La comida china, ?es un cuento chino?
Una pista: el exotismo de la carta del restaurante de su barrio tiene m¨¢s que ver con la mezcla loca de ingredientes que con la cultura asi¨¢tica. Palabra de chino
A los chinos todo lo typical spanish les mola. En su pa¨ªs se pirran por los churros, el jam¨®n (obviamente, serrano), el vino de manzanilla, la paella y los bocatas de calamares. Ellos son los verdaderos groupies de nuestra gastronom¨ªa y nuestra cultura, unos fans incondicionales que vienen a Espa?a a darlo todo. Pero claro, cuando se trata de compartir lo suyo, la cosa se complica. Para poder degustar un plato t¨ªpico de la gastronom¨ªa tradicional china en Espa?a lo tenemos chungo. Muy chungo.
Los chinos han intentado occidentalizar sus platos hasta tal punto que es complicado comprender su gastronom¨ªa entre plastas viscosas de salsa agridulce y sobredosis en vena de glutamato. Y lo sorprendente es que despu¨¦s de esa transformaci¨®n tan brutal, el resultado es que comemos algo que ni es oriental, ni es occidental; m¨¢s bien es un cuento chino, nunca mejor dicho. A pesar de que es guay que sean tan r¨¢pidos y generosos con las raciones, se ha perdido bastante la esencia de su cocina, aunque siempre hay excepciones.
Chino parece, chino no es.
Viernes por la noche, final de mes (estamos pelados), el grupo de whatsapp de "amigos" te recuerda que tienes 256 mensajes sin leer, acabas de terminar de hacer todo lo ¨²til que te apetece hacer, no son a¨²n las nueve de la noche y tus tripas rugen. Se propone cenar en un chino porque una amiga tiene como hu¨¦sped a un estudiante chino de intercambio que acaba de llegar a Europa por primera vez. El resto, que comulgan con tu "pauperrismo" porque est¨¢n en la misma tesitura, aceptan encantados.
La comida que encontramos en un restaurante chino puede guardar gran similitud con la original. El chun kun, o rollo de primavera, es muy t¨ªpico en la celebraci¨®n del A?o Nuevo chino, pero el tama?o en Europa es bastante mayor que el original. Otros platos que nuestro nativo chino reconoce en la carta del restaurante oriental de nuestro barrio son las sopas de aleta de tibur¨®n, la sopa con wonton o el shahe fen, esos fideos de arroz que hacen de cinco millones de maneras diferentes. Pero la mayor parte de estos platos, a pesar de mantener la esencia de China, no se cocinan ni con las mismas especias ni con los mismos ingredientes. Y el resto, son pura ficci¨®n.
Nuestro amigo chino, que viaja por primera vez a Europa, pone cara de estupefacci¨®n m¨¢xima cuando le ponen delante un cerdo agridulce, un pollo al lim¨®n o un familia feliz. El pan chino no sabe si comerlo al principio o al final, pero se entretiene comiendo Dim Sun, que es lo m¨¢s parecido a lo que ¨¦l est¨¢ acostumbrado a comer. Lo primero que piensa: "Estos espa?oles est¨¢n como cabras, decoran en plan pagoda restaurantes de comida dulce". No se lo traga.
Nuestro nuevo amigo chino seguramente haya regresado a su casa con un extra?o sabor de boca. Y es que desde finales de los a?os 50, cuando se cree que abri¨® el primer restaurante chino en Espa?a, la oferta gastron¨®mica china occidentalizada no ha variado mucho. Es casi imposible imaginar un restaurante donde comer comida china de verdad, que los hay, incluyendo determinados platos.
Entre las maravillas aut¨®ctonas podr¨ªamos destacar las yemas de huevo secas al sol; el You Tiao, que es el pan chino, con forma de churro y bastante m¨¢s salado que el que conocemos; el escorpi¨®n crujiente en tempura, un tentempi¨¦ para los m¨¢s osados, o la carne de cerdo asada. Y aunque el pato laqueado de Pek¨ªn que comemos aqu¨ª pueda parecerse un m¨ªnimo, el original est¨¢ embadurnado con una melaza que le da un color rojo muy llamativo y un sabor alucinante. Ah, y de postre, gelatina de caparaz¨®n de tortuga, nada de un cortado y un cigarro.
Los amantes del take away est¨¢is de suerte, porque pod¨¦is sustituir el chow mein, que traducido al castellano ser¨ªan esos fideos que te llevas a casa en la tarrina de pl¨¢stico, por una amplia gama de productos delicatessen. Claro, que para ello tendr¨¦is que introduciros en el maravilloso mundo de la entomofagia. Los chinos son aut¨¦nticos devoradores de insectos, su opci¨®n preferida en lo que se refiere a "comida para llevar". Escarabajos de agua, cigarras, gusanos de seda, orugas, grillos, larvas y ciempi¨¦s son las delicias crujientes que podr¨ªas comer si te va la fritanga. Pero si eres m¨¢s de los que disfruta de las cosas en su salsa, puedes optar por las hormigas o las avispas, que en algunas zonas de china las engullen con soja y son consideradas un manjar.
Est¨¢ claro que la cocina tradicional china, la de verdad, no triunfar¨ªa mucho con los gustos que tenemos. Pero ah¨ª va un consejo: los restaurantes chinos que son m¨¢s fieles a la tradici¨®n del pa¨ªs suelen ser los especializados en comida cantonesa, como el magn¨ªfico Royal Canton¨¦s (C/ Olvido, 92) esa joya en el madrile?o barrio de Usera que ahora recibe colas de 'turistas' capitalinos cada noche. A veces ni te traducen el letrero de la puerta (es obvio, no te esperan para comer), o lo tienes que buscar, como suced¨ªa con el Kai Yuan (C/ Maestro Arb¨®s, 3) muy cerquita del Matadero. Deambulantes y n¨®madas que saben ponerse ciegos de buen chino tradicional en Madrid, frecuentan el Zhou Yulong, ese clasicazo en los subterr¨¢neos del parking de Plaza de Espa?a. Y, aunque una cosa no quita la otra, eso de poner huevos fritos con chistorra en la carta se les est¨¢ yendo de las manos.
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