M¨¦xico electoral
En un pa¨ªs abrumado por la violencia, la pr¨®xima v¨ªctima podr¨ªa ser lo poco que le queda de democracia
Hab¨ªa un partido de izquierda, Corriente Democr¨¢tica, luego PRD. Surgi¨® en 1988 bajo el liderazgo de Cuauht¨¦moc C¨¢rdenas, hijo de L¨¢zaro, pr¨®cer hist¨®rico del nacionalismo revolucionario. Fracci¨®n disidente del PRI, le desafi¨® en las elecciones de aquel julio. Gan¨®, dice la historia, pero el fraude le impidi¨® llegar a Los Pinos.
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Ese partido casi no existe hoy. Agobiado, su fundador renunci¨®, un concluyente se?alador de su crisis terminal. Ocurre que el alcalde de Iguala, electo por el PRD, fue quien dio la orden de reprimir a los normalistas y entregarlos al cartel Guerreros Unidos. Es dif¨ªcil regresar de ese lugar.
Hab¨ªa otro partido, de centro-derecha, surgido en los a?os sesenta. Vinculado a la ¨¦lite industrial norte?a, pero al mismo tiempo pragm¨¢tico, fue el partido que interrumpi¨® la hegemon¨ªa del PRI en el a?o 2000. Gobern¨® dos sexenios, pero con el tiempo fue adoptando rasgos de su antiguo rival: clientelismo, corrupci¨®n, colusi¨®n con los grupos econ¨®micos y un creciente autoritarismo. El saldo de cien mil v¨ªctimas durante su segundo periodo en el poder, entre muertos y desaparecidos, ilustra el punto.
Derrotado en la elecci¨®n de 2012, el papel del PAN se ha reducido a ser el socio pasivo y minoritario de la agenda legislativa de Pe?a Nieto. Su propia crisis de liderazgo, de Cordero a Madero, y sus conflictos de largo alcance no son m¨¢s que un s¨ªntoma de la profunda descomposici¨®n en curso.
Y tambi¨¦n estaba el PRI, que sigue estando. De regreso al poder en 2012, funciona anclado en los grandes negocios y con poder transversal, es decir, con s¨®lidos lazos con diferentes partidos al mismo tiempo. Su agenda contin¨²a siendo la reforma energ¨¦tica y el pacto por M¨¦xico. Es la vieja f¨®rmula del salinismo: liberalizaci¨®n econ¨®mica e iniciativa pol¨ªtica. El problema es que su insensibilidad frente a la violencia del narcotr¨¢fico ¡ª¡°fue el Estado¡± y ¡°ya me cans¨¦¡±¡ª y la corrupci¨®n ¡ªde la casa blanca al tren de alta velocidad¡ª lo han hecho cada vez menos cre¨ªble y menos capaz de gobernar.
Este M¨¦xico violento, fragmentado y cada vez m¨¢s desigual le ha explotado al Gobierno en la cara
En este contexto de baja competitividad electoral, M¨¦xico vota el domingo 7 de junio en elecciones de medio t¨¦rmino, con partidos de oposici¨®n debilitados, casi inexistentes, y un oficialismo amarrado al poder pero desorientado y con un creciente d¨¦ficit de legitimidad. En este contexto, precisamente, no puede sorprender que la poblaci¨®n est¨¦ desafectada del proceso electoral.
O, mejor dicho, est¨¢ afectada ¡ªno es que sea indiferente¡ª pero en sentido negativo. En vastas zonas del pa¨ªs, la propia idea de la elecci¨®n ha perdido su significado. Es el caso de los padres de los 43 estudiantes desaparecidos en Ayotzinapa, quienes advirtieron que no habr¨ªa elecci¨®n en paz si no aparec¨ªan sus hijos. Usaron la noci¨®n de ¡°farsa electoral¡± e indicaron que sabotear¨ªan los comicios.
La voz de los padres de los normalistas es representativa de las zonas rurales en general, las m¨¢s castigadas por el narcotr¨¢fico y la pobreza. En algunas de ellas ¡ªadem¨¢s de Guerrero, Oaxaca y Chiapas, por ejemplo¡ª existe una sociedad civil radicalizada, que ya ha incursionado en modos de acci¨®n directa y que espera impedir la normal realizaci¨®n de las elecciones. El bajo n¨²mero de candidaturas independientes tambi¨¦n ha contribuido al llamado masivo a la anulaci¨®n del voto y la abstenci¨®n. En zonas urbanas, a su vez, el descreimiento se manifiesta de formas m¨¢s civiles, pero no por ello menos significativas. No hay m¨¢s que recordar la inocultable decepci¨®n con la pol¨ªtica que ha expresado el mundo de las artes y la cultura.
En este escenario, con un solo partido, probablemente gane el PRI. Claro que ¡°ganar¡± es un eufemismo para un partido que no parece conocer, ni mucho menos comprender, el pa¨ªs que debe gobernar. Solo as¨ª se entiende que este M¨¦xico violento, fragmentado y cada vez m¨¢s desigual le haya explotado al Gobierno en la cara, casi sin que se diera cuenta, y que todav¨ªa no haya sido capaz de reaccionar, o que le interese hacerlo.
Es un pa¨ªs ahora marcado por varias crisis simult¨¢neas: la corrupci¨®n, la criminalidad y la baja representatividad de los partidos, todo ello erosionando la legitimidad de su sistema pol¨ªtico. Agr¨¦guese que, para vastos segmentos de la poblaci¨®n, la vida cotidiana transcurre sin ley y sin Estado, en la total desprotecci¨®n. Tambi¨¦n se trata de una sociedad hu¨¦rfana y sin normas.
M¨¦xico enfrenta un escenario de enorme incertidumbre pol¨ªtica, econ¨®mica y social. Lo m¨¢s grave de este escenario es que, en un pa¨ªs sobrepasado por la criminalidad y la violencia, la pr¨®xima v¨ªctima bien podr¨ªa ser lo poco que le queda de democracia.
H¨¦ctor E. Schamis
Twitter @hectorschamis
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