Atrocidades en portada

La portada de la edici¨®n impresa de ELPA?S del domingo 5 de julio estaba ilustrada con una fotograf¨ªa sobrecogedora: mostraba a un grupo de soldados arrodillados en el suelo, esperando el momento fatal de ser ejecutados por un grupo de jovenc¨ªsimos verdugos del Estado Isl¨¢mico, en el teatro romano de la ciudad siria de Palmira.

La imagen ha provocado algunas protestas. Un lector, Anastasio ?lvarez Mart¨ªn, de M¨¢laga, me confiaba en su mensaje estas reflexiones: ¡°?Aporta valor informativo a la noticia la inclusi¨®n de la foto, que no es sino muestra de hasta d¨®nde puede llegar el horror y salvajismo terrorista? ?Resulta procedente difundir esa imagen que demuestra c¨®mo la barbarie de una asociaci¨®n, o lo que sea EI, induce a unos ni?os, que deber¨ªan estar en la escuela, a ejecutar prisioneros? EL PA?S, que, con buen criterio, se niega a informar sobre determinados deportes y actividades violentas, ?no tiene reparo en publicar la foto de esos ni?os? ?Puede pensarse algo m¨¢s violento y cruel que lo que vemos? Y lo peor de todo: si se insiste en el texto en que no est¨¢ verificada la autenticidad del hecho reflejado, ?no pudiera ser contrario a la ¨¦tica hacerle ese juego a EI difundiendo unas im¨¢genes que no han sido contrastadas?¡±

Joan Plana, de Sabadell, apuntaba parecidas objeciones, ya que, en su opini¨®n, a los grupos terroristas, ¡°deber¨ªa ignor¨¢rseles totalmente (aunque ello perjudicara la libertad de expresi¨®n). Los yihadistas'de la clase que sean, sin publicidad no pueden vivir¡±.

Otro lector, Carlos Maci¨¢ Barber, de Madrid, se declaraba sorprendido por el ¡®sinsentido¡¯ de la fotograf¨ªa de portada: ¡°Esta deplorable imagen, aun cuando pudiera responder a la realidad, supone un grave desprop¨®sito que desampara a tres v¨ªctimas colectivas, a saber: los ajusticiados, v¨ªctimas de la flagrante violaci¨®n de su derecho a la intimidad; los menores, v¨ªctimas de la indubitada vulneraci¨®n de su derecho a la imagen; y los lectores, v¨ªctimas de la burda manipulaci¨®n orquestada por el terrorismo. Parece pr¨¢ctica asentada el que la lejan¨ªa geogr¨¢fica, cultural e ideol¨®gica de los protagonistas quiebre el criterio y el rigor period¨ªsticos, como si los derechos fundamentales de los afectados no existiesen¡±.

Maite Rico, subdirectora a cargo del peri¨®dico ese d¨ªa, defiende la elecci¨®n de esa fotograf¨ªa: ¡°Se trata de la toma de un v¨ªdeo difundido por el Estado Isl¨¢mico, que muestra el traslado de los prisioneros y su asesinato en el teatro de Palmira. En t¨¦rminos formales, la foto no es truculenta. Evitamos, como no pod¨ªa ser menos, las im¨¢genes m¨¢s crudas, en las que se ve c¨®mo disparan a las v¨ªctimas. ?Propaganda? No, noticia. Como todo el material del Estado Isl¨¢mico, el v¨ªdeo no est¨¢ firmado. Pero el hecho existi¨®. El asesinato de esos 25 soldados hab¨ªa sido denunciado el 27 de mayo por el Observatorio Sirio de Derechos Humanos. Esas im¨¢genes comprueban su veracidad. Y as¨ª se explica en la informaci¨®n¡±.

Rico reconoce que los terroristas buscan precisamente esta repercusi¨®n medi¨¢tica. ¡°Por supuesto que el EI busca el impacto. Pero escamotear sus im¨¢genes, adem¨¢s de no servir para nada (su mejor plataforma es Internet, y ah¨ª sin control alguno) va en contra de nuestra obligaci¨®n profesional, que es contar y mostrar lo que pasa. Los medios lidian a diario con la crueldad. El cuidado con las im¨¢genes se ha ido extremando con el tiempo. Basta mirar los peri¨®dicos de hace 20 a?os (incluido este). Pero la barbarie y el sufrimiento tienen rostros¡±.

Respecto a la objeci¨®n de uno de los lectores, a?ade: ¡°Si primara en gen¨¦rico el derecho a la intimidad y a la imagen, que esgrime el se?or Maci¨¢, tendr¨ªamos que borrar de los archivos las fotograf¨ªas de los campos de concentraci¨®n, de la guerra civil espa?ola, del terrorismo etarra, de las Torres Gemelas o de las hambrunas en Somalia. Tambi¨¦n las detenciones de pol¨ªticos acusados de corrupci¨®n. Y si vamos pixelando caras y extirpando fotos, acabaremos sin memoria¡±.

Tiene raz¨®n Maite Rico cuando dice que la mejor plataforma para el EI es Internet. De hecho, el califato ha grabado y difundido otros v¨ªdeos como el de esas ejecuciones en masa del que procede la fotograf¨ªa de portada, todos accesibles en la web. Pero una cosa es Internet y otra muy distinta la edici¨®n impresa de EL PA?S.