El hotel de los abandonados
En lo que llevamos de 2015, m¨¢s de 55.000 refugiados han llegado a Grecia por mar desde Turqu¨ªa Un recinto tur¨ªstico en ruinas se ha convertido en su refugio temporal en la isla de Kos
Parece que la postura de la Uni¨®n Europea es ver a los migrantes y refugiados como enemigos que tratan de llegar a Grecia. Quieren construir muros, desplegar el ej¨¦rcito y limitar ¡ªo incluso negar¡ª su asistencia. Cualquier cosa para mantener a esta gente fuera.
He trabajado en muchos campos de refugiados anteriormente: en Yemen, en Malawi y en Angola. Pero aqu¨ª, en la isla de Kos, es la primera vez en mi vida que he visto a gente tan abandonada. Las autoridades identificaron el ruinoso Hotel Captain Elias porque que estaba a cierta distancia del centro de la ciudad. Y decidieron hacinarlos all¨ª, sin informaci¨®n, sin auxilio, si provisiones, sin nada.
Lo que estamos viendo todos los d¨ªas es completamente inaceptable. Parece que hay una pol¨ªtica basada en el ¡°dej¨¦mosles que sufran porque si no sufren, otros vendr¨¢n¡±.
Confinados y olvidados
En lo que llevamos de 2015, m¨¢s de 55.000 refugiados han llegado a Grecia por mar desde Turqu¨ªa. Solo las islas del Dodecaneso, cerca de la costa turca, han recibido m¨¢s de 14.000 personas que huyen de la guerra, la violencia y la pobreza en sus pa¨ªses de origen. Desde marzo, M¨¦dicos Sin Fronteras (MSF) facilita atenci¨®n a los reci¨¦n llegados a la isla de Kos. La mayor¨ªa duermen dentro y en los alrededores del Hotel Captain Elias, un edificio abandonado y en ruinas. Cientos de personas pernoctan donde pueden encontrar un espacio: en pasillos, escaleras y en la polvorienta planta baja que sol¨ªa ser el vest¨ªbulo del hotel.
La mayor parte proceden de Afganist¨¢n y Siria, pero tambi¨¦n hay iraqu¨ªes, iran¨ªes y banglades¨ªes. El edificio es el ¨²nico lugar designado por las autoridades y donde deben esperar la autorizaci¨®n de la polic¨ªa para poder salir de la isla, lo que puede tardar varias semanas. Stathis Kyroussis, coordinador de general de M¨¦dicos Sin Fronteras en las islas griegas, denuncia las deplorables condiciones del recinto y el abandono en el que estas personas viven.
Nadie levanta un dedo para ayudar
No hay ninguna autoridad central asumiendo la responsabilidad de la gesti¨®n de este campo de refugiados creado ad hoc que garantice la seguridad y el bienestar de estos refugiados. Nadie est¨¢ levantando un dedo para ayudar.
Gestionar esta afluencia de personas es responsabilidad integral del Estado. Pero, en ausencia de cualquier tipo de asistencia, en MSF decidimos que ten¨ªamos que hacer algo por la dignidad y la salud b¨¢sica de estas personas.
Hemos estado limpiando el hotel. Vaciamos la piscina que estaba llena de agua estancada y era un peligro para los ni?os. Instalamos aseos y duchas. Realizamos consultas y hemos incorporado un psic¨®logo al equipo. La situaci¨®n ha mejorado un poco, pero el decr¨¦pito edificio est¨¢ todav¨ªa cinco o seis veces por encima de su capacidad y la gente se siente abandonada.
La mayor parte de estas personas no reciben ninguna ayuda aparte de la asistencia facilitada desde MSF. Las comunidades locales no pueden seguir apoyando a este flujo constante de gente. Ya han estado donando ropa a los reci¨¦n llegados.
Al otro lado, a apenas 20 minutos en barco de aqu¨ª, hay miles de personas en condiciones totalmente infrahumanas y tenemos muy poca informaci¨®n sobre sus pr¨®ximos movimientos. No hay ninguna perspectiva de futuro para ellos.
Cuando le preguntas a la gente hacinada en el Hotel Captain Elias, la mayor¨ªa no tiene ni idea de lo que va a pasar. Tienen informaci¨®n muy confusa. Algunas personas con las que he hablado dicen que quieren unirse con sus familias en Suecia, pero no saben c¨®mo van a llegar all¨ª.
Lo que deber¨ªa haber aqu¨ª es un paquete de servicios de recepci¨®n proporcionado por el Estado que incluyera el alojamiento en condiciones decentes, con unos est¨¢ndares de higiene razonables, ba?os que funcionaran, servicios b¨¢sicos de salud e informaci¨®n clara acerca de d¨®nde est¨¢n, qu¨¦ opciones tienen disponibles, y cu¨¢les son los pr¨®ximos pasos administrativos que deben dar.
Estas son obligaciones, por eso es totalmente vergonzoso que est¨¦n siendo tan negligentes con gente como la que tenemos aqu¨ª y que ha sufrido tanto.
Stathis Kyroussis es coordinador de general de M¨¦dicos Sin Fronteras en las islas griegas.
¡°Pienso en mi familia, no en mi¡±
En la azotea del hotel-campamento Captain Elias, Muhammed, 26 a?os, narra su experiencia como solicitante de asilo. Sali¨® de Afganist¨¢n hace poco m¨¢s de un mes, Lleg¨® a Kos tras cruzar Ir¨¢n y salir de Turqu¨ªa. Muhammed es uno de los 14.000 refugiados que ha llegado en barco a Turqu¨ªa desde a las islas del Dodecaneso desde comienzos de a?o. M¨¢s del 90% proceden de pa¨ªses en guerra, fundamentalmente Siria, Afganist¨¢n, Irak y Somalia. Muhammed est¨¢ preparando una comida para ¨¦l y sus tres compa?eros de viaje en una peque?a chimenea, entre cristales rotos y escombros.
En Afganist¨¢n estuve llevando una farmacia y ense?ando en una escuela local. Tambi¨¦n quer¨ªa instruir a las mujeres del pueblo h¨¢bitos saludables y c¨®mo cuidar a sus hijos. Un d¨ªa, algunos de los hombres de la aldea vinieron acus¨¢ndome de ense?ar ideas cristianas a los ni?os. Me dijeron: `t¨² no eres un verdadero musulm¨¢n, muy pronto vas a ser decapitado?. Casi al mismo tiempo descubr¨ª que hab¨ªan destrozado mi farmacia y que mi padre hab¨ªa desaparecido. Hace ya tres meses que no s¨¦ nada de ¨¦l. No s¨¦ si est¨¢ vivo o muerto. Todo ello me llev¨® a decidir escapar de Afganist¨¢n no sin antes ocultar a mi familia en otra zona m¨¢s segura. He venido aqu¨ª con la esperanza de que los gobiernos de Europa nos dejen vivir como seres humanos y no como animales.Viaj¨¦ a pie, en autob¨²s y en barco. El viaje en barco desde Turqu¨ªa hasta aqu¨ª, hasta Kos, fue muy peligroso. Pagas a un contrabandista para llegar a bordo de un bote de goma. Cuando le pagas, te dice que en la lancha solo viajar¨¢n 25 personas. Y la noche que embarcas ves que ya hay medio centenar de personas que se sientan contigo en el barco y no puedes decir no. Llevan armas y dicen que te van a matar si no subes. Cuando me embarqu¨¦ estaba pensando en mi familia, no en m¨ª. En esta situaci¨®n tienes que ser valiente. Algunas personas que viajaban en el bote estaban llorando. La embarcaci¨®n era demasiado peque?a para todos, solo ten¨ªa ocho metros de eslora. Me siento afortunado de estar aqu¨ª, a salvo.Pagu¨¦ 4.000 d¨®lares a los contrabandistas para que me trajeran. Era lo que hab¨ªa conseguido ahorrar durante m¨¢s de seis a?os gracias a la farmacia adem¨¢s de algo de dinero que me prestaron. Le di otros 1.000 d¨®lares a mi familia para sobrevivir en Afganist¨¢n. De aqu¨ª espero ir a Atenas y luego, Al¨¢ dir¨¢. Es mejor salir de Grecia porque es el pa¨ªs m¨¢s pobre de Europa; hay que ir m¨¢s all¨¢. Pero para eso hay que pagar mucho dinero, y ya no tengo m¨¢s. Tendr¨¦ que tratar de llegar por mi cuenta".
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