?Contracultura? As¨ª afectar¨¢ la ley mordaza al arte emergente
Si estas pel¨ªculas, c¨®mics y discos se publicasen hoy, sus autores estar¨ªan metidos en un buen l¨ªo
La reci¨¦n aprobada Ley de Seguridad Ciudadana podr¨ªa ser usada como arma arrojadiza, sin atender a matices, contra algunas expresiones art¨ªsticas. Repasamos estanter¨ªas, maletas de vinilos y videotecas personales para recuperar obras que, de haberse publicado a partir de estos d¨ªas, ser¨ªan constitutivas de delito.
1. ¡±Se considera delito de terrorismo (¡) cualquier delito grave (¡) contra la Corona, cuando se llevaran a cabo con cualquiera de las siguientes finalidades: subvertir el orden constitucional (¡) u obligar a los poderes p¨²blicos a realizar un acto o a abstenerse a hacerlo¡±.
Por suerte (o por desgracia, seg¨²n se mire) hace a?os que no existen verdaderos referentes de punk nacional al estilo de la Polla Records. A la banda y a sus fans les ir¨ªa peor la vida si se atrevieran a corear himnos como este, donde se ironiza con las tareas laborales de la Casa Real.
A las formaciones minoritarias, como Webeloss, siempre les gust¨® provocar: las letras de temas como Atacar Irak, Feministas o Arriba Espa?a, abajo Francia (su portada era un collage donde nos cambi¨¢bamos de posici¨®n geogr¨¢fica con los galos) no gustaron, a pesar de su clara vocaci¨®n socarrona, dentro de una escena punk nacional cada vez m¨¢s amansada y pol¨ªticamente correcta. Si les hacemos hueco a Webeloss en esta lista no es por ser el primer grupo punk en ironizar con el nombre de la Corona, sino por ser el primero que adem¨¢s nos ha hecho re¨ªr con ello: uno de sus singles m¨¢s buscados utilizaba la imagen de la boda de Juan Carlos y Sof¨ªa. ?El t¨ªtulo del disco, pregunt¨¢is? Preferimos que nos llamen personas especiales.
No, definitamente Espa?a no tendr¨¢ a sus Sex Pistols ni un God save the queen. Tampoco se sabe muy bien qu¨¦ pensar legalmente de retratos mon¨¢rquicos no autorizados como este de Alexsandro Palombo. ?Las obras que no sean de Antonio L¨®pez est¨¢n dentro o fuera de la ley?
2. ¡°La realizaci¨®n de actos que entra?en descr¨¦dito, menosprecio o humillaci¨®n de las v¨ªctimas de los delitos terroristas o de sus familiares, se castigar¨¢n con la pena de prisi¨®n de uno a tres a?os y multa de doce a dieciocho meses¡±.
Bien, hacen falta matices. Los matices o, quiz¨¢, la ausencia de ellos, llevaron a Soziedad Alkoh¨®lica a suspender su concierto en Madrid hace unos meses o, m¨¢s recientemente, al vocalista de Def con Dos, C¨¦sar Strawberry, a declarar ante un juez. Y eso que no se hab¨ªa aplicado a¨²n la ley. De no haber segundas lecturas, y de haberse aplicado hace un par de d¨¦cadas, la ley mordaza habr¨ªa aniquilado ese g¨¦nero llamado rock radical en espa?ol (de Kortatu a Reincidentes). Hoy corren peligro bandas de dance popular com MAM (Miguel ?ngel Mainstream) y otras formaciones de punk humor¨ªstico que ya cometen delitos desde su propio nombre. Como esta:
Por otro lado, los fanzines subterr¨¢neos siempre han sido terreno f¨¦rtil para el libertinaje: en el m¨ªtico Sickfun pod¨ªamos encontrar desde relatos sobre depredadores sexuales escritos en primera persona a ensayos que adoptaban puntos de vista racistas y mis¨®ginos. Pero, si hablamos de humor relacionado con el terrorismo local, hemos de detenernos en algunos pasajes de Amazing Smokers, zine humor¨ªstico publicado a finales de los a?os noventa en el que sus autores no escatimaban haciendo chistes a costa del Foro Ermua, Miguel ?ngel Blanco o Jos¨¦ Antonio Ortega Lara. Inclu¨ªan en sus p¨¢ginas publicidad fake de un artilugio llamado Laragotchi, ¡°funcionario de prisiones virtual en un zulo con forma de huevo¡±.
3. ¡°Se sanciona el uso no autorizado de im¨¢genes o datos personales o profesionales de polic¨ªas que pueda poner en peligro la seguridad personal o familiar de los agentes, de las instalaciones protegidas o en riesgo el ¨¦xito de una operaci¨®n¡±.
Una de las exposiciones m¨¢s aclamadas y visitadas de este a?o se llama Sistema operativo. Tuvo lugar de enero a mayo en el Reina Sof¨ªa y su autor, Daniel G. And¨²jar, es uno de los artistas nacionales mejor valorados del momento. ?Podr¨ªa haber tenido lugar esa misma exposici¨®n este verano? Vayamos por partes:
2006. And¨²jar crea e-valencia.org, una plataforma para discutir y criticar la gesti¨®n cultural que se lleva a cabo en la comunidad. Pronto se le suman otras ciudades espa?olas. Y pronto la polic¨ªa le denuncia al artista y le pide los datos, im¨¢genes e identificaci¨®n v¨ªa IP de lo que pasa en esa web. Hoy est¨¢ cerrada.
2013. And¨²jar lleva esta y otras obras al Reina Sof¨ªa, y trata con ello de reflexionar sobre la manipulaci¨®n que el poder ejerce en el ¨¢mbito digital y en el espacio p¨²blico.
De gente como Albert Pla, mejor ni hablamos.
4. "Ser¨¢ castigado con la pena de prisi¨®n de seis meses a cuatro a?os y multa de doce a veinticuatro meses el que, con ¨¢nimo de obtener un beneficio econ¨®mico directo o indirecto y en perjuicio de terceros, reproduzca (¡) una obra (¡) sin la autorizaci¨®n de los titulares de los correspondientes derechos de propiedad intelectual o de sus cesionarios."
Deja de buscar: no vas a encontrar la ¨®pera prima de Luis L¨®pez Carrasco ni en el circuito comercial, ni tampoco en ninguna plataforma VOD. El Futuro es, como producci¨®n, pura incongruencia: aunque su presupuesto es pr¨¢cticamente inexistente, durante sus poco m¨¢s de sesenta minutos de metraje suenan buques insignia de la Movida Madrile?a como Aviador Dro, Monaguillosh o Par¨¢lisis Permanente. La explicaci¨®n es bien sencilla: el cine low cost no entiende de correas, y no tener los derechos de un tema (o decenas de ellos) no es ¨®bice para crear momentos m¨¢gicos en pantalla, como el que encontramos en el ecuador de la pel¨ªcula con Nuclear s¨ª.
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