Las flores
La tumba de la Dama Roja, en la cueva del Mir¨®n (Cantabria), ha puesto en entredicho el significado del acto de regalar flores
La tumba de la Dama Roja, una mujer que fue enterrada en el Paleol¨ªtico superior, ha puesto en entredicho el significado del acto de dar a alguien flores. La tumba de esta mujer se encuentra en la cueva del Mir¨®n, en Cantabria, y sobre el ¨¢rea del enterramiento se encontraron restos de p¨®lenes fosilizados. La hip¨®tesis es que alg¨²n amante, familiar o amigo de la Dama Roja dej¨® flores en su tumba, porque no hay p¨®lenes fosilizados en ning¨²n otro sitio de la cueva del Mir¨®n. Esta tumba nos puede hacer pensar que las personas de la Edad de Piedra eran ya tan sofisticadas que asociaban la flor a la belleza de la dama amada, y que usaban las flores para presentar sus respetos a quien cumpl¨ªa a?os o al que te invitaba a comer, o al que acababa de morir y necesitaba, para su ¨²ltimo trayecto, del apoyo floral de los que se quedaban en la tierra. Pero resulta que los arque¨®logos han deslizado otra hip¨®tesis: quiz¨¢ las flores sobre la tumba de la Dama Roja eran para mitigar los olores del cad¨¢ver. Esta amarga hip¨®tesis nos mete en un aprieto a los habitantes del siglo XXI; toda la vida nos hab¨ªan contado que las flores sirven para homenajear y que, seg¨²n el tipo y el color, se manda un mensaje u otro, flores rojas para la pasi¨®n, blancas para el amor impoluto y un largo etc¨¦tera. Pero ahora resulta que, seg¨²n el hallazgo en la cueva del Mir¨®n, las flores no son ning¨²n homenaje, ni tienen nada de rom¨¢ntico, son un truco muy pr¨¢ctico para disimular la cadaverina. Si el sentido original del ramo de flores era este, ?qu¨¦ mensaje mandamos cuando ofrecemos un ramo de rosas a la dama amada? Y si el ramo de rosas es muy grande y muy voluminoso, ?qu¨¦ estamos queriendo insinuar? ?Ser¨ªa menos violento dar una sola florecilla? ?Regalamos mejor chocolatinas?
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