Messi, Xavi, Iniesta
Decir de alguien que juega como en el colegio no deber¨ªa ser considerado un reproche. Solo los grandes lo consiguen
Circula por Internet un v¨ªdeo con jugadas de Leo Messi, de 10 a?os de edad, en un torneo disputado en un pueblo de Per¨² hacia 1997. Lo m¨¢s asombroso es que ya jugaba como ahora: actitud como distra¨ªda para arrancar de repente en internadas fulgurantes, amagando y regateando para culminar con remates cruzados, casi siempre con la zurda. El padre de la familia M¨¦ndez que le alberg¨® relata c¨®mo cada ma?ana iban y volv¨ªan ambos a la panader¨ªa del pueblo, bastante alejada, con Leo dando ¡°pataditas¡± a un bal¨®n sin dejarle tocar el suelo ni siquiera mientras M¨¦ndez hac¨ªa su compra. Dominio del bal¨®n y regate eran ya sus cualidades. Un entrenador t¨ªpico del siglo XX le habr¨ªa reprochado su exceso de driblings. Daucik prohib¨ªa en los entrenamientos dar m¨¢s de dos toques al bal¨®n antes de pasarlo a un compa?ero.
Xavi Hern¨¢ndez le cont¨® a Luis Mart¨ªn en un suplemento de EL PA?S, publicado en v¨ªsperas de la Eurocopa de 2012 que, de ni?o, en Terrassa, cuando su madre le enviaba a comprar el pan, casi siempre se encontraba la tienda cerrada porque antes se hab¨ªa entretenido improvisando un partido con sus amigos en la plaza del Progr¨¦s, cuyos ¨¢rboles utilizaba para ¡°tirar paredes¡±: ¡°Siempre he necesitado a alguien con quien pasarme la pelota¡±, le dec¨ªa al periodista.
De manera que Messi enlaza con los or¨ªgenes del f¨²tbol, cuando todos los jugadores menos el portero trataban de llegar a la meta rival regateando contrarios; y Xavi, con la evoluci¨®n de ese deporte iniciada por un equipo escoc¨¦s que descubri¨® hacia 1870 el pase como forma de avanzar sin perder la posesi¨®n de la pelota. La respectiva tendencia de Messi y Xavi ya era visible desde ni?os. Decir de alguien que juega como en el colegio no deber¨ªa ser considerado un reproche. Solo los grandes lo consiguen. Cada uno seg¨²n su inclinaci¨®n m¨¢s o menos escorada hacia el regate o el pase.
Iniesta es una mezcla de los estilos y preferencias de los otros dos. Es capaz de regatear con tanta habilidad como Messi, pero con m¨¢s pausa, para no arriesgar la posesi¨®n; y de filtrar pases de gol tan letales como los de Xavi, seg¨²n acredit¨® el s¨¢bado en el Estadio Ol¨ªmpico de Berl¨ªn. Fue el autor del pase del primer gol, y elegido mejor jugador de la final. Messi, que hab¨ªa intervenido mucho menos de lo habitual, comprendi¨® a la vista de la briosa reacci¨®n del Juventus que sigui¨® al empate de Morata que el partido se les iba si no marcaban pronto; es decir, si no marcaba ¨¦l. No lo hizo, pero s¨ª fue el autor de la arrancada en diagonal que culmin¨® con un remate que el portero italiano fue incapaz de sujetar, dejando el bal¨®n a los pies de Luis Su¨¢rez para que marcara el 1-2.
Messi acredit¨® la definici¨®n que de su juego hizo el entrenador argentino ?ngel Cappa, antiguo ayudante de Valdano: ¡°Es Maradona a cien por hora¡±. Y fue precisamente Valdano quien dej¨® dicho, en referencia a Iniesta, cuando iniciaba su carrera, que era alguien a quien nunca ver¨ªamos con tatuajes. Como prueba de que no era un chisgarab¨ªs.
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