Una piedra francesa en el zapato de Francisco
El pl¨¢cet al nuevo embajador pone a prueba los aires regeneradores del Papa
El nuevo embajador de Francia ante la Santa Sede no puede tomar posesi¨®n porque el Papa no le otorga el pl¨¢cet. La situaci¨®n se prolonga desde que el Gobierno de Fran?ois Hollande nombr¨® en enero para ese puesto al diplom¨¢tico Laurent Stefanini, gay declarado. ?Es la condici¨®n sexual el escollo? La estrategia de ni confirmar ni desmentir impide tener la certeza, pero permite albergar la sospecha de que, quiz¨¢, la apertura de Francisco no sea tal. En todo caso, ahora est¨¢ inc¨®modamente preso de sus palabras. Hace solo dos a?os se preguntaba p¨²blicamente que qui¨¦n era ¨¦l para ¡±juzgar a los gais¡±.
Stefanini tiene 55 a?os y es el jefe de protocolo del El¨ªseo. Ya fue segundo hace una d¨¦cada en la embajada francesa ante el Vaticano, pero ahora que ha logrado su objetivo de ser el primero, la diplomacia vaticana le hace esperar. Nombrado en enero pasado, la plaza permanece vacante desde principios de marzo. Los contactos entre ambas partes contin¨²an. Stefanini se ha entrevistado con el Papa en Roma y el mi¨¦rcoles pasado el secretario de Estado vaticano, el cardenal Pietro Parolin, vio a Hollande en Par¨ªs. Se guarda silencio sobre tales encuentros ¡°privados¡±.
El Gobierno franc¨¦s ha legalizado el matrimonio homosexual, algo que para Parolin es ¡°una derrota de la humanidad¡±, seg¨²n ha declarado recientemente sobre la aprobaci¨®n en Irlanda de las bodas gais. El arzobispo de Par¨ªs Andr¨¦ Vingt-Trois intercedi¨® en febrero por Stefanini, pero a las pocas semanas el Ejecutivo de Hollande sac¨® adelante una ley que avanza en la muerte digna, un paso que ha molestado a los obispos galos. Vingt-Trois no se pronuncia ahora sobre Stefanini.
En el El¨ªseo advierten de que no se retirar¨¢ la candidatura de su embajador como le pidi¨® la Nunciatura. Stefanini, por cierto, es soltero y profundamente cat¨®lico, pero el destino le ha elegido como piedra en el zapato del Papa Francisco, que dijo no ser qui¨¦n para juzgar a los gais, pero no habl¨® de la conveniencia de trabajar codo a codo con ellos. Interpretar al Vaticano m¨¢s all¨¢ de sus palabras es una aventura arriesgada.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.