?C¨®mo responde la Cooperaci¨®n Espa?ola a la ¡°primavera ¨¢rabe¡±?
El Programa Masar de la AECID acompa?a a las sociedades e instituciones p¨²blicas de estos pa¨ªses en sus procesos de gobernanza democr¨¢tica
Llam¨¦mosle "primavera ¨¢rabe", "primaveras ¨¢rabes", "despertar ¨¢rabe" o, incluso, el "despertar europeo" ante lo que sucede al sur, al este del Mediterr¨¢neo y m¨¢s all¨¢. En realidad, las sociedades ¨¢rabo-bereber-musulmanas est¨¢n viviendo una ¨¦poca de trascendencia hist¨®rica para las dos orillas de ese mar.
Desde diciembre de 2010, con la inmolaci¨®n del tunecino Mohamed Bouazizi como detonante a trav¨¦s de las redes sociales, fueron eclosionando din¨¢micas pol¨ªticas por toda la regi¨®n. Escenarios necesariamente convulsos, dial¨¦cticos e inciertos en su desenlace, pues para los actores sociales, ideol¨®gicos, religiosos, sindicales y empresariales de esas sociedades (mucho m¨¢s plurales que lo que se cree en Europa) se abre una ventana al cambio, a la redistribuci¨®n del poder y, a fin de cuentas, a un nuevo contrato social. A nadie deber¨ªa sorprender, y menos a los europeos que conozcan su propia historia, que estas ocasiones conllevan crisis, sufrimiento, tragedias, confrontaciones armadas. Superar un estado de violencia (y tanto las dictaduras como el caos lo son) requiere partos largos y dif¨ªciles.
Superar estados de violencia, como dictaduras o el caos, requiere partos largos y dif¨ªciles
En cada pa¨ªs hay un proceso en curso, a su ritmo y con sus condicionantes hist¨®ricos, econ¨®micos y socioculturales. Valorar y medir cada proceso seg¨²n par¨¢metros for¨¢neos, aunque estos sean europeos con pretensi¨®n de universales, sirve para poco m¨¢s que para satisfacer complejos de superioridad. Simplificar y homogenizarlos tampoco ayuda a su an¨¢lisis, aunque s¨ª puede nutrir el maniqueo choque de civilizaciones.
En 2012, la Cooperaci¨®n Espa?ola, concretamente, la AECID, lanz¨® el Programa Masar (camino, en ¨¢rabe) para acompa?ar los procesos de gobernanza democr¨¢tica en el Norte de ?frica y Oriente pr¨®ximo. No surgi¨® de la nada. Tras lustros de cooperaci¨®n en el ¨¢mbito del fortalecimiento institucional (o gobernabilidad) en varias regiones, hab¨ªamos aprendido dos lecciones en t¨¦rminos de eficacia: primero, en lugar de exportar nuestros modelos cuando y donde lo consider¨¢bamos (cuando se cree tener la soluci¨®n a los problemas ajenos, existen recursos financieros y expertos con deseos de viajar, es grande la tentaci¨®n de hacerlo), responder a las demandas concretas; y, segundo, que tan importante como trabajar con las instituciones es hacerlo con los actores de la sociedad civil que impulsan los cambios. Pasamos de la gobernabilidad a la gobernanza, que implica colaborar en ambos ejes, fortaleciendo sus capacidades y los mecanismos de di¨¢logo e interacci¨®n entre ellos. La retroalimentaci¨®n que establecen, no solo porque algunos individuos pasan de un ¨¢mbito al otro, sino tambi¨¦n por la rendici¨®n de cuentas, desde un lado, y la movilizaci¨®n del respaldo social, desde el otro, evidencian lo estrat¨¦gico de esta lecci¨®n. La Cooperaci¨®n Espa?ola tiene gran experiencia y capacidad en ese doble papel de socio t¨¦cnico-financiero y facilitador del di¨¢logo.
Tenemos experiencia en ser socio t¨¦cnico-financiero y facilitador del di¨¢logo
Escuchar y atender las demandas, y tambi¨¦n esforzarse por colaborar con ¨¢nimo inclusivo y respetuoso. La g¨¦nesis del nombre del Programa ya lo ilustra. Fue en un encuentro con destacados periodistas marroqu¨ªes que planteamos c¨®mo denominarlo. Se barajaban t¨¦rminos que pod¨ªan percibir de modo distinto que nosotros, o que para parte de ellos tuvieran una carga hist¨®rico-pol¨ªtica que limitaba su aceptaci¨®n (como rafiq, compa?ero, que recordaba al Rafiq Arafat y a su ideolog¨ªa; otros t¨¦rminos eran rechazables desde sensibilidades islamistas). Tambi¨¦n descartamos referirnos a la regi¨®n como mundo ¨¢rabe cuando j¨®venes pol¨ªticos de varios partidos marroqu¨ªes nos llamaron la atenci¨®n respecto a la identidad bereber, no ¨¢rabe.
Desde su inicio hasta 2015, el presupuesto del Programa Masar ha alcanzado los 10,4 millones de euros. Ello no incluye los fondos destinados a los pa¨ªses de esa regi¨®n prioritarios para nuestra cooperaci¨®n, con sendos programas bilaterales y tambi¨¦n otros instrumentos de financiaci¨®n. Hasta 2014, el 52% de los fondos del Masar se destinaron a instituciones p¨²blicas de estos pa¨ªses (Ministerios, entidades de derechos humanos) y el 48% a actores de sus sociedades civiles (ONG, centros de estudio). Las mayores limitaciones de gesti¨®n y de absorci¨®n de fondos por parte de los actores sociales dificulta la paridad en la asignaci¨®n del presupuesto. Pero, ?qu¨¦ se hace y qu¨¦ se logra con tan limitados recursos ante un sinf¨ªn de necesidades?
La lucha contra la violencia de g¨¦nero, primer objetivo com¨²n de las parlamentarias marroqu¨ªes
En la primera semana de diciembre de 2012, ocho diputadas marroqu¨ªes, pertenecientes a todos los partidos en el Parlamento, conocieron las instituciones y la normativa espa?olas vinculadas a la equidad de g¨¦nero y al combate contra la violencia de g¨¦nero. Ese mismo mes, al regresar a Rabat, constituyeron un grupo de parlamentarias para la igualdad de g¨¦nero (cuenta ya con m¨¢s de 20 diputadas). Son las promotoras del proyecto de ley contra la violencia de g¨¦nero: es el primer objetivo com¨²n, compartido por parlamentarias liberales, islamistas, socialistas, bereberes... Este apoyo del Masar (que solo supuso un gasto de 6.000 euros), se ha complementado con la financiaci¨®n de la participaci¨®n de una diputada en la 57? sesi¨®n de la Comisi¨®n de la Mujer (ONU) y con la subvenci¨®n entregada a la Asociaci¨®n marroqu¨ª de derechos de la mujer (174.000 euros) para la lucha contra la violencia de g¨¦nero.
Hay muchos m¨¢s ejemplos. El Programa ha contribuido al empoderamiento pol¨ªtico y formaci¨®n de 240 mujeres palestinas electas en los comicios municipales de 2012; a conocer mejor y dar voz a la sociedad egipcia, a trav¨¦s de las encuestas de opini¨®n y la investigaci¨®n social lanzadas por el Masar Ciudadan¨ªa; en varios pa¨ªses, a la modernizaci¨®n de la justicia, de los sistemas penitenciarios y de la polic¨ªa para que respeten los derechos humanos y presten mejor servicio a la sociedad. Queda mucho Masar por recorrer.
Alberto Virella Gomes es director de Cooperaci¨®n con ?frica y Asia (AECID).
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