?Que eduquen ellos!
Siento que mi libertad se ampl¨ªa ahora que ya no tengo que mentir ante unos ni?os salvajes
Educar a un ni?o es algo muy raro. En mi caso, por poner el ejemplo m¨¢s a mano que se me ocurre, he tenido que pasar muchos a?os fingiendo que era mucho m¨¢s excelente de lo que era. Pero ahora, con los hijos fuera de casa aunque sobradamente subvencionados, puedo confesar, sin miedo a ser un mal ejemplo, que fum¨¦ porros, rob¨¦ en El Corte Ingl¨¦s en mi tierna edad, que me pillaron y me llevaron al cuarto de los ni?os ladrones, que pas¨¦ el bachillerato a la sombra de los almendros en flor, por decirlo a la manera proustiana, en el Retiro (mi instituto estaba dentro de tan tentador parque) y que copi¨¦ con fruici¨®n en los ex¨¢menes, incluido el de selectividad. A veces copiaba por necesidad, otras por vicio. Comet¨ª m¨¢s fechor¨ªas, pero jam¨¢s he hecho alarde de ellas. En este presente en el que me encuentro, con que retiren ustedes de este art¨ªculo a los ni?os de la infancia, me doy por satisfecha. Ya no tengo que ser pedag¨®gica. Fueron los m¨ªos pecados improvisados: copiar en selectividad puede resultar cutre, lo asumo, pero qui¨¦n no hubiera ca¨ªdo en la tentaci¨®n si en el momento en que se tiene delante la traducci¨®n de lat¨ªn comienza a circular por ah¨ª el trabajo ya hecho. Qu¨¦ caramba, es como pasar por delante de la nariz del hambriento un bocadillo de choped.
No comet¨ª estos peque?os delitos, tan infantiles por otra parte, porque fuera carne de reformatorio (como se dec¨ªa entonces), sino porque no me gustaba estudiar, pero s¨ª aprobar; porque me atra¨ªan las bobadas baratunas de la planta baja de El Corte Ingl¨¦s; porque jam¨¢s me sentaron bien los porros pero s¨ª alg¨²n chico que me los pasaba, y porque mis padres, en su af¨¢n de prevenir, me metieron en un instituto femenino dentro del Retiro, sin saber, incautos, que las ni?as so?adoras tienden a buscar lo que desean salt¨¢ndose si hace falta los muros de las instituciones educativas.
No he sido un ejemplo para nadie. No lo soy, pero siento que mi libertad se ampl¨ªa ahora que ya no tengo que mentir ante unos ni?os salvajes a los que debes imponer horarios, poner l¨ªmites, establecer normas y afear conductas. Estoy en ese momento en que pienso, que eduquen ellos. No es que se haya abierto la veda para contar batallitas, lejos de m¨ª la intenci¨®n de construir una ¨¦pica de cuatro bobadas, pero no tener que educar, ay, amigos, algunos de ustedes sabr¨¢n de lo que hablo, es una sensaci¨®n muy maravillosa.
Esta semana Espa?a vibra con la selectividad. Ad¨ªa de hoy sigo disfrutando del simple hecho de no tener que examinarme, ni de pasar los nervios de copiar y no ser visto. Un inciso: se culpabiliza en exceso al copiador sin valorar la habilidad y la tensi¨®n que han de concurrir para realizarlo con ¨¦xito. ¡°Valoremos la intenci¨®n y no los medios¡±, dir¨ªa yo en esta misi¨®n pospedag¨®gica que desde hoy abandero.
En los pasados d¨ªas de feria del libro me gritaban los chavales, ¡°?ojal¨¢ me caigas!¡±, porque el caso es que ya voy camino de convertirme en un cl¨¢sico de ese d¨ªa que para m¨ª fue uno de los peores de mi vida: tan lejos de Moratalaz, con tanto deseo y ganas de aprobar y tan escaso conocimiento de las materias. La alta nota en el comentario de texto lo salv¨® todo, y es que bajo de los ¨¢rboles del Retiro hab¨ªa le¨ªdo mucho. Ahora soy yo, la que con frecuencia, aparece en el temario, ?no es ir¨®nico? Me dan ganas de pedir perd¨®n p¨²blicamente, aunque en mi descarga dir¨¦ que procuro escribir claro, pensando, sobre todo, en elevar las notas de la selectividad. En el d¨ªa de hoy, he recibido el siguiente mensaje: ¡°Buenas, en primer lugar gracias de antemano y enhorabuena por sus art¨ªculos y sus obras, aunque no haya tenido la oportunidad de leerlas todas, en mi infancia no falt¨® la saga Manolito Gafotas. S¨¦ que esta enhorabuena es poco meritoria y que se le queda corta, pero soy un alumno de bachillerato y a¨²n desconozco los procedimientos correctos para dar las gracias (lo s¨¦ es una excusa).
Aunque quiz¨¢s no me conteste, o la respuesta no sea suya, tengo que intentarlo.
La semana que viene hago selectividad y como sabr¨¢ muchos de sus art¨ªculos son objeto de examen. ?stos art¨ªculos tienen que ser comentados de manera cr¨ªtica, y me gustar¨ªa saber qu¨¦ aspectos en general podr¨ªa resaltar de su estilo, y qu¨¦ consejos me dar¨ªa para hacer un buen comentario de sus art¨ªculos.
Gracias y espero su respuesta. ;)¡±.
Cruzando los dedos estoy para que al muchacho le caiga yo y pueda hacer uso de la respuesta que le he mandado. Claro que a lo mejor le suspenden. Nos suspenden.
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