Ushahidi canaliza la fuerza de la comunidad
Esta plataforma online para informar de movimientos sociales se ha empleado ya en 159 pa¨ªses para dar respuesta a crisis humanitarias, supervisar elecciones o mejorar sistemas sanitarios. Juliana Rotich, una de las fundadoras, lo cuenta
¡°En ese momento, est¨¢bamos esperando que los medios de comunicaci¨®n convencionales estuviesen comprometidos y cubriesen lo que estaba ocurriendo en el pa¨ªs. Pero mientras nosotros ve¨ªamos c¨®mo se quemaban casas, en la radio s¨®lo pon¨ªan m¨²sica¡±. As¨ª fue como naci¨® Ushahidi, seg¨²n una de sus fundadoras y actual directora ejecutiva de la compa?¨ªa Juliana Rotich. Su explicaci¨®n nos traslada a la Kenia de finales de 2007, a la ola de disturbios provocada por la crispaci¨®n pol¨ªtica de las elecciones presidenciales y a las inquietudes de un grupo de entusiastas blogueros que quer¨ªan contar a sus conciudadanos lo que estaba ocurriendo, para evitar que las manipulaciones interesadas llevasen al pa¨ªs a una espiral de violencia.
Siete a?os despu¨¦s Ushahidi se ha convertido en un ejemplo, de innovaci¨®n tecnol¨®gica, de emprendedur¨ªa social y de esfuerzo por servir a una sociedad civil global. En la pr¨¢ctica, la plataforma Ushahidi parece la herramienta que movimientos sociales de todo el mundo estaban esperando para desarrollar sus proyectos. Se ha empleado en 159 pa¨ªses, tanto para dar respuesta a crisis humanitarias, como para supervisar elecciones, para movilizarse ante un desastre natural o para denunciar la corrupci¨®n, para vigilar el crimen o para mejorar los sistemas sanitarios. El potencial de esta herramienta se basa en el trabajo colaborativo, en la implicaci¨®n de los ciudadanos y en las posibilidades de adaptarla a situaciones y necesidades diversas.
A pesar de esta trayectoria, Rotich no puede olvidar el origen de la iniciativa que pusieron en marcha un grupo de blogueros kenianos. ¡°A trav¨¦s de lo que los medios emit¨ªan era imposible estar informado de lo que realmente ocurr¨ªa. Cada uno ten¨ªamos nuestra imagen de lo que estaba ocurriendo, una imagen parcial y pensamos que si pon¨ªamos todas las historias que nosotros est¨¢bamos contando en un mismo sitio construir¨ªamos una imagen m¨¢s completa de la realidad¡±, explica Rotich. En aquella comunidad, hab¨ªa nombres como Erik Hersman, Ory Okolloh, David Kobia, Daudi Were o la propia Rotich que se han convertido en referentes de la innovaci¨®n tecnol¨®gica con una orientaci¨®n social en todo el continente. Sin embargo, en aquel momento, Juliana Rotich confiesa que eran simples blogueros que quer¨ªan ¡°informar e informarse¡±, no en vano bautizaron a su prototipo ¡°Ushahidi¡± (testimonio o testigo, en swahili). ¡°?ramos gente del mundo de la tecnolog¨ªa, blogueros¡ no ¨¦ramos poderosos, pero ten¨ªamos los instrumentos para trabajar juntos y colaborar online para crear algo m¨¢s grande. Crear un gran grupo es lo que te hace m¨¢s fuerte¡±, recuerda Rotich.
Aquella comunidad original, adem¨¢s, desment¨ªa muchos de los mitos sobre los que se cimentaba la violencia, como el de una sociedad dividida por las diferencias ¨¦tnicas, sociales y de procedencia. Entre aquellos blogueros, sin embargo, hab¨ªa hombres y mujeres sin distinci¨®n, personas de diferentes etnias y de diferentes procedencias, incluso algunos no nacidos en Kenia. ¡°As¨ª es el pa¨ªs, diverso. Se hablaba de un fraccionamiento de la sociedad, pero nosotros est¨¢bamos trabajando juntos para ayudar a los dem¨¢s¡±, afirma la fundadora de la compa?¨ªa.
Pero la duda fundamental es c¨®mo una herramienta ideada y dise?ada en Kenia, para dar respuesta una situaci¨®n muy concreta como la violencia generada por las elecciones y la falta de informaci¨®n, se ha hecho ¨²til en todos los rincones del mundo. Para la actual directora ejecutiva de la iniciativa, las claves son varias , pero destaca las posibilidades de modificaci¨®n. ¡°No es una cuesti¨®n de alta o baja tecnolog¨ªa, sino de apropiaci¨®n de la tecnolog¨ªa. Se trataba de crear una plataforma que despu¨¦s otras personas pudiesen usar para hacer frente a los problemas que se produjesen en sus pa¨ªses. Quer¨ªamos crear unas bases sobre las que despu¨¦s otra gente pudiese construir lo que necesitase y el primer prototipo se pod¨ªa hackear en cuatro d¨ªas¡±, explica Rotich.
Esta fundadora de Ushahidi insiste una y otra vez en el esp¨ªritu Open Source (c¨®digo abierto) y en la localizaci¨®n como secreto de la viabilidad de Ushahidi. ¡°Una de las primeras traducciones de Ushahidi fue al castellano¡±, comenta divertida, y con esta variante se ha usado en Colombia, en M¨¦xico o en Panam¨¢, pero tambi¨¦n para monitorizar el estado de los stocks de medicinas en Madagascar; para coordinar la respuesta humanitaria al terremoto de Hait¨ª; para supervisar las elecciones en Senegal, Nigeria, Ghana o Kenia; para denunciar el acoso en las calles en Egipto; o para vigilar el respeto de los derechos de los migrantes en el Mediterr¨¢neo.
La herramienta se basa, fundamentalmente, en el mapeo de acontecimientos
Pero las posibilidades de adaptaci¨®n de esta plataforma, basada fundamentalmente, en el mapeo de acontecimientos, no se limitan a la lengua o al tema al que se hace frente. ¡°Se puede customizar para diferentes niveles de conectividad¡±, advierte Rotich, porque a menudo es m¨¢s ¨²til en lugares donde las infraestructuras son m¨¢s d¨¦biles. ¡°La combinaci¨®n de la tecnolog¨ªa m¨®vil y la tecnolog¨ªa crowdsourcing (la realizaci¨®n colaborativa y voluntaria de una tarea) permiten construir un sistema, una din¨¢mica de una sociedad colaborativa en la que fluye la informaci¨®n. Si se crea esta din¨¢mica cuando se produce una crisis tienes un canal abierto con los ciudadanos para la comunicaci¨®n, pero tambi¨¦n la movilizaci¨®n, la sensibilizaci¨®n, la educaci¨®n o la respuesta¡±, se?ala esta antigua bloguera.
Los desarrollos de Ushahidi, la puesta en marcha de las diferentes iniciativas, el intercambio de experiencias ha ido generando una comunidad global que en realidad es un reflejo de una sociedad civil activa. ¡°Nosotros pretend¨ªamos facilitar la herramienta, que la gente ya no pueda poner la excusa de que no tiene la tecnolog¨ªa necesaria. Ushahidi se ha convertido en un sistema disponible para su uso para que todos nosotros podamos cambiar el mundo mediante la recogida de informaci¨®n sobre nuestros retos, pero tambi¨¦n sobre las soluciones que podemos proponer¡±, explica Rotich que se muestra como una tecno-optimista convencida cuando asegura que esa es ¡°una muestra del poder de Internet y del poder una sociedad civil global que est¨¢ tejiendo redes¡±.
La informaci¨®n (y sobre todo su flujo) y la colaboraci¨®n son las claves que hay detr¨¢s de Ushahidi. ¡°Las redes demuestran c¨®mo el mundo est¨¢ cambiando y c¨®mo cada vez m¨¢s podemos aprender unos de otros e inspirarnos en las experiencias de los dem¨¢s¡±, seg¨²n Rotich. Y el esp¨ªritu de Ushahidi se ha mantenido vivo creando nuevas herramientas espec¨ªficas, como el CrisisNET que pretende ser un instrumento que analice f¨¢cilmente todos los datos que se extraen de los medios sociales, o el sistema Ping, una herramienta de env¨ªo masivo de SMS simplemente para la localizaci¨®n de personas en casos de crisis o emergencias. Basta pensar en el origen de esta ¨²ltima aplicaci¨®n, los desarrolladores de la comunidad pensaron en ella despu¨¦s del ataque al centro comercial WestGate, cuando muchas personas buscaban desesperadamente a sus familiares.
La tecnolog¨ªa es parte de la sociedad africana. Las TIC pueden ser un instrumento para crear oportunidades, por ejemplo, empleo
Pero m¨¢s all¨¢ de Ushahidi, los miembros de la comunidad original est¨¢n detr¨¢s de la puesta en marcha del iHub, un centro de innovaci¨®n tecnol¨®gica ubicado en Nairobi, que se ha convertido en referente en ?frica y en todo el mundo. Detr¨¢s de este proyecto, est¨¢ la misma convicci¨®n de trabajo colaborativo y de construcci¨®n comunitaria de una inteligencia colectiva, en este caso, la certeza de que la interacci¨®n entre las personas creativas e innovadoras aumentan la capacidad de imaginar proyectos y soluciones. Y tambi¨¦n de otras iniciativas, bajo las que palpita el mismo latido comunitario, como el GearBox, un maker space que aplica la misma filosof¨ªa a la creaci¨®n de hardware, es decir, de ingenios tecnol¨®gicos. ¡°Ushahidi se ha convertido en un actor de apoyo a la innovaci¨®n en Kenia y en ?frica. Eso es importante porque dar apoyo a otros emprendedores, emprendedores sociales y makers permite que la innovaci¨®n no se pare en Ushahidi, que se contin¨²e el camino¡±, confiesa la cofundadora de Ushahidi.
La visi¨®n que Juliana Rotich tiene del papel que las TIC pueden jugar en el futuro del continente africano es muy esclarecedora: ¡°La tecnolog¨ªa tambi¨¦n es parte de la sociedad africana. Las TIC pueden ser un instrumento para crear nuevas oportunidades, por ejemplo, para crear empleo, hoy Ushahidi est¨¢ formado por 40 personas en distintos lugares del mundo. Pero tambi¨¦n una herramienta de desarrollo social, de trabajo para la justicia, para la igualdad y para el respeto a los Derechos Humanos. Son una herramienta para el progreso socio econ¨®mico que da la oportunidad a los ciudadanos de tomar protagonismo. Esa es nuestra esperanza¡±.
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