Las nueve ¡®tecnoadicciones¡¯ que no sabes que tienes

Te quedas sin bater¨ªa y a¨²n faltan horas para llegar a casa. Est¨¢s inquieto: notas un nudo en el est¨®mago y no dejas de preguntarte si alguien te estar¨¢ escribiendo o llamando. Esta sensaci¨®n de ansiedad cuando no puedes disponer del tel¨¦fono es la nomofobia. Afecta a m¨¢s de la mitad de los usuarios aunque la mayor¨ªa ni siquiera sabe que la sufre.

Est¨¢s en casa un viernes por la noche. Uno de tus amigos te env¨ªa una foto de ca?as en La Latina. Otro est¨¢ de fiesta en una discoteca. Tienes la sensaci¨®n de que te est¨¢s perdiendo cosas y eso te inquieta y te hace sentir inc¨®modo. Estos s¨ªntomas de ansiedad son el FOMO ¡ªmiedo a perderse algo¡ª. Lo produce ver a trav¨¦s de las redes sociales c¨®mo tus amigos se lo pasan bien sin ti. Tres de cada 10 j¨®venes han experimentado esta sensaci¨®n, seg¨²n un estudio de la agencia J. Walter Thompson.

Est¨¢s en un bar con algunos amigos. Has dejado el tel¨¦fono encima de la mesa y una luz parpadeando te indica que tienes una notificaci¨®n. La consultas, contestas y te entretienes mirando alguna otra aplicaci¨®n. Est¨¢s haciendo phubbing a las personas con las que est¨¢s sentado. Es decir, est¨¢s menospreciando a tus acompa?antes mirando el tel¨¦fono en lugar de prestarles atenci¨®n.

La actividad a la que m¨¢s tiempo dedicas es estar en Internet.Te pones tenso si va lento o no funciona. No recuerdas qu¨¦ hac¨ªas con tu tiempo libre antes de que existiera Internet. Si adem¨¢s la situaci¨®n est¨¢ perjudicando a tus relaciones personales y laborales, es muy posible que seas ciberadicto. Esta adicci¨®n afecta a personas con autoestima baja y falta de control en sus impulsos, seg¨²n Juan Enrique Berner, psiquiatra.

Lo consultas todo en Google. El buscador se ha convertido para ti en un ba¨²l donde siempre puedes volver a buscar ese dato que no recuerdas. Esta facilidad de acceso a la informaci¨®n y sus repercusiones en la memoria es el Efecto Google. Este s¨ªndrome ha provocado que tendamos a olvidar la informaci¨®n o d¨®nde podemos conseguirla. Fue descrito en 2011 por investigadores de la Universidad de Harvard.

Un d¨ªa inviertes tu dinero en una web de apuestas, por probar. Haces peque?as transferencias a la p¨¢gina y no te das cuenta del dinero que gastas. Perder solo te motiva a seguir jugando para recuperarlo. La ludopat¨ªa de casino ha evolucionado: ahora se lleva el juego online. El 40% de los j¨®venes adictos al juego apuesta por Internet, seg¨²n la Federaci¨®n Espa?ola de Jugadores de Azar Rehabilitados.

Vas en el metro y no tienes cobertura. Recurres a los juegos que te has descargado en el m¨®vil. En ellos, jugar es gratis, pero para pasar de nivel o recuperar vidas hay que pagar. La otra opci¨®n es esperar. Si te pone nervioso aguardar 30 minutos para recargar cada vida y pagas, es posible que seas adicto a estos juegos, llamados freemium. Se aprovechan de que las conductas adictivas son impulsivas, seg¨²n Ricardo Rodr¨ªguez, psic¨®logo cl¨ªnico.

Cuando te duele algo buscas tus s¨ªntomas en Internet para saber qu¨¦ te est¨¢ pasando. Te pones tenso y piensas que te relajar¨¢ encontrar una soluci¨®n en la web. Si este es tu caso, sufres de cibercondr¨ªa, la hipocondr¨ªa de Internet. El acceso a la informaci¨®n f¨¢cil e inmediato ha hecho que la web se convierta en un m¨¦dico. El 20% de los usuarios admite buscar informaci¨®n sobre salud en Internet, seg¨²n Robert White, psic¨®logo.

Vas caminando y notas c¨®mo vibra tu m¨®vil en el bolsillo. Cuando lo consultas te das cuenta de que no tienes ninguna notificaci¨®n. Pero realmente has sentido que alguien te llamaba. Has sufrido el s¨ªndrome de la vibraci¨®n fantasma. El 70% de los usuarios lo ha sentido, seg¨²n aparece en el libro iDisorder, de Larry Rosen, psic¨®logo y profesor de la Universidad de California.