La publicidad de la Iglesia
Algunos lectores protestan por la inserci¨®n de un suplemento publicitario de la Conferencia Episcopal Espa?ola
Por el espacio que ocupa y los ingresos econ¨®micos que proporciona, la publicidad es un elemento esencial de los peri¨®dicos. Y por ello, susceptible tambi¨¦n de generar protestas. Es lo que ha ocurrido con el suplemento publicitario de la Conferencia Episcopal Espa?ola Xtantos, incluido en la edici¨®n impresa de EL PA?S del 4 de junio.
Dicho suplemento, de 16 p¨¢ginas, difundido tambi¨¦n ese mismo d¨ªa por los principales diarios impresos espa?oles, ten¨ªa como objetivo animar a los contribuyentes a que marquen la casilla correspondiente a la Iglesia en la declaraci¨®n de la renta que deben presentar pr¨®ximamente.
Varios lectores me han escrito, indignados con esta publicidad. Fernando Onta?¨®n, lector de EL PA?S desde el n¨²mero uno y suscriptor del diario, conclu¨ªa su mensaje con esta frase: ¡°Me da mucha pena ver el giro que ha emprendido el peri¨®dico hace un tiempo ya y mucha m¨¢s pena me dar¨¢ cuando llegue el d¨ªa de la renovaci¨®n de la suscripci¨®n y decida no hacerla¡±.
Muy cr¨ªtico se mostraba tambi¨¦n Jos¨¦ Luis Barcaiztegui, lector del Pa¨ªs Vasco, en un mensaje en el que relataba la ¡°desagradable¡± sorpresa de encontrarse con el suplemento Xtantos. ¡°Indignante fue encontrar art¨ªculos defendiendo la exenci¨®n del IBI a la Iglesia o haciendo publicidad de su propiedad de la Mezquita de C¨®rdoba. Y pas¨¦ a preguntarme por qu¨¦ EL PA?S ha aceptado esa publicidad ?16 p¨¢ginas! de la Iglesia cat¨®lica, la de la Conferencia Episcopal Espa?ola, no la de los fieles. Deber¨ªa prever que pod¨ªa ser indigesta para muchos lectores y suscriptores como yo, ateos y activistas contra la jerarqu¨ªa cat¨®lica y sus desmanes¡±.
Los principales diarios impresos espa?oles inclu¨ªan el mismo cuadernillo de la Iglesia cat¨®lica
Otra lectora, Carmen F. Morillo, me confesaba tambi¨¦n en un correo el ¡°estupor¡± que le produjo un suplemento, ¡°que incluye comunicaciones comerciales expl¨ªcitamente evangelizadoras y de naturaleza pol¨ªtica en relaci¨®n con la controversia social y pol¨ªtica generada en torno al uso y propiedad de la Mezquita-Catedral de C¨®rdoba¡±. Y a?ad¨ªa: ¡°Pensaba que EL PA?S ten¨ªa normas de autorregulaci¨®n aplicables a sus contenidos publicitarios. Veo que no¡±.
Eduardo Abad mencionaba en su mensaje un art¨ªculo de los principios fundacionales de este diario -¡°EL PA?S rechazar¨¢ cualquier presi¨®n de personas, partidos pol¨ªticos, grupos econ¨®micos, religiosos o ideol¨®gicos que traten de poner la informaci¨®n al servicio de sus intereses¡±-, para sustentar su queja.
Lo cierto es que tal y como me ha explicado el director gerente de EL PA?S, Jos¨¦ Luis G¨®mez Mosquera, el peri¨®dico viene publicando este cuadernillo desde 2010. Y lo hace exactamente igual que los principales diarios impresos espa?oles.
Entiendo perfectamente que esta publicidad pueda molestar a algunos lectores, pero no veo que haya razones para que EL PA?S la rechace.
La publicaci¨®n de Xtantos desde 2010 no ha condicionado la independencia informativa de EL PA?S respecto a la Iglesia cat¨®lica espa?ola. Su contenido tampoco atenta contra los principios de este peri¨®dico, ya que se limita a publicitar la misi¨®n global de la Iglesia, con el objetivo de solicitar la ayuda econ¨®mica de los contribuyentes en v¨ªsperas de la presentaci¨®n de las declaraciones de la renta.
Es evidente que las informaciones de este diario respecto a la propiedad de la Mezquita-Catedral de C¨®rdoba, o al pago del IBI por parte de la Iglesia, est¨¢n en las ant¨ªpodas de lo expuesto en el suplemento Xtantos. Pero aceptar una publicidad no significa sumarse a la tesis que defiende, ni apoyar la visi¨®n que se da en ella de un determinado producto u organizaci¨®n. Por eso, tanto el dise?o de estas p¨¢ginas como su tipograf¨ªa las diferencian claramente de los contenidos editoriales.
En mi opini¨®n, el problema lo plantear¨ªa una publicidad que colisionara con los principios de EL PA?S o con derechos en cuya defensa est¨¢ especialmente comprometido este peri¨®dico; en este caso, la direcci¨®n podr¨ªa vetarla con toda raz¨®n. No creo que tuviera cabida una campa?a que abominara, por ejemplo, del derecho al aborto. No siendo as¨ª, la Iglesia puede anunciarse en EL PA?S como cualquier otra organizaci¨®n o empresa
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