El orgullo
Ning¨²n avance es f¨¢cil, as¨ª que casi todos requieren de presi¨®n social y las causas nobles encuentran su mejor aliado en un punto de arrogancia y de ind¨®mita resistencia
La marcha del orgullo gay y el refer¨¦ndum griego se erigieron el fin de semana pasado en expresiones distintas de un mismo impulso. A¨²n se sostiene una discrepancia entre las distintas valoraciones de la palabra orgullo. Los diccionarios advierten de que pueden confundirse la arrogancia, la vanidad y un exceso de estimaci¨®n propia, con ese otro orgullo que nace de causas nobles y virtuosas. Las madres les dec¨ªan a sus hijos que no fueran orgullosos y sin embargo, cuando tra¨ªan buenas notas a casa, no disimulaban el orgullo que sent¨ªan por ellos. Y as¨ª hemos ido apreciando y despreciando el orgullo hasta que Faemino y Cansado mediaron en la discordia titulando su comedia con el expresivo lema de ¡°El orgullo del Tercer Mundo.¡±
Las marchas del orgullo gay cobraron un sentido absolutamente defendible cuando estaba en juego la dignidad de las personas. Este a?o hemos celebrado los 10 a?os de la aceptaci¨®n del matrimonio gay en Espa?a, pero nadie de los que se opusieron con ah¨ªnco, insultaron a los promulgadores de la ley y a los defensores civiles de la reforma, ni tan siquiera los que llevaron su prejuicio al Tribunal Constitucional para que negara la igualdad, hayan pedido excusas por su cerraz¨®n. El tiempo tiene la curiosa virtud de imponer su ley pero nunca nos regala a un tipo que reconozca p¨²blicamente que se ha equivocado. Es tan complicado que solo das con ¨¦l si sus excusas responden a una estrategia de imagen urgente y dictada por la supervivencia p¨²blica.
En Estados Unidos, ha tenido que ser el Tribunal Supremo quien intervenga para someter a la fuerzas represoras a un cierto orden l¨®gico. Esto significa que el mundo a¨²n necesita de las expresiones de orgullo de quienes son marginados para acabar de concederles un espacio en el que sentirse libres. Ning¨²n avance es f¨¢cil, as¨ª que casi todos requieren de presi¨®n social y las causas nobles encuentran su mejor aliado en un punto de arrogancia y de ind¨®mita resistencia. En la votaci¨®n griega, m¨¢s que cualquier detalle concreto, se solicitaba al votante un gesto p¨²blico de su repulsa a sentirse pisoteado, desde?ado e ignorado en la batalla financiera. El orgullo de los griegos fue invitado a expresarse entre ambig¨¹edades, pero vino a recordarle a quien corresponda que el concepto de Europa no es compatible con parte de sus ciudadanos en el desamparo, marginados de unos derechos m¨ªnimos, y que todas las cuentas son inaceptables si las personas se contabilizan como ceros a la izquierda.
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