La lista para gozar del apocalipsis

En Pronto ser¨¢ de noche el cielo tiene un color chungo. Los p¨¢jaros caen en pleno vuelo. Se quema a gente en las calles. Vamos, que pintan bastos. El fin del mundo contado por un gaditano y editado por Valdemar, el templo para el amante de la literatura de horror en Espa?a a la que le ha dado por fichar autores espa?oles. Pero aunque esta novela de Jes¨²s Ca?adas sea malrollera?¡ªelegir un atasco como escenario y encasquetarles a los que esperan en los coches un apocalipsis es tener muy mala hostia¡ª que en su portada salga el toro de Osborne con la cruz invertida del Anticristo da que pensar que su autor es un cachondo. Nos lo demuestra en esta lista de lo imprescindible para que el apocalipsis, caso de que nos pille, se haga m¨¢s llevadero.

Un carrito de la compra

Aunque no tengas ni?o desnutrido pero guapo que te ayude a empujarlo, queda de lo m¨¢s result¨®n y supondr¨¢ un gran cable en caso de que te toque la loter¨ªa y te encuentres un colmado sin saquear, con sus jamones colgando, sus latas de escabeche y sus morcones. Eso s¨ª, cuando lo lleves a trav¨¦s de ciudades desiertas te acordar¨¢s muy fuerte de aquella alcaldesa que prefiri¨® poner macetas y parques antes que rampas en cada esquina.

Un amigo gracioso

Ser¨¢ el primero que muera y lo sabes. Ll¨¦vatelo para que se lo coman los zombies, o lo despedacen los merodeadores, o lo aplasten las ruedas del cami¨®n de Imperator Furiosa mientras t¨² te escapas sin mirar atr¨¢s, como los buenos tipos duros. Bonus: si eres m¨¢s tipo drama queen, podr¨¢s incluso sacrificarte por ¨¦l y as¨ª nos quedamos todos tranquilos.

Un palo

Olv¨ªdate de las pelis americanas: las balas se gastan, las motosierras se quedan encajadas en los troncos y no hay Dios que encuentre un bate de b¨¦isbol de los buenos en Espa?a. Mejor el cl¨¢sico palo de romer¨ªa o del camino de Santiago, para endi?arle en la cabeza al primer superviviente intensito que se ponga tonto.

Calcetines

Gracias a Ewan Mcgregor, todos conocemos ya la t¨¦cnica de las cuatro posiciones para estar usando los mismos calzoncillos semana y pico. Pero no hay sensaci¨®n m¨¢s maravillosa que meter los pies en unos calcetines nuevos. Ll¨¦vate tres pares.

Una foto

Admit¨¢moslo, no existen las historias post-apocalipticas. Tarde o temprano el apocalipsis te termina pillando y te matan. As¨ª que ll¨¦vate una foto guapa, la de ese viaje de instituto, o la de tu d¨¦cimo cumplea?os, o esa que sales con tus padres cuando acabaste la carrera. Ser¨¢ lo ¨²ltimo que mires antes de que se acabe. ?Qu¨¦ pasa, te ha dado bajona? Esto es el apocalipsis, ricura.