Los ODS, una oportunidad de cambio para la cooperaci¨®n espa?ola

Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) abrir¨¢n una nueva era, ampliando el ¨¢mbito de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) ¡ªde la lucha contra la pobreza al desarrollo sostenible¡ª, y estableciendo una agenda para todos los pa¨ªses, desarrollados, emergentes o en desarrollo.

En esa nueva etapa, la pol¨ªtica de desarrollo tendr¨¢ como misi¨®n hacer frente a los desaf¨ªos globales. Con instrumentos y actores nuevos. Con una mejor comprensi¨®n de los procesos de desarrollo. Y para ello (y para resolver sus problemas internos) habr¨¢ de renovarse.

?Est¨¢ la Cooperaci¨®n Oficial Espa?ola (aquella gestionada por la Administraci¨®n General del Estado) lista para el cambio? Para los que la conocemos bien, la respuesta es que no, no lo est¨¢. En sus ya m¨¢s de 25 a?os, ha evolucionado, pero no lo suficiente. La adhesi¨®n de nuestro pa¨ªs al consenso internacional ha ayudado a mejorar el dise?o de la pol¨ªtica de cooperaci¨®n (los tres ¨²ltimos Planes Directores y las estrategias sectoriales), pero el balance final es pobre en cambios reales, tanto en la consecuci¨®n de objetivos pol¨ªticos como en la gesti¨®n de la ayuda. No se ha conseguido, por ejemplo, culminar una m¨¢s que necesaria reforma de la Agencia Espa?ola de Cooperaci¨®n? Internacional para el Desarrollo (AECID) para convertirla en una organizaci¨®n m¨¢s profesional y con una gesti¨®n moderna basada en los resultados, la descentralizaci¨®n, el conocimiento y la transparencia. Encerrada en s¨ª misma, apenas ha cambiado a lo largo de los a?os en su estructura, en sus procesos de toma de decisi¨®n, y en el perfil de sus profesionales. Los peer reviews del Comit¨¦ de Ayuda al Desarrollo (CAD) nos se?alan lo que queda por hacer.

?Qu¨¦ cambios requiere la Cooperaci¨®n Oficial Espa?ola (COE) para responder a los nuevos retos?

Am¨¦rica Latina sigue siendo una prioridad, pero falta por definir con claridad una nueva agenda

1. Pasar de una pol¨ªtica de cooperaci¨®n a una de desarrollo sostenible. Lo que supone ir m¨¢s all¨¢ de la simple gesti¨®n de la ayuda. Implica participar desde una posici¨®n no subalterna en el debate sobre el impacto de otras pol¨ªticas en nuestros pa¨ªses socios. Hace necesaria una intensa labor de coordinaci¨®n entre pol¨ªticas y actores que, para ser efectiva, necesita liderarse desde una posici¨®n distinta a la actual. Requiere por tanto abrir un debate sobre la naturaleza, funciones, rango y ubicaci¨®n administrativa de los ¨®rganos rectores de la COE.
2. Pasar de una acci¨®n con una pobre gesti¨®n del conocimiento a otra en la que el conocimiento sea esencial para construir posiciones, para mejorar la calidad de las actuaciones (evaluaciones, aprendizajes), y para darles contenido (intercambio/cogeneraci¨®n de conocimientos). Se trata tanto de generar y gestionar conocimiento interno, como de adquirir y utilizar el externo.
3. Pasar de una estrategia geogr¨¢fica tradicional a otra basada en los principios de diferenciaci¨®n y concentraci¨®n. La COE no ha conseguido a¨²n establecer claramente la diferenciaci¨®n de objetivos seg¨²n el contexto de desarrollo de nuestros pa¨ªses socios. Am¨¦rica Latina sigue siendo una prioridad, pero falta por definir con claridad una nueva agenda. La COE deber¨ªa concentrar la mayor parte de la ayuda en los pa¨ªses m¨¢s pobres de ?frica, y sumarse all¨ª a la acci¨®n concertada de otros donantes.
4. Pasar de la inercia a una estrategia de canalizaci¨®n de la ayuda m¨¢s clara: se tratar¨ªa de potenciar la actuaci¨®n bilateral, haciendo m¨¢s hincapi¨¦ en el di¨¢logo de pol¨ªticas; contar con una cooperaci¨®n multilateral m¨¢s estrat¨¦gica, que permita participar e influir en los debates globales, e incrementar la acci¨®n humanitaria, fortaleci¨¦ndola y profesionaliz¨¢ndola.
5. Pasar de una cooperaci¨®n encerrada en s¨ª misma, a otra m¨¢s abierta, activa e influyente en el entorno internacional. Hay que fortalecer la relaci¨®n y los intercambios con los donantes tradicionales -especialmente en la UE- y con los emergentes ¨Csobre todo en Am¨¦rica Latina-. La COE debe mejorar la calidad de su participaci¨®n y su influencia en los foros internacionales, seleccionando ¨¢mbitos del desarrollo en los que pueda construir posiciones propias.
6. Pasar de una COE con presupuesto bajo m¨ªnimos a otra con crecimiento y estabilidad presupuestarios. Crecimiento para que nuestra actuaci¨®n pueda ser relevante, y no marginal, para tener mayor influencia a nivel internacional y ser reconocido como un socio comprometido con el desarrollo. Estabilidad para poder llevar a cabo con garant¨ªa y sostenibilidad las reformas internas necesarias y ser un actor con credibilidad en el exterior. Adem¨¢s de estos cambios en la pol¨ªtica de desarrollo, son necesarios otros en el ¨®rgano principal de gesti¨®n de la ayuda.
7. Redise?ar la AECID para que pueda responder a los nuevos retos, que no consisten s¨®lo en gestionar subvenciones de cooperaci¨®n. ?Ser¨¢ necesario un nuevo mandato para la agencia e incluso un nuevo modelo jur¨ªdico? Se requiere en todo caso una organizaci¨®n:

La AECID, encerrada en s¨ª misma, apenas ha cambiado su estructura a lo largo de los a?os

• Con mayor autonom¨ªa y flexibilidad en la gesti¨®n.
• M¨¢s profesional: incorporando nuevos profesionales de ¨¢mbitos hasta ahora no suficientemente cubiertos, abriendo espacios a la di¨¢spora; y mejorando los sistemas de selecci¨®n, especialmente del personal directivo, de acuerdo con los principios del m¨¦rito, capacidad y transparencia.
• Con una mayor responsabilidad y rendici¨®n de cuentas de sus directivos desarrollando para ello un sistema de evaluaci¨®n del desempe?o.
• Con una gesti¨®n m¨¢s descentralizada, dando mayor responsabilidad a las unidades en el exterior, como hicieron hace tiempo otros donantes.
• Con una gobernanza m¨¢s transparente y participativa, dando por ejemplo entrada en su ¨®rgano de gobierno a miembros independientes de la sociedad civil o del mundo acad¨¦mico, como hace la cooperaci¨®n francesa.
• Con una actuaci¨®n m¨¢s coherente con su misi¨®n, descarg¨¢ndola de funciones como la promoci¨®n de la cultura espa?ola en el exterior, o eliminando las subvenciones a entidades que no realizan actividades de desarrollo.
• Que concentre la gesti¨®n de los fondos de cooperaci¨®n oficial para el desarrollo de la Administraci¨®n General del Estado. Aunque la AECID es la organizaci¨®n del sistema espa?ol con mayor estructura y experiencia, apenas gestiona el 20% de la AOD.
• Que integre a las dos organizaciones de gesti¨®n de la cooperaci¨®n de la Administraci¨®n Central, fusionando la AECID y la FIIAPP, en un proceso similar al realizado por el sistema alem¨¢n, para unir competencias y experiencias de ambas instituciones en favor de una COE m¨¢s vertebrada y m¨¢s fuerte.

La COE necesita cambiar, romper con la inercia. Las grandes cooperaciones han progresado combinando compromiso pol¨ªtico constante y competencia t¨¦cnica. Es hora de que la COE lo haga tambi¨¦n. Contamos con la competencia t¨¦cnica. ?Querr¨¢n los pr¨®ximos responsables pol¨ªticos aprovechar la oportunidad que nos dan los ODS?

Beatriz Novaleses excoordinadora de la unidad de planificaci¨®n, eficacia y calidad de la ayuda (UPEC) en AECID.

Juan L¨®pez-D¨®riga es exdirector AECID.