La pregunta que no dejan de hacerse los brasile?os

Una pregunta circula por todo Brasil. El otro d¨ªa, un experto periodista econ¨®mico se la hac¨ªa a otro. Y la anciana madre de ese periodista se la hizo a su vez poco despu¨¦s. En las columnas de opini¨®n y en los despachos de los analistas de mercados sale siempre a relucir la misma cuesti¨®n: ?va a durar Dilma Rousseff en el poder? ?Cu¨¢nto le queda?

Por un lado, est¨¢ la crisis econ¨®mica, que no remite (la inflaci¨®n ya alcanza el 9% y el PIB retroceder¨¢ m¨¢s de un 1,5% este a?o); por otro, la crisis pol¨ªtica, centrada en las encuestas que no remontan y encarnada en un Congreso hostil; en tercer lugar, las amenazas de que la marea ascendente de la corrupci¨®n de Petrobras la alcance. A¨²n no lo ha hecho, pero ya hay empresarios sobornadores involucrados que aseguran que pagaron dinero que se desvi¨® para la campa?a presidencial de 2014. Y el pr¨®ximo d¨ªa 21, el Tribunal de Cuentas emitir¨¢ un dictamen que dilucidar¨¢ si el Gobierno de Rousseff, el a?o pasado, disfraz¨® las cuentas p¨²blicas para minimizar el d¨¦ficit.

Esto ¡ªy lo de esos fondos para la campa?a electoral¡ª podr¨ªa ser carne de destituci¨®n parlamentaria, esto es, de lo que aqu¨ª se denomina, por influencia estadounidense, impeachment. Hasta hace unas semanas, la oposici¨®n m¨¢s centrada abominaba de esta pr¨¢ctica por considerarla improbable. Ya no.

Hace una semana, un grupo consultor internacional de esos que asesora a fondos de inversi¨®n y que lo cuantifican todo calcul¨® que las posibilidades de que Rousseff termine su mandato ¡ªque comenz¨® en enero, por cierto¡ª han subido de un 20% a un 30%. La presidenta Rousseff, en una sonora y reciente entrevista que concedi¨® a Folha de S. Paulo, aseguraba, con un lenguaje tajante, que ella no se iba a ir. Y de paso desment¨ªa el rumor de que se encontraba deprimida y a punto de suicidarse. Pero muchos analistas aseguran que el hecho de conceder esa entrevista ya es un signo de debilidad. Y la pregunta sigue circulando.