Turismo de altura en la ciudad
Azoteas de monumentos y catedrales se convierten en nuevos miradores urbanos
Es un arma de doble filo: los monumentos m¨¢s conocidos abren sus rincones m¨¢s rec¨®nditos a los turistas ofreci¨¦ndoles vistas inesperadas y estos ponen el dinero para que catedrales y palacios puedan ser reparados y asegurar su mantenimiento. Aunque, es de prever, las visitas incrementar¨¢n la necesidad y la frecuencia de dichos cuidados. Con todo, la apertura del acceso a las cubiertas de la catedral de M¨¢laga ha puesto sobre la mesa las contradicciones de una tendencia que combina inter¨¦s arquitect¨®nico, acceso a miradores insospechados, descubrimiento e incluso aventura.
Fueron las goteras en las b¨®vedas de la catedral malague?a lo que llev¨® al Cabildo a buscar financiaci¨®n para continuar los trabajos de reparaci¨®n. Por eso los arquitectos Gabriel Ruiz Cabrero, Jos¨¦ Manuel S¨¢nchez de la Chica y Adolfo de la Torre Prieto recibieron el encargo de construir un acceso desmontable en cualquier momento. El equipo trabaj¨® para que su proyecto fuera tambi¨¦n lo menos visible posible. Se trataba, explican, ¡°de no distraer ni alterar¡±. As¨ª, la plataforma que hoy recibe a los visitantes descansa sobre dos vigas, apoyadas en la f¨¢brica de siller¨ªa de la catedral, y todo el sistema de anclaje de piezas queda empotrado en las juntas de las piedras, que no se han tocado.
Nuevas vistas
Las cubiertas de la catedral de M¨¢laga se abrieron a mitades del mes de mayo. 200 escalones para subir a 50 metros y disfrutar de las vistas del per¨ªmetro del templo.
El C¨®dice Calixtino ya recomendaba acceder a las cubiertas de la catedral de Santiago. Vistas a 30 metros de altura que alcanzan gran parte del conjunto hist¨®rico de la ciudad.
Una perspectiva de 360? ofrece la bas¨ªlica de Santa Mar¨ªa del Mar de Barcelona, una nueva perspectiva del templo y del barrio del Born.
La Pedrera se transforma en verano con visitas nocturnas a su azotea a ritmo de jazz.
Construido con madera, hierro y acero inoxidable, el recorrido por pasarelas tiene en cuenta tanto las vistas a las que conduce como la factura del camino que construye. Por eso el fuste de los balaustres, de acero galvanizado pintado de negro ¡°como la antigua cerrajer¨ªa de la catedral¡±, contiene regletas de LED que subrayan, de noche, el recorrido. Al final, la mejor vista de la ciudad y su puerto conviven sobre el templo con un nuevo acceso a sus secretos, como una ventana con vistas al interior.
En la otra punta de Espa?a, en Santiago de Compostela, las cubiertas escalonadas de la catedral se anuncian como un ¡°cielo de piedra¡± 30 metros por encima de la plaza del Obradoiro. M¨¢s all¨¢ de servir de mirador y de acercar al visitante para que pueda tocar las torres y los pin¨¢culos, las cubiertas ofrecen una lecci¨®n de historia en la que quedan patentes las diversas etapas en la construcci¨®n de los templos. En Santiago publicitan esta visita a?adiendo la palabra ¡°emoci¨®n¡±. Y es que, en las ant¨ªpodas del mundo, en S¨ªdney, la ciudad lleva a?os comercializando como aventura la posibilidad de subir ¡ªmejor, escalar¡ª a uno de los s¨ªmbolos de la ciudad: el puente del puerto. Conocido como el monumento que siempre est¨¢ pint¨¢ndose (se tardan 10 a?os, por lo que al concluir hay que volver a empezar), los 30.000 litros de pintura se sufragan con visitantes que llegan armados con cables y ropa de escalada para, a 134 metros de altura, recorrer su kil¨®metro largo.
En Barcelona se puede realizar una vuelta de 360 grados desde la segunda planta de los tejados de la bas¨ªlica de Santa Mar¨ªa del Mar. Aunque fue el acceso a la azotea de la Pedrera uno de los inmuebles pioneros de esta tendencia que mezcla el conocimiento con lo inesperado y las vistas sobre la ciudad con el estudio de la arquitectura. Abiertas al p¨²blico tras ser restauradas en 1996, las cubiertas de La Pedrera, la ¨²ltima obra civil que firm¨® Antoni Gaud¨ª, contienen un paisaje de torres de ventilaci¨®n y chimeneas en el que el famoso trencad¨ªs de cer¨¢mica convive con el m¨¢rmol y las vistas sobre el Paseo de Gracia compiten con un recorrido laber¨ªntico y sinuoso que demuestra que Gaud¨ª no solo entra por los ojos. Acceder a las partes ocultas y a vistas desde otro punto de vista est¨¢ detr¨¢s de este nuevo turismo urbano de altura.
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