Las citas siempre son previas
De nada sirve citarse para ayer, o para el mes pasado. La naturaleza de la palabra lleva a proyectar esa idea hacia un momento que est¨¢ por venir
Conviene concertar una ¡°cita previa¡± para someterse a las pruebas psicot¨¦cnicas que dan paso a la renovaci¨®n del permiso de conducir, y una ¡°cita previa¡± para las gestiones en Hacienda, y una ¡°cita previa¡± para renovar el documento de identidad, y una ¡°cita previa¡± para el m¨¦dico. A la Administraci¨®n y a sus parientes burocr¨¢ticos les gusta hablarnos de la ¡°cita previa¡±, se ignora con qu¨¦ objetivo.
La palabra ¡°cita¡± viene a significar que dos o m¨¢s personas conciertan una hora, un d¨ªa y un lugar para encontrarse. Y como no pod¨ªa ocurrir de otra forma, tal se?alamiento ha de ser acordado previamente. De nada sirve citarse para ayer, o para el mes pasado. Resultar¨ªa de todo punto de vista ineficaz citarse para hace dos a?os y medio, salvo que se tratase de los agentes de la teleserie El Ministerio del Tiempo. Esos personajes, ellos s¨ª, pod¨ªan acordar reunirse en un siglo anterior para actuar all¨ª conjuntamente frente a cualquier burdo intento de cambiar la historia. Pero aun as¨ª deber¨ªan citarse antes, aunque fuese desde un siglo venidero, por mucho que recorran el tiempo hacia atr¨¢s y viajen al rev¨¦s.
Cu¨¢ntas veces habr¨¢ aparecido en la literatura la expresi¨®n ¡°casa de citas¡± sin que a nadie se le ocurriera decir ¡°casa de citas previas¡±
Para las personas reales, la naturaleza de la palabra ¡°cita¡± lleva a proyectar esa idea hacia un momento que est¨¢ por venir; es decir, un momento que convierte inexorablemente a la cita en previa a ¨¦l, un momento que no tiene m¨¢s remedio que ser posterior a ella si de verdad queremos que se trate de una cita.
En la vida real, nadie dice que ha concertado con unas amigas ¡°una cita previa¡± para cenar, ni que est¨¢ buscando ¡°una cita previa¡± con los alba?iles. Ni nunca dos adolescentes enamorados contaron que acababan de vivir su primera ¡°cita previa¡±: ¡°Ayer Efigenio y yo tuvimos nuestra primera cita previa. Y nos fuimos al cine¡±.
Cu¨¢ntas veces habr¨¢ aparecido en la literatura la expresi¨®n ¡°casa de citas¡± sin que a nadie se le ocurriera decir ¡°casa de citas previas¡±, igual que a los distribuidores espa?oles de la famosa pel¨ªcula Cita a ciegas no les dio por traducir el original como Cita previa a ciegas. Ni Miguel R¨ªos pens¨® jam¨¢s en cantar ¡°yo s¨ª quiero conoceeerte, y t¨² no a miii... Por favooor¡, dame una cita previa, vamos al parque, entra en mi vida, sin anunciarte¡±¡
La publicidad oficial har¨¢ bien en sugerirnos, pues, que concertemos una cita, establezcamos una cita, pidamos una cita, tramitemos una cita. Y que acudamos as¨ª a resolver nuestros asuntos mediante cita, con una cita, despu¨¦s de una cita. ¡°Cita previa¡± es un pleonasmo como ¡°libro con p¨¢ginas¡± o ¡°cad¨¢ver muerto¡±: y el pleonasmo suele sugerir que quien cae en ¨¦l ha perdido el verdadero valor de una palabra.
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