Gu¨ªa de supervivencia en la Feria del Libro
O de c¨®mo reconocer al instante a las subespecies que deambulan por las casetas y decantarse por una
Es la feria m¨¢s grande de Espa?a. Durante sus 3 semanas de duraci¨®n desfilar¨¢n por sus 368 casetas cientos de autores, miles de mirones, alg¨²n lector y qui¨¦n sabe si al final alg¨²n comprador. Si uno permanece atento podr¨¢ encontrar a coleccionistas de todo tipo de memorabilia, mucho advenedizo, escritores gru?ones, adolescentes y abuelas en busca de un poco de su minuto de gloria, deportistas que pasaban por all¨ª o profesionales del noble arte de colarse, entre otros. Los casi dos kil¨®metros de recorrido dan para todo tipo de escaramuzas: miradas furtivas, ri?as entre libreros y lectores, borracheras de m¨¢s de un escritor, trapicheos varios con la literatura como excusa... Te describimos a una parte de esta fauna que entre los d¨ªas 29 de mayo y 14 de junio podr¨¢s ver en el paseo de coches del parque del Retiro:
Los amigos de lo gratis: Son los m¨¢s vistosos, suelen hacer largas colas con el fin de conseguir la dedicatoria o el selfie deseado. Dentro de esta categor¨ªa encontramos un submundo plagado de personajes que est¨¢n dispuestos a atesorar todo lo que se regale en las casetas. Est¨¢n los que se acercan en busca de los 'preciados' marcap¨¢ginas, los que no tienen problema en llevarse cat¨¢logos de editoriales que hasta ese momento eran desconocidas para ellos o quienes toman todo tipo de merchandising y promoci¨®n: adelantos de libros, bol¨ªgrafos, carpetas¡ Todo con el fin de dejarlo abandonado al llegar a casa.
Los que llegaron antes: suelen ir habitualmente al Retiro, haya feria o no. Miran con desd¨¦n a las personas que solo acuden a la feria en busca de libros, sin disfrutar del entorno primaveral. En muchas ocasiones se acercan a hojear o increpar a los que se encuentran en el interior de las casetas, sin comprar libro alguno. Dentro de estos paseantes hay una curiosa subespecie: aquellos que acuden uniformados, libro mediante y se colocan estrat¨¦gicamente a ¡°leer¡± cerca de las casetas, para que se les pueda ver bien. Si uno presta atenci¨®n les ver¨¢ observando con el rabillo del ojo atento a todo lo que suceda en las diferentes colas.
Los tocapelotas: Son parecidos a los paseantes, porque de alguna manera no est¨¢n interesados en el buen discurrir de la feria. Se acercan a las casetas y habitualmente preguntan por t¨ªtulos o autores que no deber¨ªan estar en ese lugar. De esta manera comienza una conversaci¨®n que siempre termina a la gresca, con el librero o editor de turno escuchando una reprimenda que ni le va, ni le viene. En el 99% de los casos estas personas se marchan igual que han llegado, sin libro alguno.
Los despistados: va a la feria con un cierto inter¨¦s. Pone todo lo que puede de su parte, pero en muchas ocasiones no es suficiente. Son aquellos que no se enteran bien de los horarios de las firmas o de los autores que estar¨¢n ese d¨ªa. Buscan intr¨¦pidamente una firma que nunca van a encontrar. Si esa firma es para alg¨²n familiar o amigo, recurren a la gente que en ese momento se encuentra en la caseta. Da igual si quien est¨¢ no es el autor que buscan. Ellos necesitan una r¨²brica y a alguien que haga las veces de autor y falsifique la dedicatoria.
Los autores medi¨¢ticos: categor¨ªa donde entran aquellos creadores que son populares por salir mayormente en la televisi¨®n, o sea: Eduardo Inda, Jordi Cruz, Iker Jim¨¦nez, Karina, Mario Vaquerizo o Bel¨¦n Esteban. Son los m¨¢s habituados al contacto con el p¨²blico y, por tanto, los m¨¢s amables y complacientes. Saben lo que significa estar en la Feria del libro y atraen a nuevos consumidores que sin este reclamo dif¨ªcilmente se dejar¨ªan ver por estos lares.
Los autores desconocidos: los escritores que m¨¢s abundan; se entiende cuando uno ve las cifras que se manejan: m¨¢s de mil plumillas invitados en la edici¨®n anterior no dejan lugar a la duda. Las editoriales y librer¨ªas intentan hacer todo lo posible en los d¨ªas previos para darlos a conocer. Al final del d¨ªa las casetas se terminando llenando de familiares, amigos y curiosos, poco m¨¢s.
Los escritores en general: la mayor¨ªa no desear¨ªa estar all¨ª. Lo hacen notar en muchos casos de una forma visible: firmando de manera despectiva sus ejemplares, sin dedicatoria alguna, discutiendo a la m¨ªnima con el afable lector¡ En contraposici¨®n est¨¢n los que lo intentan y hacen todo lo posible por agradar al interesado, aunque se sientan inc¨®modos y sepan que aquello no va demasiado con ellos.
Los indies: aqu¨ª encontramos a dibujantes de c¨®mics, autores cercanos a editoriales independientes y ensayistas de tem¨¢tica pop, entre otros. Si vas a verles es porque de alguna manera algo te une a ellos: es amigo de un amigo, sueles cruz¨¢rtelo por la noche, conoces a los editores o has estado en alguna fiesta donde estaban (y en la que reinaba el patrocinio de alguna marca de bebida alcoh¨®lica). Es probable que durante el a?o hayan tenido otras ocasiones en las que poder vender su publicaci¨®n: conciertos, presentaciones, mercadillos¡ La pregunta surge al instante: ?por qu¨¦ escoger promocionar tu producto en un espacio como este?
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