuro ser¨¢n ellos los que insulten cuando vayan de espectadores.¡±
Debemos fomentar el atrevimiento y que los ni?os pierdan el miedo a fallar. Luego, que sean observadores y aprendan de sus errores" I?igo L¨®pez de Carrizosa, entrenador
Precisamente para evitar este tipo de conductas y favorecer una actitud relajada y positiva a la hora de disfrutar del deporte que realizan sus hijos, existen algunas claves que pueden ser de mucha utilidad. Lo apunta Luis Alcolea, psic¨®logo deportivo: ¡°Lo primero que les dir¨ªa a los padres es que reflexionen, que piensen en sus hijos, que ajusten sus expectativas y que interioricen una nueva visi¨®n de esta actividad¡±. Es decir, el protagonista es ¨¦l, es su momento y nuestro papel como padres es divertirnos, disfrutar y desarrollar una postura equilibrada lejos de enfados y malos gestos que s¨®lo contribuir¨¢n a generar malestar en los chicos y en nosotros mismos.
Tambi¨¦n es importante ¡°identificar las situaciones concretas que nos descontrolan emocionalmente y los pensamientos que nos perturban, y prepararse para controlarlos". Y si a¨²n as¨ª no somos capaces de evitar ponernos rojos de furia cuando el partido se pone en contra, existen medidas que pueden ayudarnos a minimizar esta situaci¨®n. Por ejemplo, a?ade Alcolea: ¡°Buscar un sitio tranquilo para ver los partidos, lejos del tumulto y, si es posible, acordar alianzas con otros padres que les puedan ayudar¡±.
Es importante anticiparse a situaciones desagradables. Si el adulto intuye que va a perder el control, o identifica que el partido est¨¢ aumentando la tensi¨®n, se debe alejar de esa situaci¨®n de estr¨¦s, incluso fuera de las instalaciones. Tomarse su tiempo, y regresar m¨¢s relajado. Una retirada a tiempo es una victoria, y m¨¢s vale perderse los ¨²ltimos minutos que hacer visible ante nuestro hijo, sus compa?eros y los otros padres la falta de autocontrol a la hora de gestionar las emociones. Y en el pr¨®ximo partido, vuelta a intentarlo.
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