Silencio
Hace unos d¨ªas estaba en la playa de la Concha cuando pas¨® frente a m¨ª la motora que realiza el servicio de transporte a la isla con su megafon¨ªa encendida, emitiendo una m¨²sica que resonaba a lo largo de toda la playa. El maravilloso sonido de las olas al romper en la orilla era sustituido por el chumpa-chumpade turno. Es solo un ejemplo, uno de los muchos que podr¨ªa poner, porque desde que se invent¨® el hilo musical all¨¢ por los a?os setenta su uso se ha extendido hasta convertirse en una plaga que por el momento no da signos de remitir. Lo tenemos omnipresente en bares, restaurantes, gimnasios, cines, establecimientos de todo tipo, consultas m¨¦dicas... Dir¨ªase que alguien ha escrito con letras de oro que el silencio es nocivo y todos lo hemos dado por bueno.
Cabe preguntarse cu¨¢l es el objeto de una m¨²sica que todo el mundo oye pero casi nadie escucha. Para los que nos gusta el silencio es un mal invento. Solo espero que llegue un d¨ªa en el que adquiramos una mayor conciencia de la contaminaci¨®n ac¨²stica.¡ª Juantxo Vega.
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