El estudio de Einstein que resucit¨® a los 60 a?os y otras bellas durmientes
Un exhaustivo repaso por m¨¢s de un siglo de ciencia desvela qu¨¦ mentes se adelantaron a su tiempo, algunas hasta m¨¢s de un siglo

Se dice que los genios son adelantados a su tiempo, lo que lleva impl¨ªcita la incapacidad del resto de mortales para entenderlos. En el peor de los casos, sus estudios pasan d¨¦cadas e incluso siglos en el olvido hasta que, de repente, alguien descubre su radical importancia y no se explican c¨®mo pudieron vivir sin ellos. Estos estudios se conocen como ¡°bellas durmientes¡± y ahora un exhaustivo an¨¢lisis demuestra que la ciencia del ¨²ltimo siglo est¨¢ plagada de casos, muchos de ellos asociados a cient¨ªficos de primer nivel.
¡°Hemos realizado la mayor b¨²squeda de bellas durmientes que se ha hecho nunca¡±, explica a Materia Alessandro Flammini, investigador del Centro de Sistemas Complejos de la Universidad de Indiana (EE UU). Su equipo ha repasado 22 millones de estudios de todas las ramas del saber publicados durante m¨¢s de un siglo. Los resultados muestran que las bellas durmientes son impredecibles y mucho m¨¢s frecuentes de lo que se pensaba.
Los casos m¨¢s extremos son solo una peque?a parte del todo
Uno de los damnificados m¨¢s c¨¦lebres ha resultado ser Albert Einstein. En 1935 el padre de la teor¨ªa de la relatividad public¨® junto a Boris Podolsky y Nathan Rosen un estudio sobre la paradoja EPR, iniciales de los tres firmantes. El trabajo exploraba por qu¨¦ dos part¨ªculas pueden quedar entrelazadas para siempre sin importar la distancia que haya entre ellas, uno de los pilares de la f¨ªsica cu¨¢ntica. A pesar de que Einstein ya hab¨ªa ganado el Nobel, este trabajo durmi¨® y durmi¨® hasta que, en 1994, cuando solo quedaba vivo Rosen, comenz¨® a recibir un aluvi¨®n de citas por parte de otros f¨ªsicos. El prestigio de un cient¨ªfico se mide en funci¨®n a estas citas, que indican cu¨¢n influyente es su trabajo en un campo determinado. En este caso, tuvieron que pasar casi 60 a?os para que la comunidad cient¨ªfica comprendiese la importancia de la paradoja del tr¨ªo EPR.
Otro caso sorprendente es el de un estudio de 1958 que describ¨ªa una forma m¨¢s eficiente de obtener ¨®xido de grafito. El trabajo durmi¨® hasta 2007, cuando comenz¨® a ser citado de forma masiva. ?Por qu¨¦? El ¨®xido de grafito permite obtener grafeno a escala industrial y rentable . El grafeno, m¨¢s duro que el diamante y de extrema flexibilidad, es posiblemente el material que protagonice la pr¨®xima revoluci¨®n tecnol¨®gica. La puerta para conseguirlo a gran escala estaba abierta desde 1958, pero nadie la vio hasta que, en 2004, Konstantin Novoselov y Andre Gueim aislaron grafeno por primera vez, lo que les vali¨® un premio Nobel de F¨ªsica en 2010.
Un siglo de olvido
¡°Este trabajo aporta una prueba emp¨ªrica de que un estudio puede estar literalmente adelantado a su tiempo¡±, considera Flammini. ¡°Puede que un tema prematuro no capte atenci¨®n, incluso cuando lo publican autores que ya han establecido una gran reputaci¨®n cient¨ªfica¡±, detalla este experto en inform¨¢tica y computaci¨®n, cuyo trabajo se ha publicado esta semana en en la prestigiosa revista cient¨ªfica PNAS.
El estad¨ªstico Anthony van Raan acu?¨® el t¨¦rmino bella durmiente para referirse a estos fen¨®menos. En su estudio de 2004 citaba el caso ¡°extremo¡± de un estudio de 1986 sobre supergravedad y teor¨ªa de cuerdas que durmi¨® durante nueve largos a?os antes de resucitar cuando el campo sobre el que versaba hab¨ªa florecido. Trabajos posteriores analizaron fen¨®menos parecidos de autores adelantados a su tiempo, pero siempre centrados en una sola disciplina, o con muestras m¨¢s peque?as que la actual, explica el nuevo trabajo de Flammini. Su estudio ha creado un ¡°coeficiente de belleza¡± que aporta una puntuaci¨®n a los estudios en funci¨®n de su fecha de publicaci¨®n, el n¨²mero de citas recibidas por a?o, cambios abruptos en ellas y otras variables. Los investigadores han realizado una lista con las 15 mayores bellas durmientes detectadas. El r¨¦cord de letargo, que multiplica por 10 los observados anteriormente, se lo lleva otro prestigioso cient¨ªfico, el matem¨¢tico estad¨ªstico Karl Pearson, cuyo estudio publicado en 1901 no despert¨® hasta 101 a?os despu¨¦s, en 2002. De las 15 mayores bellas durmientes, cuatro se hab¨ªan publicado 100 a?os antes de su repentino estallido en popularidad. El estudio de Einstein y sus dos colegas est¨¢ en el puesto 14 y el del ¨®xido de grafito, en el segundo.
La f¨ªsica, la qu¨ªmica, la ciencia multidisciplinar, las matem¨¢ticas y la medicina general e interna son las que m¨¢s casos registran. Pero ning¨²n campo est¨¢ libre de olvidos. La estad¨ªstica, por ejemplo, se desvela como un campo especialmente vulnerable y, por primera vez, se comprueba que hay bellas durmientes en campos no explorados como la cirug¨ªa o las ciencias sociales. Las revistas cient¨ªficas con m¨¢s casos son tambi¨¦n las de m¨¢s prestigio y popularidad entre los cient¨ªficos: PNAS, Nature y Science.
El estudio sobre el grafito ilustra otro de los hallazgos del estudio: normalmente las bellas durmientes despiertan cuando saltan de campo y son citadas por cient¨ªficos de otras disciplinas que descubren su importancia.
¡°Uno de nuestros hallazgos es que no hay una l¨ªnea divisoria entre lo que es una bella durmiente y lo que no¡±. Cuando se analiza la base de datos con todos los estudios ¡°tomando en cuenta el periodo de letargo y la intensidad del despertar encontramos una distribuci¨®n continua y los casos m¨¢s extremos son solo una peque?a parte del todo¡±, detalla.
Estas impredecibles bellas durmientes saltaron recientemente a la fama pues son el principal escollo para que los estad¨ªsticos puedan adivinar cada a?o qui¨¦n ganar¨¢ un Nobel bas¨¢ndose en la cantidad de citas de cada autor en su campo. Las citas y el impacto de un cient¨ªfico es una vara de medir universal, aunque cada vez est¨¢ m¨¢s claro que no est¨¢ exenta de errores e injusticias. Los nuevos datos que aporta este trabajo, dice Flammini, deber¨ªan servir como un ¡°mensaje de cautela¡± ante esta situaci¨®n.
F¨¦lix de Moya, fundador del grupo Scimago de medici¨®n cient¨ªfica e investigador del CSIC, ofrece una opini¨®n independiente sobre el trabajo. "Es interesante, sobre todo porque muestra que los resultados de un cient¨ªfico no se pueden analizar con ¨ªndices de impacto que solo tengan en cuenta los ¨²ltimos a?os, pues estos funcionan bien para medir la actividad de pa¨ªses enteros, pero no la de personas o grupos de investigaci¨®n ya que no abarcan toda su carrera". De hecho, se?ala, ya hay otros indicadores como el ¨ªndice h "que cada vez son m¨¢s usados" y que s¨ª tendr¨ªan en cuenta una bella durmiente.
Ahora, el equipo de Flammini quiere desarrollar un m¨¦todo sistem¨¢tico para identificar a los ¡°pr¨ªncipes¡± y determinar qu¨¦ factores est¨¢n detr¨¢s de los espectaculares despertares que provocan.
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