Biodiversidad no es solo una palabra
Estamos en el mundo para festejar nuestra diferencia
Isabella Rossellini estuvo en Madrid para cerrar el festival de teatro de la capital. Present¨® una conferencia sobre la vida sexual de los animales, puesta en escena con aires de clown y su gusto particular por el cortometraje naif.Sobrada de encanto y sentido del humor, Isabella Rossellini nunca ha sido una actriz, sino m¨¢s bien una modelo inquieta y creativa. Sus ¨²nicas apariciones memorables en la pantalla fueron de la mano de David Lynch en Terciopelo azul y Coraz¨®n salvaje, y en ambas ocasiones, m¨¢s que una interpretaci¨®n se trataba de una utilizaci¨®n ic¨®nica. Pero verla en el escenario era un festejo para todos aquellos que sentimos una oleada de verg¨¹enza cuando Lanc?me le cancel¨® el contrato de imagen, no tanto por cumplir a?os, sino por comportarse con una libertad de actos poco acorde para la domesticaci¨®n femenina que proponen las grandes marcas cosm¨¦ticas bajo el reclamo contrario.
Al apreciarla en escena en su juguete c¨®mico, uno no pod¨ªa dejar de pensar que jam¨¢s estar¨ªa tan cerca de dos de los talentos m¨¢s admirables que ha dado la historia del cine: sus padres. Roberto Rossellini no fue solo el reinventor del cine europeo tras la II?Guerra Mundial, cuando Norteam¨¦rica se hizo con la hegemon¨ªa del entretenimiento, sino que abri¨® la puerta para que el cine italiano de los cincuenta y sesenta fuera el mejor cine del mundo. Sus pel¨ªculas, desde Roma citt¨¤ aperta, en 1945, hasta El general Della Rovere, en 1959, fueron comentarios esenciales sobre la historia cruzadas por particularidades ¨ªntimas. En 1953, rod¨® el definitivo retrato matrimonial en Viaggio in Italia, junto a la que era su escandalosa esposa, Ingrid Bergman.
Lo de esta actriz tiene poco margen de discusi¨®n. Protagonista de cuatro obras maestras del cine ¡ªCasablanca, Encadenados, Viaggio in Italia y Sonata de oto?o¡ª, su carrera fue un ejemplo anticipado de c¨®mo alcanzar el ¨¦xito no deber¨ªa ser utilizado para hacer m¨¢s confortable tu carrera profesional, sino para someterla a retos y dificultades. En el momento m¨¢s emotivo de la conferencia teatral de Isabella Rossellini, se proyecta en la pantalla una fotograf¨ªa de su madre. Siempre me han comparado con ella; me han dicho que no alcanzaba ni su belleza, ni su talento, ni su fortaleza, confes¨® la hija. Pero a?adi¨® algo que nadie deber¨ªa olvidar: no estamos en el mundo para ser iguales a nadie ni competir con nadie, sino para festejar nuestra diferencia, nuestra diversidad como seres humanos.
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