Todos somos griegos y alemanes
Ha llegado el momento de reforzar pol¨ªticamente el Eurogrupo. Necesitamos de nuevas instituciones pol¨ªticas que puedan "federar" los estados miembros para evitar nuevas crisis como la griega
En primer lugar, un cobarde alivio: Europa ha estado tan cerca del abismo que hemos preferido no mirar los detalles del acuerdo. Lo peor ha sido evitado: Grecia no ha sido expulsada de Europa y la zona euro no ha estallado; las consecuencias geopol¨ªticas de la salida de Grecia ya no tienen por qu¨¦ temerse. Pero, ?a qu¨¦ precio? ?C¨®mo no compartir las preocupaciones del Spiegel que describe este acuerdo como "un cat¨¢logo de agravios" impuesto a Grecia y "un retroceso para Europa"? ?C¨®mo no compartir la ira de miles de griegos que tienen la impresi¨®n de que su voto ha sido pisoteado?
Sabiendo que los dos primeros planes de rescate, aprobados por "unanimidad", han llevado a un desplome de un 25% de la actividad del pa¨ªs y a que se disparen el paro y la pobreza sin que jam¨¢s disminuya la ratio deuda-PIB ?qui¨¦n puede pensar que este tercer plan puede sacar a Grecia de la crisis? ?C¨®mo no ver el sufrimiento del pueblo griego cuando uno mira a esos jubilados cuyos ingresos han disminuido de un 30 ¨® 40% e intentan ayudar a sus hijos y a sus nietos sin tener con qu¨¦ vivir dignamente? ?C¨®mo aplaudir un acuerdo de contables cuando vemos a hombres y mujeres sufrir en carne propia la falta de acceso a la sanidad? Tras varios a?os de sacrificio que han permitido pasar de un d¨¦ficit presupuestario de un 12% a un leve super¨¢vit, ?c¨®mo no compadecerse de los sufrimientos y de la ira del pueblo griego?
Pero tambi¨¦n, ?c¨®mo no entender a los alemanes que ya est¨¢n hartos de pagar? Porque los alemanes ya han pagado, y mucho. Pagaron por la reunificaci¨®n: cuando cay¨® el muro de Berl¨ªn, todos los dirigentes europeos manifestaron una inmensa alegr¨ªa y su apoyo total..., pero Alemania se qued¨® sola a la hora de pagar las consecuencias de una divisi¨®n impuesta por los vencedores en 1945. Y a mediados de los a?os 2000, los alemanes tambi¨¦n pagaron por las reformas Hartz 4 para impulsar el crecimiento de una Europa paralizada por una gobernanza anticuada.
Desde 1989, los dirigentes alemanes, tanto de derechas como de izquierdas, han declarado de forma regular que tenemos que cambiar radicalmente nuestras instituciones y construir una Europa pol¨ªtica. Ahora, una Europa paralizada, donde cada uno piensa en s¨ª mismo, el ¨²nico instrumento del que dispone un pa¨ªs que busca relanzar su crecimiento a corto plazo es el dumping fiscal o salarial. Con Hartz 4, los asalariados alemanes sucumbieron en pocos a?os a una bajada de su salario real de 7% de media... Reunificaci¨®n y Hartz 4: los alemanes ya han pagado dos veces la carencia de Europa. Por tanto, se puede entender que ya no quieran pagar por los griegos. Pero, ?y nosotros? ?Estamos seguros de que los franceses, los espa?oles o los belgas queramos pagar?
?C¨®mo no ver el sufrimiento heleno cuando uno mira a esos jubilados cuyos ingresos han disminuido de un 30 ¨® 40%? ?C¨®mo no entender a los alemanes que ya est¨¢n hartos de pagar?
Todos somos griegos alemanes. Todos queremos ser solidarios pero no queremos pagar. ?C¨®mo salir de semejante esquizofrenia? Primero, explicando a los ciudadanos que la contabilidad de los Estados no es la de una familia y, luego, construyendo cuanto antes una nueva Europa.
Durante esta crisis nos han dicho durante que deb¨ªamos hacer un esfuerzo de solidaridad y tambi¨¦n de responsabilidad. Estamos de acuerdo si sabemos utilizar correctamente estos dos conceptos.
S¨ª, fuimos solidarios con Alemania en 1953, cuando este pa¨ªs pidi¨® que se reestructurase su deuda y el conjunto de los acreedores acept¨® una quita del 62%. Alemania se benefici¨® tambi¨¦n de un plazo de cinco a?os para pagar los intereses y de un per¨ªodo de 30 a?os para reembolsarla, sabiendo que se pod¨ªan suspender los reembolsos si representaban m¨¢s de un 5% de los ingresos debidos a las exportaciones. Y fuimos tambi¨¦n responsables y nadie le pidi¨® a Alemania que saliera de la Europa naciente. Y ning¨²n contribuyente franc¨¦s o italiano tuvo que pagar m¨¢s impuestos por ello.
?Por qu¨¦ lo que fue posible en 1953 para Alemania no es posible en 2015 para Grecia? Ser responsable hoy exige ser solidario y proponer soluciones. Una situaci¨®n a¨²n m¨¢s f¨¢cil hoy ya que, desde principios de a?o, el BCE compra deuda p¨²blica por 60.000 millones de euros al mes; 60.000 millones de euros creados ex profeso y puestos a disposici¨®n gratuitamente de los bancos privados. En total, el BCE prev¨¦ inyectar al menos 1,2 billones. ?No se podr¨ªan coger de esa canasta los 80.000 millones necesarios para que Grecia satisfaga sus compromisos los pr¨®ximos tres a?os?
Vemos claramente que el problema no es financiero sino, sobre todo, pol¨ªtico: ?es posible a¨²n que un pueblo de Europa elija una pol¨ªtica que rompa con las pol¨ªticas neoliberales que gu¨ªan el mundo desde hace unos treinta a?os? Si queremos liberar a Europa del "rapto" de los mercados y del "dictado" financiero, si queremos sacar a Europa del oscurantismo fatalista, de su noche profunda, s¨®lo tenemos que recuperar de nuevo el impulso, la visi¨®n y la metodolog¨ªa de los "padres fundadores". Jean Monnet y Robert Schuman cuando se propusieron crear la CECA tomaron una decisi¨®n pol¨ªtica, con un programa econ¨®mico pero, sobre todo, con un compromiso pol¨ªtico fuerte. S¨ª, es la pol¨ªtica la que ha imaginado y concebido la Uni¨®n Europea de hoy.
Grecia tiene que emprender reformas de gran calado. Nadie lo cuestiona. Es inaplazable modernizar el Estado, luchar contra el clientelismo y la corrupci¨®n, hacer m¨¢s sostenible el sistema de pensiones e instaurar una fiscalidad eficiente. A primera vista es lo que quiere emprender el nuevo gobierno griego. En vez de provocar un caos pol¨ªtico y social en el pa¨ªs dej¨¦mosle un a?o o dos para llevar a cabo esta modernizaci¨®n y busquemos el modo de ayudarlo.
Europa debe luchar contra las deslocalizaciones con un Tratado de Convergencia Social; y los 1,2 billones que el BCE ha previsto inyectar al sistema tienen que financiar la econom¨ªa real
Europa se encuentra en una encrucijada. Desde 2008, se ha dado mucho a los bancos mientras que los pueblos se siguen apretando el cintur¨®n. La vieja Europa ha muerto. M¨¢s all¨¢ de algunas medidas de urgencia para evitar el caos en Grecia, es prioritario construir una nueva Europa, empezando con un n¨²mero restringido de pa¨ªses que compartan la misma ambici¨®n social y democr¨¢tica, y por qu¨¦ no, con el Eurogrupo. Una Europa que luche contra los para¨ªsos fiscales y contra el dumping fiscal (?saben que la tasa media de impuestos sobre beneficios ha ca¨ªdo de un 25% en Europa mientras que alcanza un 40% en EEUU?); una Europa que deje de oponer a unos pueblos contra otros y que alimente una caja de solidaridad mediante la tasa Tobin (una estrecha cooperaci¨®n fue lanzada por 10 pa¨ªses en 2013 y pretendi¨® implantar esta tasa sobre las transacciones financieras, aunque est¨¢ bloqueada por los lobbies bancarios. ?sta podr¨ªa reportar cada a?o entre 50.000 y 80.000 millones de euros seg¨²n datos de la Comisi¨®n.) Una Europa que luche contra las deslocalizaciones con un Tratado de Convergencia Social; una Europa en la que los 1,2 billones que el Banco Central Europeo ha previsto inyectar al sistema en los pr¨®ximos a?os se utilicen para financiar la econom¨ªa real y, en particular, la transici¨®n energ¨¦tica, lo que permitir¨ªa reactivar la actividad en Francia y Alemania, as¨ª como en Grecia, en vez de alimentar la especulaci¨®n; una Europa con menos competencias pero dotada de una diplomacia y defensa propias que la conviertan en una fuerza de paz; una Europa democr¨¢tica en la que el poder no est¨¦ a manos de los lobbies y los tecn¨®cratas, sino en el voto ciudadano que determine cada cinco a?os las pol¨ªticas implementadas por un gobierno responsable ante el Parlamento... Pensamos que ha llegado el momento de reforzar pol¨ªticamente el Eurogrupo. Necesitamos de nuevas instituciones pol¨ªticas que puedan "federar" los estados miembros.
En mayo de 2012, Fran?ois Hollande dijo que luchar¨ªa por cambiar Europa. En su alocuci¨®n del 14 de julio de 2015, afirm¨® que era necesario construir "a plazos" un gobierno econ¨®mico de la zona euro. ?A plazos? Dada la gravedad de la situaci¨®n, no hay tiempo que perder.
Si Europa es una familia, tenemos que ser capaces, como en una familia, de hacer las paces y de reanudar el di¨¢logo cuando el cansancio y los nervios han llevado a la discusi¨®n. Todos los que han seguido las negociaciones desde hace 6 a?os y desde hace s¨®lo 6 meses pueden establecer una lista de los errores cometidos por unos y otros. Miles de griegos se sienten humillados, pero miles de alemanes tambi¨¦n fueron humillados cuando algunos hablaron de la deuda de los nazis. Igualmente, miles de europeos, confusos y atolondrados, miran este partido de ping-pong griego-alem¨¢n... En vez de rumiar esas humillaciones, en vez de grabarlas en los tratados, es urgente completar el acuerdo con Grecia para reestructurar su deuda e impulsar una negociaci¨®n para fundar de nuevo Europa con los ciudadanos.
Miguel ?ngel Moratinos es exministro de Asuntos Exteriores y de Cooperaci¨®n de Espa?a. Michel Rocard es exPrimer Ministro de Francia. Pierre Larrouturou es portavoz de Nouvelle Donne. Philippe Maystadt es exministro de Finanzas de B¨¦lgica y Presidente Honorario del Banco Europeo de Inversi¨®n.
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