En el mundo digital, el pasado siempre vuelve
Mientras la UE regula el derecho al olvido, el 'caso Zapata' muestra que en la red todo queda al descubierto
El mundo digital es el territorio id¨®neo para los fisgones. En la Red todo est¨¢ al descubierto y cualquiera puede indagar, con la osad¨ªa de quien se siente impune, en la vida de los otros. Los gigantes tecnol¨®gicos almacenan en sus entra?as comentarios y v¨ªdeos que han sido subidos a la web sin percatarse de que Internet es lo m¨¢s parecido a la eternidad. Porque en el ecosistema virtual, el pasado siempre vuelve (y casi siempre para mal). Una inoportuna opini¨®n colgada en una red social puede reaparecer al cabo de los a?os y causar un perjuicio irreparable, como ha comprobado el exconcejal de Cultura del Ayuntamiento de Madrid Guillermo Zapata, que en 2011 public¨® en Twitter comentarios de p¨¦simo gusto sobre el Holocausto y las v¨ªctimas de ETA.
A buen seguro que alguno de los reci¨¦n llegados a la pol¨ªtica han rastreado su propia huella digital para borrar todos esos 140 caracteres susceptibles de convertirse en una amenaza. La maniobra no es dif¨ªcil. Twitter da al usuario la oportunidad de arrepentirse. Y, adem¨¢s, gratis. Puede desactivar su cuenta y eclipsar de un plumazo su historial 3.0 o puede hacer desaparecer solo los tuits embarazosos. Lo que ya no est¨¢ bajo control son las capturas de un pantallazo en la Red de ese mensaje que cre¨ªamos extirpado y que puede salir a la luz en el momento menos pensado. Ya dec¨ªa el escritor Jure Klepic que lo que ocurre en Las Vegas se queda en Las Vegas, pero ¡°lo que ocurre en Twitter se queda en Google para siempre¡±.
En el mundo digital, la privacidad es el gran desaf¨ªo. Para preservarla, los ministros de Justica de la UE han dado esta semana el visto bueno a la nueva normativa sobre protecci¨®n de datos que recoge el llamado derecho al olvido. Los usuarios podr¨¢n reclamar a los buscadores que supriman aquellas referencias que lesionen su reputaci¨®n. Aunque con limitaciones. Solo se retirar¨¢n los contenidos irrelevantes, caducos o inapropiados y no se atender¨¢n peticiones cuando sean de inter¨¦s p¨²blico. Ese es el criterio que sigue Google: noticias sobre estafas financieras, negligencias profesionales, condenas penales o comportamientos p¨²blicos de funcionarios poco ejemplares seguir¨¢n muy vivas. Aunque en realidad Google no elimina la informaci¨®n ¡ªsigue estando en la hemeroteca de un diario o en la p¨¢gina del BOE¡ª sino el enlace que conduce a una pieza concreta cuando se busca a una persona por su nombre y apellidos.
Todos ¡ªy no solo los pol¨ªticos¡ª est¨¢n expuestos al efecto bumer¨¢nde las redes sociales. Cualquier usuario puede perder la oportunidad de alcanzar un empleo u obtener un cr¨¦dito por culpa de una imagen que de manera inocente colg¨® a?os atr¨¢s. Para evitar este tipo de riesgos es aconsejable Snapchat, la red social en la que los mensajes ¡ªen forma de texto, fotos o v¨ªdeos¡ª se autodestruyen pocos segundos despu¨¦s de que el destinatario los haya abierto. Snapchat tiene 100 millones de usuarios y de haberla utilizado Zapata en su d¨ªa ahora seguir¨ªa siendo concejal de Cultura.
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