A los paparazis les crece la competencia
La decisi¨®n de los famosos de contar su vida en las redes sociales deval¨²a el trabajo de los fot¨®grafos
Javier (nombre ficticio, 41 a?os y 20 como paparazi) cree que ¡°un trabajo limpio¡± consiste en hacer las fotos sin que nadie se percate mientras enfoca su objetivo a pocos metros del famoso. A eso le llaman un robado. Los protagonistas de esta historia no quieren que aparezcan sus nombres reales, y no suelen firmar sus trabajos. Son fot¨®grafos de la prensa del coraz¨®n. El verano ha sido tradicionalmente su territorio m¨¢s luminoso, pero el para¨ªso se ha deshecho.
Mar¨ªa (30 a?os, ocho como paparazi) espera en su coche un s¨¢bado por la tarde-noche ante la puerta del domicilio de un ¡°personaje¡± en pleno centro de Madrid. Est¨¢ ah¨ª porque el d¨ªa anterior recibi¨® un chivatazo desde un restaurante: se estaba fraguando una nueva pareja sorpresa. Lleva vigilando desde las diez de la ma?ana. Es habitual que las guardias de los paparazis se prolonguen durante horas. De lo que ocurra en unos segundos, el tiempo suficiente para un clic, depende que toda la espera no haya sido en balde. Un subid¨®n de adrenalina, disparar y correr, y vuelta a empezar.
Para guardias largas las que relata Roc¨ªo (52 a?os y 25 como reportera), que pas¨® un mes entero camuflada en su coche, donde hac¨ªa vida para seguir los movimientos tras un accidente de coche de Chabeli Iglesias, en 1999, en Los ?ngeles. A Roc¨ªo nada se le ha puesto por delante durante su carrera como paparazi, un mundo de hombres en el que ella era la del ¡°mal car¨¢cter¡±. Ha hecho desde cambiazos de carrete al ser pillada cuando Ana Obreg¨®n y el futbolista Davor Suker comenzaban su romance, hasta disfrazarse y te?irse el pelo para acceder a hospitales. A veces, se llevaba a sus hijos peque?os a las guardias y lamenta de su trayectoria ¡°no haber estado suficiente tiempo con ellos¡±.
Aqu¨ª seguimos en #Wimbledon ? #VamosRafa @RafaelNadal ??? #Wimbledon2015 pic.twitter.com/G2RNo2H4Zy
— Antonio Banderas (@antoniobanderas) July 2, 2015
Tal y como est¨¢n las cosas, Mar¨ªa ha decidido quedarse este verano en Madrid. As¨ª lo ha hecho tambi¨¦n Julia (50 a?os, ¡°toda la vida¡± como fot¨®grafa de famosos). En la d¨¦cada dorada del paparazi ¡ªdesde 1998 hasta 2008¡ªun paseo por la milla de oro de la capital y ¡°con un horario de funcionario¡± bastaba para sacarse un buen sueldo al mes. Pero el tiempo de las cifras millonarias parece lejano. Por las fotos del tema sobre el accidente de Chabeli, la fot¨®grafa habla de un reportaje de 14 millones de pesetas (unos 84.000 euros); uno con la hermana de Encarna S¨¢nchez en Londres le supuso 2,5 millones (unos 15.000 euros) all¨¢ por 1996.
En los buenos tiempos, el verano estaba para trabajar en Ibiza, Palma, Marbella¡ Destinos que ya no son lo que eran. ¡°Hay demasiada competencia. Est¨¢n las agencias espa?olas m¨¢s las internacionales, y es muy caro. De momento, tienes que desembolsar casi 6.000 euros (en concepto de viaje, alojamiento o manutenci¨®n) y a lo mejor terminas con lo comido por lo servido¡±, dice Julia.
Esta ya es una profesi¨®n mileurista¡±, afirma un cazador de exclusivas"
Javier ha decidido ir a Palma y all¨ª estar¨¢ casi tres meses. Acaba de regresar al hotel tras 12 horas recorriendo la isla. Su cuentakil¨®metros marca una media de 200-300 por d¨ªa; al tel¨¦fono suena descorazonado. La llegada de los miembros de la Casa del Rey es el momento que todos esperan, pero ya ni siquiera una instant¨¢nea de la reina Letizia en biquini garantiza un buen precio. Los patrones han cambiado. ¡°?Ahora una revista puede pagar 10.000 euros por una presentadora de la tele!¡±, se maravilla Julia. Todav¨ªa quedan instant¨¢neas claramente jugosas como unas vacaciones de Isabel Preysler y Mario Vargas Llosa o como lo fueron las de David de Gea y su novia Edurne.
El negocio se tiene que repartir entre muchos. ¡°Esta ya es una profesi¨®n mileurista. Desapareceremos, como los dinosaurios¡±, afirma Javier. El dinero se acuerda entre agencia y fot¨®grafo en porcentajes variables; y depende tambi¨¦n de cu¨¢ntas agencias est¨¦n a la caza. ¡°Los temas por los que antes pagaban las publicaciones 6.000 euros, ahora salen a 900¡±, cuenta Julia. Un vac¨ªo legal permite, adem¨¢s, que las fotos que se cuelgan en Internet salgan publicadas. A ello se une que cada vez sean m¨¢s los famosos que controlan su imagen a trav¨¦s de sus cuentas en Facebook o Instagram, un arma de doble filo para estos fot¨®grafos. Quienes siguen siendo imprescindibles, dicen, son los informantes, algunos de ellos habituales, y enganchados a la cadena del dinero que hay que repartir. Y no se ha perdido tampoco el riesgo que corren estos profesionales: desde persecuciones en coche, a broncas que pueden terminar mal. ¡°Ahora no lo har¨ªa¡±, asegura Roc¨ªo con respecto a conducir a toda velocidad tras un famoso. ¡°Pero en ese momento, no lo piensas¡±.
El coraz¨®n late de otra forma
La televisi¨®n transform¨® a los famosos. El papel cuch¨¦ dej¨® de ser coto de las socialit¨¦s para dar paso a personajes de realities o colaboradores televisivos. Y esa manera de tratar los temas en la tele hizo que la relaci¨®n entre los personajes y los fot¨®grafos se distanciara, dice la paparazi Julia. "Hay quienes saben qu¨¦ es la fama. Son conscientes de que cuando salen a la calle su privacidad termina y dan facilidades para nuestro trabajo", a?ade.
El lector se ha desplazado a los dispositivos electr¨®nicos, y la velocidad de Internet es una amenaza para las exclusivas de los famosos. Lejos quedan los tiempos en que el reportero llevaba sus carretes al aeropuerto, con la esperanza de que alguien hiciera de mensajero, o la utilizaci¨®n de los ba?os de los hoteles como cuarto oscuro para el revelado.
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