Grace Jones vuelve a dar la nota
La modelo que evolucion¨® creando un nuevo personaje como cantante, con el que acab¨® haciendo historia en la m¨²sica pop
Cuando la discoteca neoyorquina Studio 54 abri¨® sus puertas en abril de 1977, quedaba inaugurada una era fugaz eternamente asociada al exceso. Una estampa que reviv¨ªa la decadencia del imperio romano al son de la m¨²sica discotequera y con Grace Jones como gran diosa pagana. La entonces ex¨®tica modelo iniciaba entonces una carrera musical -recuperada ahora en Disco, que re¨²ne sus ¨¢lbumes publicados entre 1977 y 1979- que, gracias a canciones como I need a man y su versi¨®n de La vi¨¦ en rose, form¨® parte de la banda sonora de aquellas noches de lujo.
Hija de un predicador que impuso a sus hijos una estricta vida religiosa, Jones abandon¨® su Jamaica natal a los 12 a?os, instal¨¢ndose con su familia en Nueva York. Criada en un ambiente asocial, venci¨® su timidez a la bravas. A los 15 a?os ya hab¨ªa probado el LSD y antes de lo 18 se hab¨ªa fugado con uno de sus profesores. En 1970, espoleada por su rebeld¨ªa, se mud¨® a Par¨ªs dispuesta a ser modelo. Su f¨ªsico ex¨®tico se lo puso f¨¢cil. Comparti¨® piso con otras dos maniqu¨ªes norteamericanas, Jerry Hall y Jessica Lange, y las tres revolucionaron los clubes parisinos. ¡°Nos vest¨ªamos, sal¨ªamos y los hombres nos rodeaban ¨Ccont¨® en 2010 al periodista Tom Doyle-; nosotras form¨¢bamos un c¨ªrculo y los rechaz¨¢bamos¡±. As¨ª las descubri¨® Antonio L¨®pez, ilustrador en Vogue y The New York Times, que las convirti¨® en parte del chic parisino. Jones fragu¨® su reputaci¨®n de mujer ind¨®mita. Desfil¨® para Yves Saint-Laurent y Kenzo, pos¨® para Helmut Newton y Guy Bordin, cautiv¨® a Armani y Lagerfeld, y mientras tanto, dej¨® sin habla a quienes se cruzaron en su camino en las noches parisinas. Como en aquella ocasi¨®n en la que apareci¨® en un club frecuentado por eminentes pol¨ªticos vestida ¨²nicamente con un collar de huesos. ¡°Tambi¨¦n sol¨ªa ir cubierta solo con glitter o con una gorra de b¨¦isbol. Era algo muy liberador. Jerry y yo nos revolc¨¢bamos bailando por el suelo. Era algo exhibicionista¡±. Fue una de esas noches, cuando cantaba subida a una mesa, que un cazatalentos la anim¨® a que se dedicara a ello profesionalmente. Y Jones, consciente de que el narcisismo de su profesi¨®n la estaba devorando, decidi¨® ser cantante.
Regres¨® a Nueva York y all¨ª se encontr¨® con el productor de m¨²sica disco Tom Moulton, que se qued¨® perplejo cuando escucho su voz grave. ¡°Le dije que parec¨ªa Bela Lugosi ¨Ccontaba recientemente a The Guardian- pero ella era muy agresiva y estaba dispuesta a conseguir lo que quer¨ªa¡±. Con su el pelo rapado al uno, pulseras met¨¢licas en los antebrazos y vestidos que cubr¨ªan lo estrictamente necesario, Jones se convirti¨® en una estrella de la m¨²sica disco, un personaje fiero y temperamental que, seg¨²n recuerda Molton, miraba al p¨²blico como si fueran sus esclavos. La entonces reci¨¦n inaugurada Studio 54, s¨ªmbolo del desenfreno hedonista de ricos y famosos, fue su templo. Jones asegura que, siendo como es una persona de naturaleza acelerada, la coca¨ªna nunca estuvo en su dieta de estimulantes nocturnos. Prefer¨ªa los quaaludes y el popper, y sobre todo, dar la nota. Si Bianca Jagger hac¨ªa acto de presencia en la discoteca subida a un corcel blanco, Jones recorr¨ªa la misma en patines y semidesnuda. Las c¨¢maras de Ron Galella y Francesco Scavullo, captaron aquella verbena nocturna que giraba en torno a Liza Minelli, Lauren Hutton, Calvin Klein, Truman Capote, John Travolta, Jack Nicholson y cualquier famoso que se preciara de serlo. A trav¨¦s de Interview, Andy Warhol ofici¨® como uno de los principales propagandistas de de aquella fiesta interminable ba?ada en champ¨¢n y drogas.
Cuando Studio 54 cerr¨® debido a los problemas que sus propietarios tuvieron con el fisco, Xenon, Limelight y Le Farfalle tomaron el relevo. En esta ¨²ltima celebr¨® Grace Jones una sonada fiesta de cumplea?os en 1978, subida a una moto y rodeada por efebos en ba?ador. Pero la fiebre disco ya remit¨ªa y a ella el estilo musical se le quedaba peque?o. Se adelant¨® al cambio de d¨¦cada transformando su m¨²sica y su imagen radicalmente. Al contrario que muchos otros int¨¦rpretes de disco music, Grace Jones evolucion¨®, creando un nuevo personaje mucho m¨¢s arrollador con el cual acab¨® haciendo historia en la m¨²sica pop.
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